Capítulo 8

—¿Era realmente necesario tener que acompañarme a la universidad?— Le preguntaba a mi querida y adorada hermana Karen que caminaba a mi lado mientras le daba un gran mordisco a su dona glaseada con chispas de chocolate—Pensé que te quedarías en el departamento sumida en tu teléfono viendo Tiktok o viendo alguna serie mientras te comias todo lo de mi alacena—Ella solo rodo los ojos

Karen, luego de haberse encontrado con Liam y conmigo en toda la recepción en un momento casi comprometedor—nunca en mi vida me había sentido tan nerviosa como en ese momento—empezó con una serie de preguntas las cuales era una lista impresionante que logro hacer en su teléfono sin que yo me diera cuenta en menos de dos minutos—algo sorprendente en realidad— por supuesto que no podía mentirle o negar algo cuando la situación reflejaba algo diferente, sería absurdo mentirle.

Eso equivale a cuatro tazas de café con leche y dos paquetes de galletas de avena y maní que tanto me encantaban y las cuales me había vuelto adicta últimamente, después de terminar de limpiar lo que me faltaba, Karen y yo nos consumimos en una profunda conversación que duro horas, ella actualizándome sobre su vida y yo dándole respuestas sobre Liam sin querer que malinterpretara toda la situación por completo, pero vamos, era Karen de quien estábamos hablando. Y claro, detallando la enorme sorpresa que me dio al verla en Boston cuando se supone que debería estar en Massachusetts.

Mi hermana de veintiún años con serios problemas con crear historias absurdas de amor durante sus horas libres y la cual gozaba en añadirle más entusiasmo a mi vida con escenarios de los más clichés posibles completamente imaginarios con un trasfondo lo bastante melodramático.

“Fue obra de los destinos de los dos, una cuestión de un lazo divino que los une, estoy segura que ustedes están creando una historia de amor el cual los dos no pueden estar juntos por ser de distintas sociedades, como la canción de Amor Prohibido de Selena Quintanilla”

Completamente absurdo, recalcarle cien veces que solo éramos amigos y que no estaba viviendo un Enemie to lovers, como suele ella llamarlo, fue una tarea claramente difícil y por supuesto ella le importo un bledo. Su imaginación era increíble.

¿será que comparaba mi vida con la película La propuesta? Bueno, todavía no me han deportado a mi país y mucho menos me hago pasar por tener una boda con mi asistente, aunque pensándolo bien, dudo que eso llegara a pasar.

Estoy legalmente aquí y no tengo ningún asistente.

—No tenía más nada que hacer y ver Tiktok no era la mejor actividad por el momento—responde ella limpiando con su pulgar los rastros de glaseado que quedaba en la comisura de sus labios—Además, tengo pensado en solicitar un cambio de Universidad no me vendría mal ver las opciones que hay en donde estudias, ya sabes, tener una variedad de opciones nunca está de más.

fruncí el ceño mientras me volteaba a verla, estábamos en la parada de autobuses la cual nos llevaría a la universidad que estudiaba, por fortuna el autobús no demoraba demasiado e iba a buena hora, aunque me sentía un poco inquieta estando aquí parada con la cotorra que tenía por hermana mientras esta empezaba a contarme los motivos de su cambio de universidad.

Pero lentamente deje de prestarle la mayor atención.

Mi mente viajo a aquel momento en que me encontré a Liam en esta misma parada, luego de haber perdido mi dignidad esperando que el autobús se parara pero este siguió de largo, cuando se ofreció a llevarme a casa luego de estar completamente empapada hasta las pantaletas ofreciéndome su suéter para que no tuviera frio ¿era esta la razón por la que me sentía inquieta? ¿Tenía miedo de encontrarme con Liam otra vez? Pero ¿miedo por qué? ¿o será que sentía una emoción en volver a encontrarme con él?...

¿Por qué siento la necesidad de querer volver a verlo? eso era una buena pregunta ¿Por qué sentía que todo iba demasiado rápido entre nosotros? ¿y porque pienso en un nosotros cuando claramente no hay un nosotros? Mierda, tenía que ponerle un alto a todo los pensamientos que se cruzaban por mi mente, esto no era propio de mí.

Desde que lo conocí ahora nada parece ser propio de mi ¿Qué loco no? Como una persona que llega de la nada a tu vida sin previo aviso se vuelve parte de tu rutina.

Siento que de alguna manera estoy empezando a romantizar ciertas cosas y eso no esta para nada bien. Deberia tomar cita con el Psicologo que va Vanesa y tener una seria charla antes de caer en la locura.

—Y entonces… eh, Andrea, ¿me estas escuchando?—la voz de mi hermana me trajo de un tirón de vuelta alejándome de la nube de mis pensamientos, la observo por unos momentos, viendo su cabellera color castaño en unas desordenadas ondas, en sus ojos color verde como los de nuestro papá, no nos parecíamos en nada, bueno, ninguno nos parecíamos en nada entre nosotros en realidad— ¿En que estabas pensando? Andas toda aweboniada.

En Liam y en lo irritablemente agradable que se ha vuelto, y en como quisiera volverlo a ver.

Como quisiera sentir sus manos y...

No, Andrea, no.

Compórtate chica.

—Pensaba en las próximas evoluciones finales… ¿Por qué vas a pedir cambio de universidad? ¿no te gustaba estar en Massachusetts con los abuelos?—ella soltó un suspiro dándose cuenta que tenía que volver a repetir todo nuevamente

—Me gusta estar con los abuelos… pero no siento que aquella universidad eche frutos realmente, no te negare que los profesores son excelentes en sus clases y que las residencias estudiantiles son toda una bomba— el autobús llega en ese momento, nosotras dos nos subimos luego de pasar la tarjeta cobrando el pasaje, nos sentábamos en los puestos del medio, yo en la ventana como era costumbre— Pero siento que estar ahí no es lo mío, que lo que estoy estudiando no es lo que realmente quiero, aunque fue lo que siempre asegure que lo quería desde el primer momento, pero sé que… no fui hecha para esto—soltó un largo suspiro mientras sacaba otra dona de distinto sabor y empezaba a comerla.