El día en que los monstruos salieron

CAPITULO OCHO

Desconcierto
 

 

Mi cabeza retumba, se oye el hablar de distintas personas. Y exclamaciones de preocupación.

-¡Ha despertado!- grita Duncan.

Se oye donde una mujer lo regaña.

Poco a poco comienzo a abrir los ojos, al principio miro a las personas borrosas, pero luego comienzo a distinguir a mis alrededor, todos me están rodeando.

Me encuentro en mi habitación. Estoy recostada en mi cama, mi cabeza sigue doliendo, siento como si me hubieran dado un buen golpe.

Todos se encuentran sorprendidos y un poco... ¿Asustados?

Una pregunta comienza a surgir en mi mente.

¿Cómo logramos regresar?

Toma entre mis manos mi cabeza y me incorporo poco a poco. Recargo ni espalda en la cabecera de la cama y observo como todos tratan de rehuir de mi mirada.

Confundida miro a Duncan. Y él al igual que yo, se encuentra confundido y preocupado.

Guardan silencio los demás, Duc les hace una señal para que nos deje a solas en la habitación y ya cuando salen él suelta la pregunta.

-¿Qué sucedió?

-Eso debería de preguntar yo. ¿Qué es lo que sucedió?¿Cómo logramos llegar aquí?- cuestiono y lo miro a los ojos. Encuentro algo que en un principio no logré ver, se encuentra asustado. Cuando hago el ademán de acercarme, él se aleja.

Lo miro más confundida.

Trato de recordar que sucedió en la tienda, pero he olvidado todo ello. No recuerdo que pasó después de que nos rodearan. Solo recuerdo sentir dolor y escuchar varias voces, no recuerdo más.

Y eso me comienza a asustar.

-¿Qué hiciste?- vuelve a preguntar Duncan, ni siquiera se que responder a ello, por qué no tengo ni idea de que es lo que hice.

-No te entiendo, Duc. ¿Qué se supone que es lo que hice?-pregunto más asustada de lo que debería.

-Comenzaste a gritar de dolor, decías muchas cosas, nada se te entendía y entonces caíste inconsciente- comienza- Luego, no se escuchaba nada. Ni siquiera nada. Se volvió raro. Foster se asomo a la ventana y... todos, Morgan. Todos afuera estaban muertos. Nadie quedó con vida. Y ninguno tenía una herida física. Lo que sea que hiciste nos salvó. Y de nuevo viene mi pregunta, ¿Qué hiciste?

Estoy desconcertada, ¿Cómo puedo responder esa pregunta si ni siquiera recuerdo haber hecho algo?

No solo me siento desconcertada, me encuentro enojada de mi misma, por qué hago cosas que ni yo sabía que hacía. No sé que hay en mí, por qué no recuerdo hacer algo raro ni fuera de lo común. Estoy molesta conmigo y mis acciones. Y más molesto por qué me culpan a mí, se encuentran agradecidos por ello, pero tiene miedo de lo que llegue a pasar.

Por qué no se controlarlas. Ni se cuánto daño pueda causar, por qué si yo hice lo que dice Duncan, ¿que asegura que yo estando aquí ellos estén seguros?

-No lo se, Duncan- repito molesta- No se que hice. Ni tengo la más mínima idea de lo que sucedió. No recuerdo nada.

-Dijiste que no eras peligrosa- murmura en voz baja.

-Y no lo soy.

-Tus acciones no lo demuestran- refuta.

-¿Me tienen miedo?- cuestiono molesta. No estoy enojada con ellos, lo estoy conmigo. Y no debería de ser así.

Es tan triste pensar que no puedo permanecer con alguien en este momento. Papá me dejó, Blake me salvó y aquí me temen.

-Mas de lo que imaginamos- tal vez es hora de marchar. No creo que pueda estar aquí. Mi cabeza sigue doliendo, pero supongo que los demás no quieren seguir con mi presencia que tal vez los perturba. Me las podré apañar sola.

-Entonces ya no tengo que seguir aquí. -me duele decir eso- No tiene sentido que esté en un lugar donde todos me tengan miedo. Y no sean egoístas pidiéndome que me quede con ustedes para salvarlos. Por qué no se cómo hacerlo. Talvez tuvimos suerte.

Ahora sí me comienzo a enfadar.

¿Cómo es que piensas que yo hice eso? Ahora comienza a notarse absurdo. Es decir, nunca sucedió nada raro a mi alrededor.

Los demons no cuentan.

-Nosotros llevamos tres semanas viviendo esto. Y te juro que en las tres semanas cuando salimos a buscar comida nunca había pasado esto. Llegaste tú y de la nada más de veinte personas mueren en más de un segundo. ¿Qué quieres que pensemos?- farfulla enojado.

-¡¿Y crees que yo tengo la culpa?¡- le grito- ¡Ni siquiera me conocen!

-¡Es por eso, Morgan. No te conocemos! -me grita de regreso.

-¡Pensé que eras diferente! ¡Siempre termino a desagradarle a las personas! ¡Pero pensé que aquí sería un poco diferente!

Me levanto de un salto y me dirijo hacia la mochila. Me la cuelgo y me apresuro ir a la puerta. De un tirón la abro y enojada comienzo a bajar las escaleras.

Los pasos de Duncan se escuchan atrás de mí y camino más rápido. Llegó a lo que sea que se llame ahora. La recepción o ex recepción se encuentra con todos los sobrevivientes.

Todas las miradas se encuentran en mi. Y no siquiera me molesto en decir una palabra. Me encuentro frustrada y al parecer todos los notan, pero ninguno planea decir porque... ¡Tienen miedo!

Salgo del hotel y miro las calles.

Están desoladas y los edificios de alrededor se encuentran destruidos. Hay basura por todos los lados. No me había fijado en ello hace rato, estaba contenta por que me encontraba hablando con Duncan.

Mis pasos bien podrían resonar en toda la calle. Cada cosa que me encuentro no pierdo la oportunidad de patearlo un poco- demasiado- fuerte.

El cielo se encuentra nublado y parece que va a llover. Se siente demasiado frío y agradezco traer todavía mi chamarra puesta.

El aire ruge fuerte y hace enredar mi cabello, no se escucha otro ruido más que ese.

Ni siquiera sé dónde me encuentro. Pero planeo salir de aquí e irme a encontrar el dichoso bosque.

Y espero que esto termine cuánto antes.

Sigo caminando, pero ahora más despacio y tranquila.

Camino hasta salir de la ciudad. No me encontré con nadie, y no se si eso es bueno o decepcionante. Estoy rodeada de cientos de árboles y de pronto detengo mis pasos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.