Gitana como todos los fines de semana solía hacerlo, muy temprano salió en compañía del chofer sin escolta alguno al cementerio principal. El chófer no se percató que un automóvil los seguía a una distancia prudente para no levantar sospecha, dentro del automóvil se encontraba Walter.
Una vez llegaron a la puerta del cementerio Gitana le pidió al chófer que la dejara a solas porque necesitaba hablar con los muertos y en compañía de él, no podía hacerlo. Este sintió un escalofrío que recorrió su cuerpo con una brisa helada que acompañaba la escena y sin objeción alguna le dijo que la recogería en una hora en el mismo lugar, encendió el automóvil y dejó sola a Gitana en el cementerio mientras ella se adentra en el lugar abriéndose paso entre tumbas abandonadas y flores marchitas. No se detuvo hasta que llegó a una lápida que tenía una inscripción especial " La peor muerte es el olvido de quién te ama." Amalia Mendez.
Se postró sobre la tumba, retiró las flores que ya estaban marchitas y las reemplazó por un hermoso ramo de rosas blancas. Luego se sentó acariciando suavemente la lápida mientras empezó hablarle:
—¡Mi niña! cuánto me duele no haberte podido ayudar, sabes que te dije que era muy peligrosa tu relación con Santana, que iba acarrear la desgracia sobre ti… Ahora que sé que tu hija vive, te prometo que no la voy a dejar sola. Amalia debes proteger a Zafiro, esa niña tiene muchos problemas y está embarazada del Diablo, que no es un mal hombre pero si tiene su corazón endurecido por el odio y es sed de venganza—
De repente sintió que alguien la tomó por detrás bruscamente mientras vió a Walter que se dirija hacia ella diciendo:
—¡Lo siento Rosana! no es nada personal, solo cumplo ordenes de Rogelio—
—Tu corazón está igual de endurecido que ese hombre, Rosana murió con Amalia. Yo soy Gitana—
—Amarrenla y suban al auto. Me da igual cómo quieres llamarte—
Minutos más tarde llegó el chófer, pero Gitana no se encontraba en el lugar, él un poco espantado fue a buscarla entre las tumbas que tanto temor le producían pero no la encontró en ningún lado, entonces no tuvo más remedio que comunicarle al Diablo la desaparición de Gitana.
—Señor disculpe que lo llame pero es un asunto realmente urgente— habló el chófer.
—Dime ¿ocurrió algo?—
—Sí señor, Gitana desapareció en el cementerio—
—¿Cómo pudo pasar algo así?—
—Yo la dejé y cuando vine a recogerla no estaba—
—Me estás diciendo que la dejaste sola grandísimo idiota. ¡MALDICIÓN! La debe tener Rogelio. Vente para el burdel de inmediato—
Diablo se puso en contacto con Santana quien envió enseguida a Patricio Herrera al burdel para colaborar al Diablo en lo que fuese necesario para recuperar a Gitana.
Cuando Patricio Herrera llegó al burdel se encontró con Zafiro, en el pasillo que llevaba a la oficina del Diablo, sin perder oportunidad la abordó para saludarla con mucha gentileza mientras ella le respondió con una dulce sonrisa que al Diablo le caló hasta el estómago. Hecho que desató una ira incontrolable en él, eso que las personas llamaban celos pero él prefería ocultar los con una irónica sonrisa.
—Pensé que ibas ayudarme pero veo que tú intención es conquistar a mi mujer… ¡Me equivoco!— habló el Diablo malhumorado.
—Te equivocas, solo trato de ser decente con tan bella mujer, pero no lo entenderías. Supongo que ni Rogelio, ni tu saben del tema— contestó Patricio.
—Me pueden explicar qué está ocurriendo y ¿por qué tanto alboroto?— preguntó Zafiro angustiada.
- Con mucho gusto señorita, ocurre que la Gitana desapareció del cementerio y al parecer la tiene Rogelio López.
—¡No puede ser! Ese hombre es muy malo, ¡Gitana corre peligro! Tienen que hacer algo para ayudarle—
—No te preocupes mi amor, en eso estaba si no es por Patricio ya hubiera actuado. Ahora es mejor que vayas a tu habitación y esperes noticias. En cuanto a ti Patricio me puedes acompañar a mi oficina—
Patricio puso mala cara y lo acompañó, mientras Zafiro fingió ir a su habitación pero realmente fue a escuchar lo que hablaban los hombres en la oficina donde estaban reunidos con Gato y otros hombres del Diablo y Santana. El primero en tomar la palabra fue el Diablo.
—Ese mal nacido me llamó, me pidió intercambiar a Zafiro por Gitana—
—¿Piensas hacerlo?— preguntó Gato.
—Por supuesto que no. No le voy a entregar a mi mujer para que la asesine—
—Entonces vas a sacrificar a Gitana que te ha servido por tantos años y así proteger a tu mujer— le contestó Patricio.
—Voy a recuperar a Gitana cueste, lo que me cueste. A Rogelio, Gitana le sirve más viva que muerta, no le va a causar daño—
—¿Cuál es el plan Diablo? Vamos a ir disparando a diestra y siniestra sin importar que Gitana sea el objetivo. Ni siquiera sabes dónde la tienen— reprochó Patricio.
—Patricio, si no vas a aportar ideas mejor cierra tu boca antes que yo te la cierre de un balazo. La tienen en una bodega, ya sé la ubicación, porqué crees que te llamé pedazo de idiota. Vamos a actuar a la madrugada y a traer con vida a Gitana— dijo el Diablo amenazando a Patricio con una pistola.
—Sí señor. Cuente con nosotros— contestaron los hombres del Diablo muy seguros.
—Insisto que es muy peligroso pero lamentablemente tú estás a cargo así que no tengo más que apoyarte porque esas son las órdenes de Santana—
Zafiro se sentía culpable de lo ocurrido porque Rogelio López no descansaría hasta llegar a ella entonces decidió irse a entregar a Rogelio y hacer el intercambio para evitar poner en peligro la vida de Gitana, al fin era a ella quien él quería.
Corrió a su habitación dejó una carta al Diablo que decía:
Cristian.
Me voy a entregar a Rogelio porque no quiero poner en peligro a nadie, menos a Gitana que ha sido tan buena conmigo.
Diablo, Cristian o como quiera que te llames, en verdad llegué a amarte en este corto tiempo. Sé que tú no tienes corazón pero contigo me sentí viva, libre, tuve una ilusión pero todo fue un sueño y acabo de despertar.
Editado: 28.10.2022