El día del accidente

• capítulo i: confío en ti

Dicen que las cosas no acaban cuando la muerte llega, pero desde el accidente ya no estoy seguro ni de eso ni de nada.

Es loco pensar que la vida termina y es incluso más loco pensar en que no hay nada más que esto, el mundo de mierda y lo que nos pertenece. Pero si hay algo que me tortura a cada hora es pensar en Whitney. Si quieres entenderme, deberías intentar pensar en lo diferente que sería tu vida sin un simple hecho o sin una persona, y tendrás la respuesta a todo.

Sin Whitney y su particular forma de reírse esto no habría acabado así. Sin ella las cosas inexplicables que me suceden no existirían. Pero también, sin ella, no estaríamos ahora mismo aquí. Por eso creo que no puedo enfadarme y nunca podré hacerlo, quizás porque la verdad es que no fue culpa de Whitney. Pero sé que, sin ella, nada sería igual.

Lo último que puedo ver de mi mejor amiga son imágenes, nada de videos en forma de recuerdos como solía ser. En la última de todas... sólo veo sangre. Sangre y oscuridad. Rojo y miedo. ¿Y eso qué significa? ¿Quiere decir que estoy muerto o que ella lo está? Porque estoy perdido de alguna manera muy loca y ya no sé qué es parte de las luces y del tiempo y qué es parte de la verdadera historia.

¿Y cómo puedo estar seguro de que eso es real, de que esa es Whitney y de que ese soy yo si no soy capaz de aceptar que en realidad se trataba de un cadáver?

Estoy mirando a través de una ventana rota todo el tiempo, preguntándome qué hice para quebrar el cristal y si hay algo que podría hacer para arreglarlo por mi cuenta. Sin embargo, no puedo moverme. Estoy tan inmóvil como un muñeco sin vida. No controlo mis manos ni mis pensamientos. Lo que necesito, lo único que pido, es un día más. Algo más. Un pequeño momento, un pequeño encuentro, una palabra por su parte, incluso si es para decirme cuánto me odia. Lo que sea que tenga que ver con vida, con lo que era todo esto antes del choque y de la sangre. Más. Es lo que todos pedimos cuando ya es demasiado tarde.

Me pregunto si de haber sabido cómo acabaría ese viaje habría accedido de la misma forma. Si de haber sabido que, después de todo eso, iba a sentirme tan vacío. Porque eso es lo que soy: una nube que ya no presencia ni permite los colores. O al menos eso es lo que oí, aunque no termino de entender qué significa.

Esto va a tomar bastante tiempo. Supongo que sólo tengo que intentar hablar para narrar lo que sé y lo que quizás no sé. Si existe o no l magia, si ella está detrás de lo que nos ocurre, o si el destino realmente sabe cómo impactar en nosotros. Todo lo que siempre he sabido está colgando de una cuerda ahora mismo, y me pregunto cuánto falta para que esta me falle.

El mundo puede convertirse en un lugar horrible de un momento a otro sin que tengas que mover ni un solo dedo.

Mírame a mí, y mira el camino que tienes en frente. Sea lo que sea, luego tendrás que moverte. ¿Y sabes qué ocurrirá? ¿Sabes qué más podría ocurrir además de lo obvio? No. Nadie lo sabe. Ni siquiera cuando vives más de una vez la misma experiencia.

¿Te haría sentir mejor si te digo que no es del todo malo vivir como yo? Quiero decir... duermes a todas horas, incluso escuchas cada ruido desde la oscuridad, cuando alguien entra y comienza a hablar, pero no sientes nada. Ni siquiera cuando toma tu mano. Sólo escuchas y nada más. Recibes pero no puedes dar. ¿Qué mejor que salvarse del pecado?

—No sé cómo hacer esto, pero sé cómo decirte que eres un imbécil. Siempre lo he dicho, ¿verdad, Archer?—escucho que dice alguien en este exacto momento... o quizás hace un par de semanas. Lo que sea, pero puedo asegurarte que se trata de Fletcher Joel Elmer. ¿Y quién es ese? Espera y verás. Sólo tenemos que aguardar un par de segundos para que pueda encontrar las palabras y la forma de comenzar a hablar. No está tomando mi mano porque, joder, Fletcher Joel Elmer no toma la mano de nadie. Mira, ahí viene—. Pues esto, imbécil. No puedo creer que por primera vez en mi vida te veo tan... no lo sé. Inmóvil. Serio. Bueno, lo eras antes, pero de vez en cuando fruncías el ceño o intentabas sonreír, y además todos sabíamos que estabas entre nosotros. Pero ya no estás, y sentimos tu ausencia, tío. Más ahora que el imbécil de Richard se junta con nosotros como si esto le diese derecho a hacerlo. E intenta hablar como tú. Te reirías de poder hacerlo, créeme. Pero... estás aquí. Y me dicen que tengo el tiempo contado para hablar contigo. ¿Puedes creerlo? Antes teníamos horas. Más de veinte a la semana. Y ahora... tan solo unos minutos. Y tú ni siquiera puedes responder. Joder, ni siquiera sé si puedes oírme.

Podemos escuchar perfectamente cómo toma aire y también imaginar que está evitando mirar mi cara porque es eso lo que siempre ha hecho. Si hay algo que Fletcher Joel Elmer odia es mirar a alguien a los ojos. También odia que nombren su nombre completo, pero ese es otro detalle.

—Desde que ocurrió lo que... ocurrió, nuestras madres no se separan. Y tampoco dejan de hablar de cuando Thaleia se embarazó y, a los dos meses, mi madre igual. Me cuentan tantas cosas que hacíamos cuando éramos niños que... creo que te extraño. Pero no lo digas, ¿eh?—y ahora intentemos reírnos de él, por lástima y nada más. Si no puedes, no hay problema. Yo tampoco puedo—. Te odio por estar aquí. Pero me odio por no haber ido con vosotros cuando Whitney me ofreció la oportunidad de hacerlo. No es que... no es que quiera morir, ¿vale? Sabes de qué estoy hablando. Sólo... preferiría mil veces estar como tú a vivir con tu ausencia. Antes las cosas estaban bien. Y nadie pensó en esto. Nadie pensó en que quizás... existía la pequeña posibilidad de que...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.