El dia en que los monstruos salieron (nueva versión)

PRÓLOGO

“NUNCA PODEMOS SER”

Aunque recordaba muy poco lo que había pasado un día anterior, no creo estar tan loca para no recordar que antes todo estaba bien. Un día antes había pasado el tiempo junto a mi padre, asistí a la escuela, hice lo que se suele hacer en un día común. Todo fue normal, hasta que llegué a casa y de repente caí dormida.

Cuando desperté de un estado inconsiente, todo cambió. Mi hogar se encontraba vacío, no había ningun indicio de que mi padre estaba en casa. Y lo primero que cruzó en mi mente fue ¿a dónde ha ido?¿dónde esta?....

Al salir de casa, las calles se encontraban sumidas en una profunda oscuridad, habían casas destruidas, dejando ver cuerpos sin vida cuyas ultimas expresiones eran el terror, tristeza y agonía.

Aunque las palabras funcionaran, a veces sentía que debía de haber una acción de por medio, pero debido a las circunstancias, tan solo me bastaba una palabra para poder sentir tranquilidad.

¿Papá, dónde estas?

Quiero entender, quiero saber, ¿a dónde es que debo ir?,¿qué tengo que hacer?

Recorrí la mitad del pueblo llorando y gritando esperando que hubiera una respuesta de quien sea, pero tan solo el silencio y el miedo era lo que contestaba a mis plegarias. No había nadie. Estaba sola.

Regresé a casa con la esperanza de que papá regresara y me dijera que todo iba a estar bien.

Vamos, todo tiene que estar bien, abrazáme y deja de llorar.

No había nadie, la soledad seguía presente y el miedo comenzaba a consumirme. ¿Por qué seguía con vida?¿por qué yo?

La ausencia de mi padre persistía y entonces comencé a recordar los días antes de que esto sucediera, todas las noches antes de irse a dormir comenzaba a merodear

por el patio, comenzaba a escribir muchos textos y después los incendiaba en una forma de ritual murmurando diversas palabras, pero entre ellas siempre lo recuerdo decir: ahora y siempre nunca podremos ser..., despues de eso, volvía a actuar de forma aparentemente normal, nunca le pedí explicaciones, ni el me las dió, nunca fue necesario hablar de eso, tal vez él sabía que algo iba a pasar y no me quiso preocupar, tal vez él tambien sentía miedo...

Papá, ¿qué escondías?

Ahora me hubiera gustado saber que es lo que significaban todas esas cosas extrañas que hacía, en ciertas ocasiones solamente me había dicho que soñaba con una mujer muy extraña pero conocida, en momentos pensaba que se refería a mi madre, me daba nostalgia pensar que él aún la seguía extrañando despues de mucho tiempo, considero que en estos momentos si él estuviera aquí podria preguntarle qué era lo que pasaba y tal vez, él tendría las respuestas.

La tarde empezaba a parecer más oscura de lo normal, el aire se sentía mas fría y hacía que mi piel se enchinara y los escalofríos recorrieran en toda mi columna, tomé una chaqueta que aún estaba en mi destruido cuarto, busqué mas chamarras o cualquier cosa que me ayudara abrigarme, pero al seguir buscando, al fondo de mi armario, encontré una mochila que no recordaba haber dejado en ese lugar, con las manos temblorosas tomé la mochila y en ella observé que habían muchisimos papeles revueltos, fotografias, algo parecido a mapas y lo que mas me sorprendió, fue encontrar una daga al fondo de todo el papeleo.

Los papeles tenian textos largos hablando sobre soñar con una mujer que le advertía sobre la llegada de unos seres maliciosos que buscaban la pureza de los humanos, la luz del alma. Los mapas marcaban un mundo que era desconocido para mí, pero también marcaban todas las ciudades de mis alrededores, especificamente los bosques mas grandes de todo el país.

¿qué era todo esto?

Y por ultimo, habían miles de fotografías de una mujer sin rostro...

Tomé la mochila y decidí salir de casa, tratando de encontrar a alguien, de que mi padre estuviera escondido en un rincón del pueblo; sin embargo, no alcancé a salir de casa, la oscuridad inundó la habitación en la que me encontraba, el frió comenzó a azotar en mi piel y entonces lo sentí... la presencia de un ser detrás de mí susurrando palabras extrañas, mi corazón empezó a acelerarse tanto que sentía que iba a salirse de mi caja toracica, volteé tan solo unos segundos y miré un cuerpo cubierto por tunicas negras, solamente habían unos ojos negros tratando de mirar dentro de mí, eran unos ojos sin rostro y sin vida.

No era mentira, no era mentira, era real...

Empecé a temblar descontroladamente por el miedo, por los nervios y por pensar que estaba a punto de morir y entonces, caí al suelo inconsiente.

¿esto es el fin de mi corta vida?




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