El Día B.

Capítulo Único

Unas pequeñas aclaraciones antes de comenzar. 
 


 

Este oneshot es un regalo para mi maravillosa amiga raescritora que cumple años hoy y se merece todo el amor y las cosas bonitas del mundo porque es una pedazo de mujer que vale su peso en oro. 
 

Esto es un AU sin Voldemort, lo que quiere decir que todos los personajes están vivos, incluidos los padres de Harry.
 


 

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Harry despertó sobresaltado cuando un chorro de agua helada le golpeó en plena cara. 
 


Se frotó los ojos aturdido, pero al instante sus manos viajaron instintivamente hacia sus oídos, tratando de protegerse de los agudos gritos que resonaron con fuerza por su dormitorio.

—¿¡Qué demonios haces durmiendo todavía!? ¿¡Sabes todo lo que hay que hacer!? ¡Menos mal que he venido! ¡Levántate de una vez!

—¿Que diablos haces tú aquí, Pansy? —Gimió lastimeramente mientras la chica seguía gritando y farfullando— ¿No deberías estar con Draco?

—¡Draco me mandó aquí! ¡Sabía que no podía confiar en que tú y Weasley hicierais todo lo de la lista! ¡Y tenía razón! ¡Aún estás durmiendo y Weasley ni siquiera está aquí todavía!

Harry miró su reloj, preocupado por si de verdad se había quedado dormido.

—¡Pansy son las siete de la mañana! ¡Faltan seis horas para la boda!

—¡Exacto! ¡Solo faltan seis horas! ¡Levántate de una vez! ¡Tenemos mucho que hacer!

Harry gimió de forma lastimera y se revolvió un poco más sobre el colchón. Realmente tenía sueño, no estaba acostumbrado a dormir solo y anoche apenas había conseguido pegar ojo. Aún así, arrojó las mantas al suelo con fuerza y se incorporó hasta quedar sentado en el borde de la cama. Quería seguir durmiendo, pero conocía a Pansy lo suficiente para saber que la chica no se lo permitiría por mucho que protestara.

—¡Vamos, vamos! —Lo apremió su torturadora particular— Baja a la cocina y desayuna rápido, tenemos mucho que hacer y no hay tiempo que perder.

Bajó las escaleras de mal humor, aún somnoliento, y maldiciendo el día en que le dieron acceso libre a su casa por red flú a Pansy Parkinson.

Se quedó de piedra al llegar a la cocina y ver lo que solo podía definir como un enorme banquete encima de su mesa.

—¿Pansy? —Preguntó hacia la parte superior de la escalera donde oía a la chica revolver por su habitación, vete tú a saber en busca de que— ¿Que es todo esto?

—¿El qué? —Preguntó la morena asomando la cabeza por la escalera.

—Los miles de kilos de comida que hay sobre la mesa.

—¿Es que no me has oído antes? Es para que desayunes, Potter.

—¿Has cocinado tú? —Preguntó extrañado. Hacía años que la conocía y jamás la había visto ni remotamente cerca de una sartén.

—¡Ja! ¡Tú deliras! ¿Acaso crees que soy pobre o algo así? Ha sido Triski.

Antes de que pudiera preguntar quién demonios era Triski, un elfo doméstico se materializó a su lado con un fuerte crack, casi matándolo del susto.

—¿Desea algo más, Ama Pansy?

—Si, sube aquí y plancha esto. —Ordenó la chica sin siquiera molestarse en mirar a la criatura— Y tú, Potter, deja de estar ahí plantado como un pasmarote y desayuna de una vez.

Apenas había dado un par de sorbos a un café mucho más cargado de lo habitual cuando Pansy reapareció en la cocina, leyendo distraídamente un pergamino antes de levantar los ojos del papel y clavar en él una mirada profundamente irritada.

—¿¡Aún no has terminado!?

—¡Llevo aquí cinco minutos! ¡Aún estoy dormido, Pansy!

—¡Pues espabila de una vez! Todavía tienes que ducharte, y hay que hacer algo con tu pelo, no vas a llevar el desastre de siempre y estoy segura que domar el erizo enrabietado que tienes en la cabeza nos va a llevar horas.

Por la mente de Harry pasó fugazmente una imagen de sí mismo con el cabello lleno de rulos y potingues de diversa índole, poco le faltó para arrojarse a la chimenea aún en pijama y huir a través de la red flú a cualquier lugar donde Pansy no pudiera encontrarle. Merlín, que mañanita le esperaba.

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A varios kilómetros de allí, concretamente a las afueras de Wiltshire, Draco Malfoy se encontraba extrañamente tranquilo, sentado a la mesa en el pequeño jardín delantero de Malfoy Manor, con una taza de té en la mano y una sonrisa perversa incontenible sobre sus labios. 
 


 

—Sabes que eso que has hecho es una maldad, ¿Verdad? —A pesar de sus palabras, Hermione sonreía con socarronería, si bien sabía lo estresante que Pansy podía llegar a ser, también era consciente de que su presencia en casa de su mejor amigo sería de gran utilidad.
 


 

—Lo sé. —Su sonrisa ampliándose aún más. 
 


 

—¿Y qué ha hecho el pobre Harry para merecerse a Pansy como castigo, si se puede saber? 
 


 

—¿Sabe tu novia que consideras su presencia como un castigo? 
 


 

—Si, y le encanta. No cambies de tema. 
 


 

Draco chasqueó la lengua. Tener a Granger allí no había sido algo planeado, su presencia aquella mañana le alteraba un poco, era demasiado inquisitiva y demasiado exigente, normalmente no le molestaba su actitud, pero habría deseado poder estar tranquilo las últimas horas antes de su boda. 
 


 

Sin embargo, era un mal necesario, la presencia de Granger tenía un efecto anestésico en el carácter déspota y dictatorial de Pansy, y él la necesitaba siendo la perra que tan bien sabía ser en todo su esplendor, aunque el precio a pagar por ello fuera tener que responder a las impertinentes preguntas de su vieja compañera. 
 


 

—No quiso que durmiéramos juntos anoche. 
 


 

Granger se rió, con esa estúpida risa de superioridad que Draco odiaba y que por alguna extraña razón que escapaba a sus conocimientos, su mejor amiga encontraba encantadora. 
 



#1827 en Fanfic

En el texto hay: fanfic, drarry, blairon

Editado: 26.05.2022

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