—¿Estas realmente mal de la cabeza? ¿te dejaron caer de chiquito es la cosa?— Le pregunto mientras lo señalo con la cucharilla sin siquiera poder creer la atrocidad que me acaba de decir, sentía la traición en todo mi ser, ¿como este perfecto y hermoso hombre era capaz de decir algo como eso?.
¿Como se atreve?
—Deja de verme como si hubiera asesinado a alguien—Se pasa su mano por detrás de su cuello algo incomodo por la mirada incrédula que le estaba dando—No es tan grave
—¿No es tan grave? Por supuesto que lo es Liam José— digo diciendo aquel nombre que el tanto estaba empezando a odiar, rodo los ojos con fastidio—¿Cómo no te va gustar el fetuccini Alfredo con pollo? ¿tu eres gafo? Eres como de un mundo paralelo.
Liam frunce el ceño ante la manera a la cual me habia referido a el, trando de pronunciar la palabra sin éxito alguno, era adorable la expresión que hacia al no entender lo que decía de vez en cuando.
—Significa tonto o bobo—Yo suelto un suspiro teniendo que explicarle.
Un diccionario le iba a aregalar.
—No, no soy gaufo—Yo trato de no reirme por su intento de pronunciar la palabra a lo cual el me mira de manera fulminante—Simplemente no es una gran plato culinario en mi opinión y tampoco soy fan de comer queso y ese tipo de cosas, adoro más una lazaña o un arroz chino, o la comida casera de mi madre, prepara un estofado espectacular, tienes que prepararlo.
Yo me le quedaba viendo, aun con los brazos cruzados, meditando muy bien lo que habia dicho, entiendo muy bien que cada uno tiene su opinión referente a los platos culinarios, pero vamos, estamos hablando de Fetuccini, una delicia gastronómica.
Aunque nada se comparaba al Pabellón.
—Respeto claramente tu opnion errónea—empiezo a decir yo y el solo suelta una risa cruzándose de brazos—El arroz chino y la lazaña son exquisitos, pero el Fetuccine en mi opinión en un manajar de los Dioses, pero un simple mortal como tu no lo entendería.
Es etendible.
El fetuccini era uno de mis platos favoritos y el hecho de que Liam no haya querido siquiera probarlo me parecía una ofensa en el área gastronómica, juraría que ya podría escuhar a karen insultarlo, ella también adoraba el Fetuccini, y si lo hacia mi abuela quedaba para chuparse los dedos.
Luego de haber superado esa cola mortal que nos mantuvo atrapados por un buen momento, ya era lo suficiente tarde como para poder ir al cine, ya tendríamos otra oportunidad para ir, asi que decidimos hacer esta parada en un pequeño restaurante que se veía interesante, apenas eran las cuatro de la tarde, así que teníamos tiempo de sobra para tener una linda cita, asi que la tarde no se daría por completo perdida, y el restaurante lo habia elegido Liam, habia dicho que solia venir con sus amigos.
Menos mal que se le ocurrio a el, porque lo único que se me habia ocurrido a mi era habernos llegado hasta Mc Donal's o una taquería por el centro, incluso unos sanwiches con mucho queso y jamon, ¿se notara que tengo ya hambre? Espero que no.
Asi que, aquí estábamos los dos sentados en este restaurante que yo habia propuesto ir, ya que era uno de mis favoritos por el extenso menú con la variedad de comida que tenia, estábamos sentado en un buen lugar y lo mejor era que no habia casi gente, ¿otra cosa genial? La música, la variedad de música que ponían desde reguetón hasta pop.
Pero ahora mismo estábamos hablando sobre un tema de suma impotancia para su servidora.
El fetuccini.
¿Cómo terminamos hablando del fetuccini? Porque ojeando el menú me habia percatado de que estaba ahí, lo cual yo le comente a Liam preguntándole a el que le parecía comer fetuccini, cosa que descadeno esta charla sobre lo delicioso que era comer fetuccine y del pésimo sentigo del gusto en la comida que el estaba teniendo, estoy segura que el come macarrones con queso los jueves por la noche.
Pero como quien dice, para gustos colores o algo así decía.
—Esta bien, si tu lo dices lo creeré—dice el tomando el menú nuevamente—Pero hoy no lo comere
—No, tienes que probarlo para creerlo—El camarero se acerca a nosotros con una sonrisa amable luego de que Liam hiciera un gesto con la mano para que se le acercara.
—Queremos dos fetuccine por favor y de bebidas...—el me ve esperando que yo eligiera, iria por lo básico porque aquí no había pabellón.
—Una cocacola bien fría por favor—el alzo una ceja a lo cual me encojo de hombros, el camarero asintió para luego alejarse de la mesa, yo volteo a ver a Liam, cruzando mis brazos encima de la mesa
—Pense que el dia que lo probarías no seria hoy—le digo tras haber visto su elección.
—Me dio curiosidad—explico con simplesa mientras se encogia de hombros, jugueteando con un hilo suelto de mi camisa.
Pero bueno, era igualito que Karen, cambiando de opnión a cada tanto.
—Entoces, Liam José...
—Ese soy yo— frunce el ceño—menos el Javier, no me digas así, ya te lo había dicho.
—Me gusta decirte asi, siento que te da un toque mas único—puntualizo—combina muy bien en realidad
Y de cierta manera combinaba con su nombre, se me haría costumbre querer llamarlo asi cada vez que lo viera, pero el no parecía estar de acuerdo con que yo se lo dijiera.
—Me he percatado que no se casi nada de ti—digo ignorando el reclamo anterior—Tu sabes lo suficiente de mi
—¿Qué? Claro que no, no se tu apellido por ejemplo
—Pero sabes donde trabajo, donde vivo, que tengo una hermana, que soy latina y que carrerea estoy estudiando—Voy enumerando con mis dedos—sabes algunas cosas, algo basicas, pero sabes más de lo que yo se sobre ti.
Un poquito más y ya podría saber cual era la hora que preferia ir al baño, o que prefiero ducharme con agua fría que con agua caliente, no quería saber todo de golpe, me gustaba llevarme sorpresas,el asiente, apoyando su mentón en su puño y me ve haciendo casi el mismo gesto que yo apropósito, su gesto era de interrogación.