En una sala subterránea iluminada por tenuas luces rojas, Jeff, Tom, Emi y varios encapuchados se reúnen. Sobre la mesa hay planos del cuartel, fotografías de miembros de la resistencia, y fichas marcadas con sangre.
Jeff: —Hoy recuperamos lo que es nuestro. Dalton volverá con nosotros.
Tom: —Y con él, la ciudad caerá. Redd ya no puede detenernos.
Emi: —Todo está preparado. El cuartel no resistirá el asalto.
Una figura aparece en la sombra. Redd del futuro, con el rostro cansado pero la mirada firme.
Redd (futuro): —No vuelvan a cometer el mismo error. Si atacan mal, lo perderán todo… otra vez.
Jeff: —Entonces dinos, ¿cuál es tu plan?
La cámara enfoca los ojos de Redd: oscuros, determinados.
La noche cae sobre la ciudad. En silencio, un escuadrón enemigo liderado por Jeff, Tom y varios destripadores se mueve hacia el cuartel de los cazadores.
Redd (bueno), líder actual de la resistencia, se encuentra coordinando las defensas.
Redd (bueno): —Que nadie duerma esta noche. Algo se siente mal...
Un estallido sacude la entrada principal. Explosiones, gritos y fuego cruzado llenan el ambiente. El enemigo ha llegado.
Tom: —¡A la sala de contención! ¡Recuperen a Dalton!
Los pasillos del cuartel se convierten en zonas de guerra. Los cazadores luchan valientemente, pero son superados en número y estrategia.
En medio del caos, Redd (futuro) combate con fiereza, protegiendo a los civiles, pero finalmente es herido y desaparece entre el humo y los escombros.
Dalton, aún prisionero, ríe al ver cómo todo se derrumba a su alrededor.
Dalton: —Siempre supe que volverían por mí.
El cuartel es tomado. Banderas negras se alzan en las torres. Los últimos caza destripadores son capturados o escapan a duras penas.
Desde lo alto, Jeff observa la ciudad. El humo se alza entre los edificios. Vehículos blindados entran por las avenidas principales.
Jeff: —Comienza la purificación.
Tom: —No dejaremos nada en pie.
La cámara muestra a los civiles corriendo, mientras el sonido de sirenas y disparos llena el aire.
En una celda subterránea, Tony, Guther y Navi permanecen esposados y vigilados. A través de las paredes se escuchan ecos de explosiones y alarmas.
De pronto, una puerta se abre con violencia. Entra Redd, pero no el que ellos conocen. Este Redd viste de negro, su mirada es fría.
Redd (malo): —La ciudad ha comenzado a caer. La invasión está en marcha… y ustedes no pueden hacer nada para detenerla.
Tony lo observa con rabia contenida. Guther y Navi se miran en silencio, comprendiendo que el verdadero enemigo ha dado su siguiente paso.