El Diablo también llora

Capítulo 20

Una vez el médico veterinario examinó a Ranger pudo constatar que no presentaba mayor daño, tenía algunos golpes y se encontraba muy aturdido por la explosión pero aquella experiencia solo se podía curar con amor y comprensión. El Diablo estaba muy contento de saber qué Ranger su fiel amigo estaba vivo y sabía muy bien quien podía darle a Ranger los cuidados necesarios para su pronta recuperación.

Rogelio por su parte no cabía de la dicha, estaba  en su casa celebrando con Martín Reinosa el éxito de su plan maquiavélico. Por el contrario, a Walter se le veía de mal humor, él no tenía conocimiento ni le hicieron participe del atentado al burdel, al parecer Rogelio le daba demasiada protagonismo a ese idiota de Martín Reinosa, que al fin y al cabo se vendía al mejor postor. No era posible que en tan poco tiempo un aparecido se convirtiera en la mano derecha de Rogelio cuando él cada día se esforzaba para cumplirle los caprichos y gustos excéntricos. 

Rubí por su parte se encontraba en el apartamento de Walter tratando de ordenar un poco con la música a alto volumen, vestía un shorts corto que le dejaba al descubierto unas hermosas piernas bien definidas y un top que resaltaba una cintura delgada y un par de senos redondeados capaz de seducir al hombre más fuerte. A ella la sensualidad le brotaba por los poros, así que no fue su intención hacerlo. De un momento se percató que alguien llamaba con insistencia a la puerta, pensó en Walter con un suspiro recordando la noche anterior y se dirigió inocente atender el llamado. Pero al abrir no encontró a su hombre, era un desconocido que le produjo un frío en los huesos.

— ¿Tú eres Rubí? — preguntó el hombre.

— Sí señor, ¿usted es amigo de Walter?— contestó la chica.

— Que descortés he sido contigo, mi nombre es Patricio Herrera— extendiendo su mano hacia la chica.

— El gusto es mío señor, me llamo Rubí.

— ¿Se encuentra Walter?

— No señor, no tengo idea a qué hora llega.

— Es una pena porque necesito hablarle ¿Será posible que lo espere?

— ¿Ustedes son amigos?

— Por supuesto.

— Entonces pase. Realmente estoy haciendo aseo y todo se encuentra desordenado pero si gusta lo puedo invitar a un café.

— ¡Me encanta el café!

Patricio Herrera ingresó al apartamento de Walter acompañado de Rubí, una chica inocente que no imaginaba quien era en realidad él hombre que le parecía tan agradable. Los hombres de Patricio esperaban en los automóviles en el parqueadero sin levantar sospecha alguna.

Un ruido de la cerradura de la puerta llamó la atención de Patricio porque indicaba que Walter había llegado, Patricio lentamente sacó la pistola sin que Rubí se percatara  porque ella preparaba un café en la cocina. Él se levantó rápido y se dirigió a la cocina colocándose justo detrás de la chica, evitando observar su sexi cuerpo para evitar cualquier distracción. Walter ingresó al apartamento percibiendo el aroma a un café recién hecho, mientras Patricio tomó por el brazo a Rubí cubriéndose el cuerpo con la chica y colocó la pistola en su cabeza, mientras deslizó su mano tomando la chica por la cintura. El contacto físico con ella le produjo una erección que no estaba planeada en ese momento, pero ante cualquier distracción siempre el trabajo. 

Warter al ver la escena trató de sacar su arma pero podía poner en peligro a Rubí, era evidente que estaba acabado, no había remedio alguno si quería conservar con vida a su amante colocar resistencia no era lo más indicado.

— ¡Walter! Pon tus manos arriba donde pueda verlas o la chica se muere aquí mismo— ordenó Patricio.

¡Suéltala! Ella no tiene nada que ver en esto— contestó Walter.

— Un movimiento en falso y te decorar el apartamento con los sesos de tu bomba sexi, Walter saca tu arma lentamente y déjala en suelo donde yo pueda verle.

Walter sacó su pistola como Patricio ordenaba y la tiró.

—¡Me crees idiota! ¡No tienes una sola pistola! Arrojalas todas si quieres mantener con vida esta preciosura, incluyendo el puñal que tienes en tu calcetín.

Rubí apenas podía respirar agitadamente mientras sus pechos redondeados subían y bajaban con rapidez, mientras sentía el roce que le producía su verdugo quien se sentía complacido con su cercanía.

Una vez Walter se desarmó totalmente, Patricio le ordenó que colocará sus manos sobre la cabeza y se colocará de rodillas, mientras él se acercaba lentamente y de un fuerte golpe con en la cabeza lo derribó al suelo dejándolo tendido en el piso totalmente inconsciente. 

Rubí rompió el silencio siniestro del lugar con un fuerte grito de angustia, mientras Patricio sin liberarla le pidió que tomase su teléfono y marcará un número, ella obedeció entre sollozos creyendo muerto a Walter. En pocos segundos los hombres de Patricio se encontraban en la puerta, él le ordenó a ella que la abriera si quería seguir con vida. Sus hombres ataron a Walter que estaba inconsciente, él liberó a la chica quien se abalanzó sobre ellos a golpes mientras el llanto salía de sus ojos, alguien le golpeó el rostro y la impactó contra el suelo  dejándola tendida con el cabello revuelto. Patricio estiró su mano y levantó a la chica del brazo con un poco de delicadeza porque le molestaba mucho la idea de golpear a una mujer, ella lo observó con una mezcla de rabia y dolor mientras su labio inferior sangraba. Esa mirada se le quedó grabada en su mente y le evocó un recuerdo que creía sepultado para siempre. 

—Llevenlo al automóvil y tú nos vas acompañar a dar un paseo con tu príncipe azul— exclamó Patricio.

Sacó a la chica casi arrastrada del apartamento mientras las personas atónitas observaban la escena sin poder hacer nada al respecto, después que él con un tono fuerte y amenazante le dijera que si alguien se atrevía  a llamar la policía o dar algún testimonio él volvería polvo el edificio con todos sus inquilinos dentro. Subieron a sus automóviles, partiendo con  rumbo a la casa de Santana con Walter totalmente inconsciente y atado con cuerdas. Lo que Patricio Herrera no sabía era cómo deshacerse de la chica evitando problemas con Santana quien no le agradaba dejar cabos sueltos que después le ocasionará complicaciones. Lo más seguro era que tendría que terminar acabando con la vida de aquella bomba sexi, por el momento esperaría órdenes de su jefe.




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