Título: Hoja en blanco.
Por Archer Presley.
Nota al margen: Si puedes leer esto significa que de alguna forma puedo conectarme contigo. Lo cual es muy bueno, teniendo en cuenta mi realidad. No estamos ni de coña en el mismo lugar y, aún así, nuestras mentes se están tocando.
¿Y si existe la loca oportunidad de volver el tiempo atrás y... evitar lo que quizás no se puede evitar? Piénsalo, en este momento vas leyendo cada una de mis palabras y yo puedo llevarte a donde sea con simples descripciones. La vida, con ayuda del tiempo, está haciendo eso conmigo ahora mismo: jugar, llevarme y traerme de donde sea como si el presente no existiese siquiera.
Sé que más tarde estaré en casa pero no sé si "más tarde" es dentro de unas horas o dentro de veinte años. Y esto es realmente jodido porque, mierda, ya no sé en dónde terminaré ni siquiera al dar el primer paso para salir de mi cama.
No sé por dónde debería comenzar si ya no tengo medidas.
Supongo que... podría decir que mi nombre es Archer. Archer Presley. Y me alegra saber que puedes percibir mi existencia, al menos en tú mundo, porque en el mío dudo que alguien me recuerde. Creo que mi vida sigue cada día, pero estoy seguro de que la de mi mejor amiga, Whitney Dixon, se acabó en el mismo accidente que me dejó tirado en el hospital. Solo, en la nada, repitiendo una y otra vez lo mismo: el grito, la palabrota, el punto final. Girando siempre sobre la misma línea de tiempo hasta que esta... colapsó. Y entonces caí con ella y ya no hubieron más comienzos ni finales, sólo momentos.
Por eso el tiempo no importa. Nosotros somos sus esclavos, aunque existen ciertas excepciones que decidimos enviarlo a tomar por culo para decirle que ya no controla nuestras vidas. "No te ofendas, pero lo nuestro se acabó. Ahora me valdré por mi mismo, y sé con certeza que me irá como la mierda, pero de igual forma adiós".
El tiempo no me importa. El destino, de cierta manera, sí. Es a quien no puedes sólo enviar al cuerno. No quieres ignorarlo. Su control es tu infierno...
Y, si no quieres arder, ni siquiera pienses en intentar hacer lo que yo hice: desafiarlo.