La vida no siempre es justa, y no siempre se recibe lo que uno merece, ese pensamiento acompañaba a Teressa, quien lo había aprendido de una forma bastante dura, pues su mamá había muerto de cáncer, cuando ella apenas era una niña, lo peor, en navidad, cuando su único deseo había sido, que su madre se curará, desde ese día, la navidad dejó de ser navidad, y a partir de ese día se había convertido en el aniversario de su madre, a quien año con año visitaba en su tumba, llevando una noche buena, y deseando que ese día pasara rápido, le dolía ver que todos decoraban y platicaban felices de lo que harían para compartir con sus seres queridos, mientras ella solo esperaba paciente a que se acabará ese día, el cual se había llevado a su madre, una mujer encantadora qué amaba la navidad, y que año con año disfrutaba los planes, solo para consentir a los seres que amaba y la rodeaban.
Los años habían pasado y Teressa se había convertido en madre, Nícol de 6 y Dante de 4, eran sus hijos, y la razón de su existir, después de su nacimiento comenzó a ver la navidad de diferente forma, sin embargo seguía el sin sabor, por ellos, sus hijos habían pedido un deseo "qué Santa se lleve la trizteza de mamá"