Tony y Guther, aún afectados por la muerte de Ana y la revelación de la foto de Redd, hablan en privado sobre Dalton.
Guther (frunciendo el ceño):
—Demasiado limpio… demasiado rápido. ¿Y si él ayudó a escapar a los secuaces?
Tony (dudando):
—Si lo enfrentamos directo, se cerrará. Vamos a seguirlo. Sin que se dé cuenta.
Saben dónde vive. Lo siguen desde lejos hasta su departamento en una zona tranquila de la ciudad.
Tony toca la puerta como si nada. Dalton los recibe con una sonrisa amistosa.
Dalton (algo sorprendido):
—¿Vinieron sin avisar? No es mi cumpleaños, ¿verdad?
Tony (fingiendo confianza):
—Queríamos aclarar algunas cosas... sobre la pista que dejaste ayer.
Guther:
—¿Tienes baño? Mucho café esta mañana.
Mientras Tony sostiene la conversación con preguntas vagas, Guther explora discretamente el baño y las habitaciones cercanas. No encuentra nada incriminatorio, pero sí nota una caja cerrada con candado en el clóset.
Antes de que pueda investigarla más…
El celular de Dalton suena. Contesta con rapidez.
Dalton (poniéndose de pie):
—Una señora de la zona… dice que vio a su hijo. Uno de los que están en la lista. Uno de los secuaces.
Tony (alerta):
—¿Estás seguro?
Dalton:
—Me dio una dirección. Vamos. Si esto es real, no podemos perderlo.
Los tres llegan al sitio indicado: una zona casi abandonada en los límites de la ciudad. Unas viejas bodegas. El aire es denso.
De pronto…
—Un golpe seco.
—Guther cae al suelo.
—Tony intenta sacar su arma, pero es interceptado.
Tres figuras encapuchadas aparecen entre las sombras. Uno de ellos le susurra a Tony:
Encapuchado:
—No confíes en quien no puede decidir de qué lado está.
Los dos protagonistas caen inconscientes.
Tony y Guther despiertan atados. Dalton está ahí… de pie, nervioso, pero sin intentar ayudarlos.
Dalton (evitando mirarlos):
—Lo siento… yo los admiraba. Fui fanático de ustedes.
—Pero… tenía una deuda. Algo que debía cumplir.
Tony (furioso):
—¿Por qué? ¡Éramos un equipo!
Dalton (susurrando):
—Nunca fue tan simple…
Tres figuras encapuchadas se acercan lentamente. Uno a uno, se quitan la máscara.
El primero:
—Jeff.
El segundo:
—Luke.
Tony y Guther quedan paralizados. Los dos asesinos de los libros anteriores… siguen con vida.
Guther (murmurando):
—No… tú estabas muerto…
Jeff (sonriendo con burla):
—Eso pensaron.
El tercer encapuchado avanza con paso firme. Se quita la capucha lentamente.
Es REDD.
Tony (casi sin voz):
—...¿Redd?
Redd (mirándolos con frialdad):
—Han estado buscando respuestas. Ahora las tienen.
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Editado: 31.07.2025