El Diablo también llora

Capítulo 14

El Diablo no podía creer lo que el doctor le acababa de decir, era inaudito que Rogelio López nuevamente le quitaba algo que le dolía en el alma. Él nunca pensó en tener un hijo pero el saber que existió le llenó su ser de tristeza, de rabia y deseo de vengarse. Porque Zafiro no le contó nada, quizás ella también lo desconocía y si lo sabía, ¿por qué lo hizo? Tantas preguntas sin respuesta giraban en su cabeza mientras la realidad lo trajo de nuevo en sí.

—Diablo, Santana te busca—

—Patricio, ¿Santana está aquí?—

—Sí,en la cafetería—

—Demonios, se está arriesgando demasiado—

—Es mejor que te apresures antes que él cometa un disparate. Ya sabes lo impulsivo que es él—

Diablo camino hacia la cafetería de la clínica sintiendo un peso enorme sobre sus hombros. Llegó al lugar y observó a Santana sentado en una silla tomando un café, mientras sus hombres se hacían pasar por personas del común para no levantar sospechas.

—Señor, usted está corriendo un gran peligro en este lugar—

—Lo sé pero ¡Necesito verla!—

—No se puede… está en la unidad de cuidados intensivos!—

—Explícame lo que pasó ¿Acaso tú no la estabas protegiendo? ¿Por qué Zafiro fue a ver a Rogelio?—

—No sé qué pasó por su cabeza, ella es muy ingenua y pensó que Rogelio liberaría a Gitana y la perdonaría a ella. Ella está enamorada de mí… quería protegerme—

—Dime, se sincero ¿tu la amas?—

—Nunca… he amado a una mujer … pero Zafiro me llegó al corazón… no quiero perderla… no consigo la vida sin ella—

—¿Estás enamorado de ella? ¿Si o no?—

—Sí lo estoy—

—No voy a permitir que ella siga contigo, en cuanto se recupere la llevaré conmigo—

—Quizás sea lo mejor para ella. ¿Qué vamos hacer con Rogelio?—

—¡Excelente pregunta Diablo! Esto es guerra, vamos por Walter su hombre de confianza. Un golpe duro que lo va a desestabilizar. Ya estoy en eso no te preocupes tu encárgate de cuidar a Zafiro ya que yo no puedo hacerlo, si la descuidas un solo minuto te juro que te colocó una bala en medio de tu frente—

—¡Santana no me amenaces!—

—Es una advertencia querido yerno, me voy pero espero que Zafiro se ponga bien por tu propio bienestar—

—Espera un momento, hay algo que no te dije:

Zafiro estaba embarazada y perdió…  el bebé—

—¡No puede ser! Diablo lo siento mucho, ese bebé era mi nieto y en verdad sé lo que se siente perder un hijo. Tu sabes que eres como un hijo para mí, te he tomado aprecio y respeto, se qué en el fondo de ese hombre fuerte tienes corazón pero no te preocupes Rogelio va a pagar por todo—

Santana se levantó de la mesa y a pasos rápidos desapareció entre la multitud.

Mientras el Diablo se sentía destruido como aquel día que encontró a su madre muerta.

Por su parte Rogelio López celebraba en su habitación acompañado de bellas chicas el duro golpe que le había ocasionado al Diablo y a Santana tomando una copa de Whisky y fumando un puro, las chicas desnudas tocaban su cuerpos sensualmente mientras él observaba excitado. De repente un golpe en la habitación interrumpió repentinamente su celebración.

—Señor Rogelio, se que a usted no le gusta que lo interrumpa pero es algo urgente—

—Eso espero porque de no serlo te voy a colocar un balazo en medio de tus cejas idiota. Chicas esperen que ya regreso—

Rogelio se vistió y salió de la habitación con un humor pésimo.

—¿Qué ocurre Walter? Ahora que demonios te pasa—

—Señor, es su casa la de la ciudad—

—¿Qué hay con ella?—

—El Diablo la destruyó y asesinó a todos los hombres de seguridad—

—¡MALDITO HIJO DE #$#@!—

—¿Cuándo ocurrió?—

—En la madrugada. Él pensó que usted estaba en esa casa, estaba en compañía de Patricio el perro faldero de Santana—

—Esto no se puede quedar así, manda a traer a Gitana—

—Señor hay más—

—¡ME ESTÁS DICIENDO QUE HAY ALGO PEOR¡—

—Sí señor, la Gitana escapó—

—Partida de ineptos que me rodean. Trae esos idiotas yo mismo arregló cuentas con ellos y a tí más te vale que la vuelvas atrapar antes que regrese con el Diablo—

—Señor, Zafiro no murió como usted y yo creíamos—

—¡Maldición! No puede ser. Yo mismo la asesine a golpes—

—Está viva, en una clínica de la ciudad—

—Porque no verificas te que estuviese muerta, acaso no te pago para eso maldito idiota—

—Señor, yo pensé que usted la había asesinado—

—Walter yo no te pago una fortuna para que pienses sino para que actúes. No seas inepto. Localiza a Martín Reinosa y tráelo, la guerra ha empezado—

—Sí señor—

Rogelio entró furioso a la habitación y echó a las chicas que le esperaban desnudas sin importarle absolutamente nada.

Gitana había escapado de la bodega después de liberar sus manos y apoderarse de la pistola de uno de los hombres que la custodiaban, el Diablo le había enseñado a manejar armas y tenía una puntería perfecta, Gitana huyó en un intercambio de disparos no sin antes eliminar a varios de los hombres de Rogelio. Después de correr un rato llegó a una carretera donde la recogió un automóvil que pasaba por el lugar y la acercó ala ciudad donde ella pudo comunicarse con Gato quien la recogió en el lugar que ella le indicó. Gato le contó todo lo ocurrido en su ausencia y lo destruido que está el Diablo en esos momentos, le sugirió que le hiciera un hechizo de esos que ella sabía para que él recupere su cordura o habría problemas muy serios.

—Gato, deja que se desahogue. "El diablo también llora". Decía mi abuela—

—Sí pero pierde credibilidad ante los hombres—

—Para eso estás tú. Lo que le ocurrió lo vas fortalecer mucho más de lo que te imaginas. No te preocupes yo me voy a encargar de él—

Gitana fue al burdel, se duchó, comió algo y se fue para la clínica con Gato.

Al llegar vió al Diablo reclinado en una silla, abatido por sus pensamientos. Se le acercó sí que él lo percibiera y le habló al oído.




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