La ciudad ya no es una ruina. El cielo está limpio. Los edificios siguen en pie, la gente camina sin miedo. Tony despierta en un callejón oscuro, respirando agitadamente. Lo logró. Volvió al pasado.
Tony se incorpora lentamente, con la piedra en la mano. Su ropa está rasgada, el cuerpo adolorido. A su alrededor, la ciudad vibra con vida. No hay domo. No hay vigilancia extrema. La ciudad está en paz… por ahora.
Tony (pensando): —Estoy de vuelta… aún hay tiempo.
Camina por las calles, cubriendo su rostro con una capucha. Compra un periódico viejo en un puesto. En la portada, una foto grande: Guther liderando una misión junto a Navi.
Tony (sorprendido): —¿Navi...? Pero él… él murió.
Abre el periódico. Lee titulares. En esta línea temporal, parece que él fue quien murió fue el y no Navi.
Tony observa desde lejos un edificio que antes era la base de operaciones. Ahora luce más moderno, con un escudo de la vieja resistencia aún vigente. Se emociona al ver entrar a Guther y Navi, ambos vivos, ambos sonriendo. Siente una punzada de esperanza.
Tony (pensando): —Puedo evitar que todo pase... puedo salvarlos.
Mientras sigue discretamente a Guther y Navi, Tony se da cuenta de que alguien más los está observando: una figura encapuchada.
La figura salta entre tejados, ágil. Tony no duda y lo persigue.
Tony: —¡Hey! ¡Alto!
El encapuchado gira, lanza una patada que Tony apenas esquiva. Comienza una breve pero intensa pelea. Tony logra rasgar parte de la capa, pero la figura escapa entre las sombras.
De pronto, Guther y Navi llegan corriendo. Ven a Tony tirado en el suelo.
Tony (sonriendo, débilmente): —Guther… Navi… están vivos.
Navi, sin dudarlo, se acerca y le da un golpe directo al rostro.
Navi: —¿Quién eres? ¿Por qué nos sigues?
Tony, confundido, se toca la mandíbula. Guther se le acerca con una mirada desconfiada.
Guther: —Se me hace conocido pero… pero tiene equipo avanzado.
Navi: —Podría ser un infiltrado.
Guther (con firmeza): —Llévenlo a la base. Ya veremos quién es en verdad.*
Dos soldados lo levantan. Tony apenas puede mantenerse en pie, pero en su rostro aún hay una tenua sonrisa: los ha encontrado. Todo puede cambiar.