Estando en mi propia casa la cual consideraba un santuario, una via de escape de cualquier cosa que estuviera perturbando mi tranquilidad, mi lugar de confort seguido del océano, playas, o cualquier cosa que tuviera agua, nunca me habia parecido tan pequeño y asfixiante como lo era en estos momentos, no tenia la remota idea de donde podía meterme, que hacer, estaba en mi propia casa y me sentía perdida.
Hablando de manera Dramatica, en realidad estaba en la cocina tomando un poco de agua fría para poder calmar un pocos los nervios que amenazaban con hacerme quedar en ridículo como habitualmente me sucedia, no los dejaría tomar el control, no esta vez, estando de espalda a la entrada de la cocina, podía ver en el meson de la cocina con aquel tazon repleto de palomitas de maíz con mantequilla recién preparadas, y algunos que otros Snacks que había sacado de la alacena, los que se habían salvado de apetito voraz por el dulce de Karen, habia quedado algunas que otras cosas, yo habia comprado lo demás.
Adoraba las noches de películas, siempre habia disfrutado de desconectarme del mundo y solo sumergirme en aquella trama de la película que estuviera viendo, adentrarme en el papel y imaginarme que era la protagonista con una vida interesante, como si tuviera una vida paralela, era agradable, era mi manera de disfrutarla, luego de dejar largos post en Twitter dando mi opinión que claramente nadie leería, pero era divertido hacerlo.
Era como hablar con la pared.
Twetter era para chisme, Instagram era donde mayormente perdia mi tiempo viendo Reels y subiendo algunas historias, tenían seguidores suficiente en mi cuenta, como una pequeña famila, lo admito, suelo crear contenido de mi dia a dia y publicarlo o hacer algo diferente como dar mi reseña a un libro que habia leído,serie o película.
En estos momentos necesitaba algunos de esas galletas especiales que hacia Gary ¿estaría mal si ahora mismo le pedia una docena y se la pago por parte? No, no podía comprarles ahora galletas, menos con Liam presente, ya podía escuchar la voz de Gary reprochándome con su voz relajada por ser una cobarde.
Aunque pensándolo bien, no quería terminar vomitando.
¿Pero que era lo que me estaba perturbando? ¿Qué era lo que estaba pasando para que sintiera la casa tan pequeña? O Seria por aquel hombre de uno noventa estando parado en medio de la sala, estudiando los libros que tenia en aquel estante ordenado de manera aleartoria, inspeccionando todo a su alrededor.
O por que aquel hombre era exactamente Liam el que estaba parado en medio de mi sala, Dios, realmente es un monumento,si el departamento de por si era algo pequeño, con el lo era más ,luego de haber actuado como la propia ridícula en el café luego de habernos visto, había sentido que habían sido los minutos más largos en toda mi vida, por suerte el salvo el momento soltando algún chiste referente a mi haciendo que olvidara mi nerviosismo y le sacara el dedo del medio.
El trayecto del café a la casa, casualmente había sido corto, nos habíamos estado preguntando cosas triviales, ya saben, ¿Qué tal te fue en el trabajo? ¿el dia fue agotador no crees? Y cosas asi seguido por los comentarios burlones de Liam, la conversación entre nosotros habia fluido de manera acorde, pero al llegar a mi departamento sentí como el alma me abandonaba dejando llegar una oleada de pánico en mi cuerpo sintiéndome idiota ¡en mi propia casa!, incluso tuve un momento en que escribí por aquel grupo que ahora le habia cambiado el nombre por los Firefiles escribiendo el típico S.O.S, mi celular se vio bobardeado luego de dar el contexto.
Alexander, Margarita, Ana y Samuel, se encargaron en dejarme su apoyo de manera virtual, dándome buenos consejos, recibiendo una que otras amenzas para que dejara los nervios y una gran cantidad de:
“Marica deja el miedo, no parecen vainas tuyas”
“leete el libro de cien años de seriedad marica”
“Jai mariquita, ya se quien es el que te mueve el piso bicha, mira como te tienen, toda nerviosita”
Y otras cosas más que no me molestare en decir, era como si estuvera en el colegio otra vez y fuera catorce de febrero mientras yo sostengo una carta con caligrafia horrible y un bombón de chocolate para confesarme a mi crush.
Respire hondo como me lo habia indicado Margarita para que dejara los nerviosos, repetí el proceso al menos tres veces más, para luego tomar las cosas con los snacks para llevarlos a la mesita de estar con algunas películas en ellas. Al girarme me tope con Liam a poca distancia de mi, me sobresalte un poco,luego lo mire mal por haber llegado sin avisar.
—¿Cómo no te molesta tener los libros de manera desordenada? Dios, es irritante para la vista— dice Liam tomando el tazon con las palomitas de maíz y el refresco entre sus manos para ayudarme.
—Si los ordeno, pero siempre los cambio de posición o lo hace karen cuando viene de visita, o algunos de los chicos, no le doy mucha importancia en realidad—Me encojo de hombros, en realidad me daba igual el orden de los libros, los tenia para nada, casi no los leía.
Porque ya no tenía tiempo.
Liam dejo el tazon en la mesa de estar seguido del refresco y los vasos, imite su gesto dejando las demás cosas para luego verlo, el me miraba con el ceño fruncido.
—Es horrible que tengas esos libros asi, ¡es Casi un crimen!—El cruza sus brazos.
—¡No es para tanto!— el solo entrecerró sus ojos negando repetidas veces, se acerco a la repisa donde tenia el televisor tomando aquella caja donde se encontraba las caratulas de las películas dándole un repaso—¿No es romántico? , Una esposa de mentiras, la propuesta, si yo tuviera treinta, todo suena a que será cliché— el voltea a verme
—No son tan cliches, solo un poco, pero es tolerable—me pongo enfrente de el, de cerca era más alto que yo, por ende tenía que alzar mi rostro para poder verlo, su perfume me golpeo como una brisa fresca de verano, era diferente al que usualmente utilizaba.