El día que vi a Santa

Ideando la magia

Narrador

Poco a poco la duda en Teressa fue desapareciendo, habían pasado varios días, en los cuales trato de buscar una explicación que no pudo encontrar, y decidió enfocarse en el año que estaba comenzando, Nícol había dejado de lado todos los escenarios que dibujaba en su cabecita, pues paso tres días creando escenarios donde decía que Santa se había llevado ese deseo. 

-Bajo por la chimenea, estoy segura, y reviso todas las botas, pero solo se llevo la mía, de seguro leyó mi deseo-decía mientras sus ojos se le iluminaban

Teressa no había leído la nota, ya que recordaba que cuando su madre enfermo y tenía la misma ilusión que veía en sus hijos, pidió con todo el corazón que Santa se llevara el cáncer de su madre, pero en vez de llevarse el cáncer, se llevó a su madre, y dejó la nota, qué como respuesta decía "no siempre se puede tener lo que uno desea, lo siento", con los años había entendido que esa frase era más para pedirle perdón por lo que su padre no podía cumplirle, qué para decirle que no podía tener lo que quisiera, o ella así lo creía, puesto que siempre creyó qué su padre fue quien lo escribió. 

Sin embargo, a miles de kilómetros, en un pueblo totalmente blanco, con iluminasiones de colores, existía un viejo, con barbas y bigotes blancas blancas, cubierto de canas, con pequeños lentes, que veía a través de un copo de nieve, el cual mantenía flotando en la palma de su mano, como las lágrimas de una Teressa mayor se iban convirtiendo en una fina capa de amargura, ya no había rastro de ilusión y eso a aquel viejo, le dolía mucho, pues el más que nadie deseaba haber podido cumplir su deseo, sus palabras habían sido sinceras, pues en su magia, tiene como regla, no intervenir en el futuro, y sabía, que el futuro de Margaret ya no existía, año con año veía como Teressa iba marchitando su ilusión en el, ya no se emocionaba, ni le brillaban los ojos, sabía que debía hacer algo, para que volviera a ella la ilusión por la navidad. 

Su día había pasado, pero tenía 364 días, para idear un plan, el cual le regresará toda la ilusión a la Teressa de 8 años, que seguía ahí, en un rincónsito, dentro de Teressa de 28 años... 




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