"¿Sabías que en las fábulas, el gato siempre es traicionado por la lechuza? Algunos dicen que el ave siempre sintió algo extraño y confuso en el pecho. Algo que lo que agobiaba, que lo hacia diferente a nosotros... ellos dicen que era fe: fe en los humanos. Pero yo le llamo; necedad, estupidez, fallo... porque le salió tan caro que tuvo que cortarse las alas y meterse a una jaula.
Y ya que nos queda claro, que la historia no ha hecho sino repetirse una y otra, y otra vez, hasta llegar a límites exasperantes. Te voy a dar un consejo, uno que aún estás muy a tiempo de seguir, Candiani: Ama a la lechuza; pero no confíes en ella"
—Lyoshevko Lacroix
"Conviértete en alguien lo suficientemente interesante como para que no les quede de otra que extenderte una invitación..." —musité, mientras veía mi reflejo mirándome de regreso—"¿Qué demonios quiso decir con eso?"
Suspiré hondo y di dos pasos para sacar de una de las cajoneras, el gorrito azul que me había regalado Garcés luego de propinarme el más horrible manotazo que me habían dado en toda mi vida.
Combinaba perfectamente con la chamarra afelpada de mezclilla que llevaba encima, pero también me ayudaba a mantener mi cabello en su lugar y eso ocultaba un poco mi cara, y al mismo tiempo mantenía mis cachetes calientitos, así que definitivamente éste se iba en busca de aventuras (o problemas) conmigo.
Debajo llevaba una sudadera anaranjada, muy ligera y algo deslavada, pero esa era justamente la idea: no llamar la atención, porque hacerlo podía costarme muy caro, sobretodo considerando hacia dónde pensaba ir.
Jalé los cordones del cuello de mi sudadera hasta lograr que esta me ocultara la mitad de la cara, y después me coloqué unas gafas sin mica que había conseguido en uno de esos bazares de antigüedades: eran redondos, casi como los de Harry Potter, pero mucho más gruesos y oscuros, y tan pero tan grandes, que justo en ese momento yo era más lentes que cara.
"Bien..." —susurré —"Aquí vamos... ¡Modo Chilindrina/Sherlock on! ¡Modo Chilindrina/Sherlock on!"
Me deslicé unos pants capri a lo largo de las piernas y me puse un par de tenis deportivos.
Necesitaba hacerles el nudo ciego más fuerte que hubiera hecho jamás.
"Bien Helena. Tú sabes cómo hacer esto" —tomé los dos extremos de las agujetas y comencé a enredarlas la una con la otra.
Tenía que ser un nudo fuerte.
Tenía que resistir.
Tenía que conservar su tensión de aquí hasta que estuviera de regreso.
Pero sobretodo: tenía que asegurar perfectamente mis pies, porque ahí a donde iba no era un buen lugar.
No...
Ahí a donde me dirigía era el tipo de lugar en el que sí las cosas no te salen como quieres, terminas corriendo. Y más te vale correr rápido porque si fallas... seguramente te van a encontrar mañana pero dentro de una bolsa de basura y en partes.
Miré el reloj de mi mesita de noche... eran las 10:00 am.
Sí más cosas salían bien, debería estar de regreso a la hora de la cena, a lo mucho... con suerte un poco antes.
Me doblé algunos billetes y los puse en lugares diferentes de mi cuerpo y mi atuendo, así sí me asaltaban (lo cual era muy probable considerando que solo era una niña de 15 años metiéndose a uno de los lugares más turbios de México) al menos... al menos no se llevarían todo y me alcanzaría para regresar.
Además, ya estaba bien de no hacer nada...
¡Esto era por Jonathan!
¡Se lo debía!
¡Y lo mínimo que merecía ese niño pequeño era una vida normal!
Y yo estaba dispuesta a hacer, lo que sea, para dársela.
El timbre del teléfono me sacó de mis pensamientos y contesté al instante:
"¿En cuanto tiempo llegas?" —quise saber. Teníamos identificador de llamadas así que ya sabía quién era.
"Ya estamos abajo, bebé"
"¿Le metiste saldo suficiente a tu celular para que pueda llamar a un taxi en cuánto se vayan tus abuelos?"
"Obvio sí"—rió— "Oye pero, ¿cómo vas a regresarte? ¿Ya pensaste en eso? Sí quieres puedes decirme a dónde vas a ir y a la hora a la que quieres te pido otro taxi"
"Hum..."—jugué un poco con la idea —"No. Traigo dinero y... no sé cuánto me voy a tardar" —pensé un poco más antes de decirle lo siguiente. Pero yo mejor que nadie sabía que México cada día era mucho más peligroso para las mujeres, sobretodo para las que iban solas, así que me arriesgué —"Si dan las 9:00 y todavía no te llamo para decirte que estoy bien. Hay una carta en el cajón del medio, el de mi tocador... ahí... ahí lo explico todo. Pero no puedes decirle a nadie antes de esa hora" —recalqué.
"Amigui, me estás asustando..." —exclamó —"¿Estás segura que sólo vas a comprar zapatos?"
"Ya te dije que sí... pero son personas que los sacan ilegalmente de las bodegas de Liverpool, Palacio de Hierro y esas tiendas grandes... Así que te los venden mucho más baratos pero pues, también está esa pequeña posibilidad de que pueda ser alguien... ya sabes... raro"—añadí— "Sólo... hazme caso y no preguntes mucho... ¿Vale?"
"Ay Helena BUT.. ¿Y a ti desde cuando te salió el gusto por los zapatos? O sea, sorry amiguis hormiguis, pero la última vez que me escondí en tu closet para huir de Dami-bebé seguías teniendo esa colección toda ñoña de pantuflas de animalitos y chanclas con caritas y orejas. Seriously friend... o sea, estaba híper nice cuando jugábamos a las Barbies, y Ken y Max-Steel se las llevaban a la cita perfecta al zoológico y todo peeeeroooo amigui, ya no hacemos esas cosas... bueno, no todos los días y las citas ya no son al zoológico" —exclamó —"Y además la otra vez vi que te habías comprado una pijama súper extraña... ay amigui y también vi un documental de gente a la que le gusta hacer cositas vestidas de botargas... ¿No crees que es momento de que me cuentes algo? ¡Helena por daddy Diosito! ¡Soy tú mejor amiga! ¡Tu única amiga! ¡Y nunca me hablas de chicos! ¡O de chicas! ¡Así que si lo tuyo son esas cosas raras de animalitos yo te apoyo al mil! ¡Al cien! ...Ah, espera mil es más grande que cien, pero obvi me entendiste. El punto aquí Helena, es que si un día llegas de la mano con un tipo metido en una botarga de Winnie-Pooh gigante, yo lo voy a aceptar y hasta voy a aceptar ir al cine con ustedes... pero sólo muy muuuy temprano o muy muuuy tarde... porque te quiero ¿Está bien?"