Esas palabras me habían dado justo en el lugar correcto, y eh de reconocer que fue como si me echaran un balde de agua fría, sonreí débilmente y lo mire, estaba con la mirada fija en mi, con las manos sobre su barriga, la cual no era muy pequeña, y solo estire mi mano, haciendo que agrandara los ojos con evidente sorpresa...
-¿feliz navidad? - dije, dejando entrever qué quería un borrón y cuenta nueva
-si, si siiii, oh, es decir, Ho, ho, hoooo-grito de emoción, mientras la señora, que no estaba segura quien era y yo, reíamos
Ambos se miraron y a sintieron de acuerdo, cuando con un chasquido de dedos una ligera ventisca cambió mi atuendo, ahora parecía un duende más, pero más alto, y avance hacia donde me señalan, justo al granero.
-¿será como en "los fantasmas de navidad"? - pregunte algo curiosa
-por supuesto que no, de ser así ¿porque te habríamos traído? - dijo sonriendo y haciéndome sentir tonta <<por supuesto>> - te explicaré un poco como funciona, aunque tal vez ya lo sepas, ¿no? - pregunto y asentí con duda
Al entrar al granero no había nada de lo que imagine, es decir, no había una fábrica de juguetes, ni cientos de duendes trabajando, había, a lo mucho 15 duendes y una pequeña banda, que en ves de transportar juguetes, transportaba ¿cartas?
-hace mucho que la gente dejó de ver lo que realmente importa Teressa, y se han enfocado en lo material, en ver quien da el regalo más costoso, o el último modelo de todo-explicó y asentí, es cierto, y mire por lo bajo - la verdadera magia, surge de gente como Mildred, como Margaret, Nícol, Dante, que no esperan un gran regalo, sino una gran navidad.
Mi mente comenzó a pensar en la cantidad de personas que piensan en lo material y no en compartir, por eso mamá siempre se esmeraba tanto, quería que sus invitados y quienes nos visitarán se sintieran bien, y se despreocuparan por los regalos.
-¿que es lo que quiere un niño? - pregunto, regresandome a la realidad, y con la pregunta varias manitas se alzaron, pero el solo me miraba a mi
-¿juguetes? - respondí fingiendo una sonrisa
-veamos-dijo tomando una carta de la banda transportadora- todavía sirven mis juguetes del año pasado, esta vez, me gustaría que le trajeras a mis papás tiempo para jugar conmigo...
Esas palabras estrujaron mi corazón.
-¿lo ves? No quieren lo material, quieren calidad, tiempo, compañía, quieren creer, ustedes los orillan al materialismo.
Asentí aun sin entender, porque ahí yo no podía hacer nada, la tv esta llena de comerciales, del último juguete, el último teléfono, la mejor bicicleta, no dice nada del tiempo de calidad, eso no se compra.
-aqui, tratamos de darles eso, plantamos ese pensamiento, ustedes se encargan de lo material, nosotros tratamos de hacer que quieran tener el tiempo para compartir, por eso es tan importante que realmente crean en navidad...
Hablaba, mientras yo poco a poco le daba sentido a sus palabras...
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¡¡Hola!!
¿Que les esta pareciendo esta corta historia navideña?
Ya solo serán dos capítulos más, gracias por leerme, felices fiestas ☃️🎉🎇