El día en que los monstruos salieron

CAPÍTULO NUEVE

REGRESO
 


 

—Blake… — susurro aún sin creerlo.

Deshago el abrazo y lo miro al rostro, me encuentro sorprendida, e incluso un poco aliviada de que siga aquí.

Mis emociones son un torbellino. No sé que decir, y Blake se encuentra al igual que yo.

Está ¿aliviado?. También se encuentra agitado. Ninguno de los dos dice una palabra y nos quedamos un momento observándonos a la cara. Su rostro tiene algunos rasguños, su cabello es una maraña y pequeñas hojas se encuentran en él. Sus labios están entreabiertos y sus ojos tienen el azul más claro que he podido observar.

Cuando ambos salimos de nuestro ensimismamiento, soy la primera en hablar.

—¿Cómo… cómo?— comienzo a balbucear.

—¿Cómo sigo con vida?— asiento con la cabeza, aún asombrada.— Es… raro. No sabría cómo explicarte— frunce el ceño— Recuerdo sentir mucho dolor. Honestamente pensé que estaba muriendo y lo único que pensaba era que no quería morir. No sé que pasó… cuando desperté ya no había alguien. Estaba solo.

»Pensé que no te iba a encontrar— murmura en voz baja. E incluso huye de mi mirada.

—Y yo pensé que estabas muerto— digo.

—Eres muy irritante, pero aún así me agradas.

—Y tu eres amargado, pero así me caes bien.

—Sigo aquí con vida. Y te encontré— dice sin poder creerlo.

—Sigues aquí con vida y me has encontrado— le aseguro. Una pequeña sonrisa asoma en su rostro y lo vuelvo a abrazar.—¿Cómo me encontraste?— puede ser que no haya sido tan difícil, pero hay que considerar que habían dos caminos. En otro momento podríamos estar muy lejos, pero no es algo de lo quiera imaginar en este instante.

—Al parecer él mundo quiere que me encuentre contigo. Solo seguí por instinto.— me sonríe. Pero luego toda señal se borra.— Me encontré con Duncan.

Me aparto de él y por un momento tengo miedo de que Duncan le haya contado lo que pasó.

—¿Qué te dijo?

—Que se sentía arrepentido, que no era su intención. No sé de qué habla, ¿Te hicieron algo?— pregunta preocupado. — Me pareció buena persona, fue el que me dijo a dónde te dirigías.  Y me pidió que te dijera que lo sentía.

Ignoro su pregunta y le doy la espalda para seguir mi camino.

No quiero que lo sepa, pero tampoco quiero ser egoísta. Porque si le cuento lo que pasó, ¿seguirá queriendo estar conmigo?

¿Eso me hace egoísta?

No quiero que sea así, pero quiero que esté aquí conmigo. No me queda alguien más.  

Mis ojos comienzan a ponerse llorosos y un nudo se forma en mi garganta impidiendo hablar.

Él viene detrás de mí y lo sé por que escucho sus pisadas.

El cielo se nubla más y se siente que en cualquier segundo comenzará a llover.

Siento una mano en mi hombro y me encuentro con Blake mirándome atentamente y preocupado.

Su expresión de preocupación y desconcierto hace que las lágrimas salgan.

—¿Hay algo mal conmigo?— sollozo— Ellos no me quieren ahí, Blake. Soy peligrosa para ellos. No crea que quieran seguir conmigo. Y yo definitivamente no quiero estar ahí.

Duda un poco pero acerca sus manos a mi rostro para limpiar el rastro de lágrimas que va quedando en mis mejillas. Me acerca a él y me da un abrazo, me permito sollozar más a gusto y parece no importarte que ensucie su ropa, ya que se comienza a humedecerse por mis lágrimas.

—No hay algo malo contigo, Morgan— susurra en mi oído— Y no eres peligrosa para mí, yo si quiero estar contigo. ¿Tú quieres estar conmigo?

—El problema, Blake, es que no sabes lo que hice— vuelvo a sollozar y ahora más fuerte.

—Pues te aseguro que no me iré, porque te  acabo de encontrar. Eres la persona más fantástica que he conocido, y la única que quiero conocer.

Me aparta de su cuerpo unos centímetros y toma mi rostro entre sus manos.

Mis ojos se deben de encontrar hinchados por tanto llorar, mi rostro no debe de tener los mejores aspectos, pero parece no importarle.

—Espero y no salgas corriendo, Black.

Sonríe.

—No lo haré. — enarco una ceja— No lo hice antes, créeme, no lo haré ahora.

Deja caer sus manos a su costado y comienza a caminar dejándome a mí ahora atrás.

Corro hasta él y me sitúo a su lado.

Pasan unos minutos caminando en silencio.

Comienzo a procesar lo que dijo, y mi miedo disminuye. Al parecer soy de cambiar las  emociones  muy rápido.

Pero siento que él en realidad habla en serio. No va a salir corriendo. Y eso hace que me comience a sentir mejor

Duncan me mandó a Blake, y dijo que lo sentía. Y eso hace que mi enfado hacia el desaparezca. Aún siento un poco de rechazo por juzgarme sin conocerme.

Gracias, Duncan.

Sin perder el tiempo, una sonrisa comienza a extenderse en mi rostro y no pierdo la oportunidad de fastidiarlo.

—¿Te gusta este clima?—apenas las palabras salen, Blake suspira profundamente y se aprieta el tabique de la nariz invocando un momento de paz— A mí no. Me gusta más un día soleado. ¿Por qué lo que buscamos está en un bosque?, ¿Sabes? Prefiero la playa, nunca he ido a la playa. Tú, amargado, ¿has ido a la playa?

—No, no he ido a la playa. Y cállate.

—Leí entre líneas hace unos minutos, y según lo que entendí, quisiste decir que me extrañaste. — sonrio como angelito.

—Si, ajá— responde, sarcástico, pero la sonrisa que después se extiende en él me hace saber que en realidad si me extrañó.

—No te preocupes, yo también te extrañé.
 

***
 

Seguimos caminando, estamos más adentrados en uno de los bosques que rodeaban la ciudad.

Las aves revolotean por los árboles y se escucha su cantar. El cielo ya no está tan nublado y cualquier rastro de lluvia desapareció.

En todo el camino he ido hablando. Blake se dedica a escuchar mi parloteo y a contestar y reír de vez en cuando.

Fue un largo camino, lo que hace que ahora nos encontremos agotados. Desde hace como media hora ya no estaba hablando, me estaba quejando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.