El Día de la Destrucción

Recuerdos y confesiones

La habitación de Jack estaba en penumbra.

John pasó por el pasillo del segundo nivel y lo vio sentado en el borde de la cama, sosteniendo algo entre los dedos. Se detuvo en la puerta, sin decir nada.

Jack no se sobresaltó. Solo levantó la mano, mostrando el objeto.

—¿Sabes qué es esto?

John entró lentamente.

—Un collar… ¿un delfín?

Jack asintió.

—Marina me lo dio. Hace años. En una cita. Fuimos a un acuario. Ella dijo que los delfines eran como nosotros: inteligentes, sensibles… pero siempre nadando en círculos.

John se sentó frente a él.

—Nunca me hablaste de eso.

—No había razón —respondió Jack—. Fue antes de todo esto. Antes de la IA, antes del apagón, antes del miedo.

Guardó el collar en una pequeña caja metálica.

—No funcionó. No por falta de amor. Por falta de tiempo. Siempre estábamos huyendo de algo… incluso cuando no sabíamos de qué.

John lo miró con respeto.

—¿Y ahora?

Jack suspiró.

—Ahora la veo con Mike. Y no sé si estoy celoso… o simplemente triste.

Mientras tanto, en el primer nivel, Marina y Mike caminaban por el pasillo técnico. El aire era más frío allí, más estable. Se detuvieron junto a la consola de monitoreo, donde las frecuencias aún parpadeaban con interferencia.

—¿Te molesta estar aquí abajo? —preguntó Marina.

Mike negó con la cabeza.

—No. Me recuerda a los refugios que usábamos en el Ejército. Silencio, concreto, y la sensación de que el mundo está a punto de desaparecer.

Marina lo miró.

—¿Estuviste mucho tiempo en servicio?

—Sí. Pero lo peor no fue la guerra. Fue volver y no encontrar a nadie.

Marina se detuvo.

—¿Tus padres?

Mike asintió.

—Murieron mientras yo estaba en una operación. No pude despedirme. No pude enterrarlos. Solo recibí un mensaje. Y luego… silencio.

Marina se acercó, sin tocarlo.

—Lo siento.

Mike la miró. Sus ojos no pedían consuelo. Solo reconocimiento.

—Desde entonces, no me apego a nada. Pero contigo… es distinto.

Marina no respondió. Pero tampoco se alejó.

El núcleo, en el tercer nivel, pulsaba en silencio.

Y el tiempo seguía contando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.