Zafiro se encontraba un tanto preocupada porque a veces que había tenido relaciones con el Diablo él no se estaba cuidando y por su parte ella nunca lo había hecho por la esterilidad de Rogelio López, no era posible pero un retraso la tenía con los nervios de punta. No sabía a quién acudir, por ningún motivo le contaría al Diablo que no solamente no le tenía confianza sino que quizás sería capaz de… mejor ni pensarlo. Ingresó a la habitación de Gitana con los ojos llorosos y abrazando el oso que se había encontrado.
—Hija, ¿te ocurre algo?—
—Gitana, ¡poseo un gran problema!—
—No me asustes hija, siéntate y cuéntame todo sin omitir detalle alguno—
Zafiro bajó la cabeza y posó sus manos temblorosas en las de Gitana como quien busca protección y no tiene a quien acudir. Mientras el llanto brotaba de sus hermosos ojos azules recorriendo su delicado rostro.
—Hija, ¿qué has hecho?—
—Nada señora, pero tengo mucho miedo. ¡Estoy acabada! Ahora si no me salva nadie—
—Zafiro ¡cuéntame qué te ocurrió!—
—Tengo… un… RETRASO—
—¡Santo Cielo! hija, ¡acaso no te estabas cuidando y ese maldito imbécil tampoco!
—No señora, Rogelio nunca lo permitió porque es estéril y con el Diablo simplemente pasó sin planearlo—
—¡Cálmate! Primero te debe ver un médico. Para confirmar tus dudas—
—Gitana, júrame que no le va a decir nada al Diablo—
—No lo voy hacer, no te preocupes. Conociendo lees capaz de cometer una locura—
—¿HACERME ABORTAR?—
—No lo sé. Hija no des por hecho una sospecha. Ahora que no se encuentra el Diablo voy a llamar un médico para que te vea y te calmes un poco—
El Diablo por su parte se encontraba con el general Gutiérrez recluido reclamando su ineptitud para capturar a Rogelio López después de todas las pruebas que él mismo le había entregado en sus manos.
—Diablo, yo también tengo superiores y te puedo asegurar que hay muchas personas que no les interesa ese hombre en la cárcel, hago lo que puedo hacer pero Rogelio tiene muchas influencias y ha comprado a muchas personas incluyendo políticos, jueces, fiscales y policía—
—¡Paciencia! Es exactamente la que he tenido por 18 años pero ahora estoy a punto de desatar una guerra y lo único que busco son resultado general—
—Ese hombre es mucho más poderoso y peligroso de lo que tu imaginas. Ten cuidado o vas a terminar como un mártir, no entiendo tu deseo de venganza pero debe ser algo muy importante para ti—
—Lo es general, no imagina cuanto he anhelado el momento de ver ese miserable destruido
—Entonces piensa con cabeza fría y déjate ayudar, no interfiera en mi trabajo porque lo único que hace es echarlo a perder—
—Voy a intentar mantenerme al margen por unos días pero quiero resultados. De no ser así va a tener noticias mías—
Cuando Diablo regresó al burdel se encontró con Santana en su oficina, sentado en su escritorio y entretenido en el teléfono móvil.
—Santana, ¿Cómo estás? Me imagino que bien porque ya se apoderó de mi oficina—
—Diablo espero que no te moleste. Gitana, me dijo que podía esperarte aquí—
—Por supuesto que no, tu sabes que eres la persona que más aprecio después de mí. ¿A qué debo el honor de tenerte en mi burdel?—
—¿Quiero que hablemos de Rogelio—
—¿Qué quieres saber?—
—¿Por qué lo odias tanto?—
—Eres la segunda persona en el día de hoy que me hace la misma pregunta, pero es algo que no puedo decir, pero créeme tengo mis razones de peso para hacerlo. ¿Quieres un trago?—
—Ja, ja, ja, ja, eres bueno para evadir. Ya me serví uno no te preocupes—
En ese momento ingresó Zafiro a la oficina del Diablo sin tocar la puerta, hecho que dejó al Diablo pálido. Santana al verla dejó caer la copa de sus manos derramando el trago de whisky en el computador del Diablo y otras carpetas que se encontraban encima del escritorio. Ella los miró a los ojos y le dijo:
—¡Discúlpenme! No sabía que el Diablo tenía compañía. Ya traigo algo con que limpiar, no era mi intención interrumpir ¡Señor mil disculpas!—
El Diablo le pidió que se retirara y cerró la puerta de la oficina, ante la mirada asesina de su amigo quien le sugería una explicación coherente.
—DIABLO, ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ OCURRIENDO? ¡POR QUÉ ESA CHICA SE PARECE TANTO A AMALIA!—
—No lo sé, ella es Zafiro, mi mujer. La chica de la que te hablé. Te voy ser muy directo, desde que vi el cuadro en tu casa tengo mis sospechas que es hija de Amalia pero no se quien es su padre porque Rogelio es estéril. Todo me indica que puede ser tu hija—
—Diablo eres un hijo de #&#@. ¿Por qué no me habías dicho antes?—
—Es que no estoy seguro. La historia es más cruel de lo que se ve, Rogelio levantó esa chica ya los 17 la volvió su amante aún contra de su voluntad, obsesionado con ella y no creo que sea perfectamente amor, ella escapó y la estoy protegiendo. La única razón para que Rogelio la quiera es que sea tu hija y lo hace por venganza. Ya le hice hacer una prueba de ADN pero aún no llegan los resultados—
Editado: 28.10.2022