Avanzabamos por el camino, y yo no podía dejar de recorrer con la vista el lugar, era como un cuento, a lo lejos se veía grandes pinos cubiertos de nieve, sin embargo no tenía frío, volví la vista al camino y al mirar al frente, había una pequeña cabaña, y se alcanzaba a observar algo como un enorme granero, estaba realmente asombrada, me sentía como si llegara de niña al parque de las princesas, una sensación de nostalgia y alegría me invadió, seguí avanzando y estando en el recibidor, lentamente estire la mano para tocar el picaporte, pero la puerta se abrió de golpe, sobredaltandome...
-¡¡Teressa!! Bienvenida-hablo una mujer con demasiado entusiasmo, no sabía que decir, solo me tomo y literalmente jalo del brazo para que entrará.
La mujer aparentaba ser de edad madura, unos 50, a lo mucho 60 años, pero tenía una vibra demasiado estusiasta, llevaba puesto un tipo delantal navideño, ¿señora claus? Pensó mi cerebro, y reí, cosa que no pasó desapercibida
-¿de que te ríes? - dijo curiosa
-oh, de nada, creo, creo es nerviosismo - dije rápidamente, mientras me señalaba un pequeño sillón
Pasee la vista por todo el lugar, era más grande de lo que se veía por fuera, y cálido, parecía el hogar perfecto de una pareja de muchos años, a unos metros pude observar, sobre la chimenea, varios portaretratos, pero no alcanzaba a ver las imágenes, mi mente empezó a formar ideas de lo que estaba sucediendo...
-mi niña-dijo de pronto y regrese a "mi realidad" - ¿que si quieres chocolate? - pregunto y asentí, rápidamente extendió hacia mi una taza de bebida caliente, lo probé con cuidado, y era realmente deliciosa, de pronto, como si fuera una película, el sabor a bombones dentro de mi boca, me regreso a las navidades con mamá y los ojos se me aguadaron, llenos de recuerdos...
-oh pequeña, no llores-dijo aquella mujer-la navidad es el momento más hermoso del año, y no por los obsequios, sino por que es cuando todos se dan ese espacio y ese permiso para demostrar cuanto aman a su familia, algunos lo hacen con obsequios, otros con palabras, algunos lo hacemos con comida-dijo riendo-y otros solo están buscando que los cosan para volver a ver la navidad como lo que es- y como si me señalara, no pude evitar mirar mis manos.
Todo parecía tan real, que por un momento dude de mi cabalidad, intente despertar, pero nada funcionaba, debía estar tan agotada, que mi cerebro no respondía a mis peticiones de abrir los ojos, fije la puerta hacia un pequeño pasillo qué había, y me pregun...
-¿quieres ir al baño? - pregunto como si leyera mi mente y asentí - segunda puerta a la derecha-dijo y me puse de pie para dirigirme ahi
<<¿porque siempre es a la derecha? >> me preguntaba, al entrar, solo pude sentarme en el retrete, era un truco peligroso, pero quería despertar, así tuviera que lavar mañana, desee con todas mis fuerzas hacer pipí, y cuando por fin lo logre...
Nada, mi cuerpo hizo lo que tenía que hacer pero no pude regresar a la realidad, debía, ¿debía ser verdad? Me preguntaba, pero me negaba a creerlo, ¿como era posible? Listo, me volví loca, dije dentro de mi, tanto renegar de navidad y ahora me volví loca, creando la villa de santa en mi cabeza.
De pronto una voz me saco de mis pensamientos.
-¿esta aquí? - decía ¿emocionado?, lo que parecía una voz de hombre-?
-ya esta hombre, calmate que la vas a asustar...
¡¡Un secuestro!! Eso debe ser, me drogaron y secuestraron, pensé alarmada, abrí la puerta temerosa y camine de regreso hacia donde estaba sentada, y al llegar a la sala, con asombro lo vi, sonriendome...
Era, era ¿Santa?...