El Diablo también llora

Capítulo 25

Un nuevo amanecer trajo consigo la esperanza deseada por Rubí quien llevaba noches sin conciliar sueño, a sabiendas del cruel destino que le esperaba a Walter y el suyo que aún era incierto por qué a pesar que contaba con el apoyo de Zafiro seguía retenida a contra de su voluntad. 

Gitana entró muy temprano al cuarto de Rubí para pedir le que fuera nuevamente a hablar con Walter y tratara de hacerlo entrar en razón antes que aquellos demonios lo hicieran pedazos.

— Hija necesito que hables con Walter, solo tú puedes hacerlo entrar razón— rogó Gitana .

— Señora Walter no quiere escucharme— contestó la chica.

— Niña, en mis cartas el día de hoy he visto un río de sangre. El Diablo está a punto de desatar el infierno.

— Temo que no pueda hacer nada para ayudarle a Walter.

— Tu eres su ángel protector. Su alma gemela, estoy segura que te va a escuchar. Acompáñame antes de que llegue el Diablo.

Partieron juntas con mucha sutileza para no levantar sospecha entre los empleados de Santana, se abrieron paso en medio de las rosas con rumbo garaje pero no encontraron a Walter en ese lugar. 

Al entrar al lugar y ver las cadenas que colgaban vacías, Gitana tuvo una visión muy fuerte que la llevó al punto de desmayarse quedando tendida sobre el piso húmedo y frío. La chica que le acompañaba estaba impresionada y el hecho de que Gitana se desmayara no ayudaba para nada. A pesar de esto Rubí no perdió la calma, se inclinó para levantar a Gitana mientras las lágrimas corrían por su cara desgarrando el corazón.

Una voz ronca interrumpió el momento que ya era dramático y se tornaba a colocarse peor.

— ¡Maldición! ¿Qué hacen ustedes en este lugar? Me pueden explicar—

— Señor, ¡Gitana se desmayó! ¡Ayúdeme por favor!

El hombre se inclinó y tomó a Gitana en brazos llevándo a toda prisa con dirección a la casa, mientras Rubí corría detrás de él sin decir ni una sola palabra. Al llegar a la casa un grito de Zafiro estremeció el lugar.

— ¡Santo cielo! ¿Qué le ocurrió a Gitana?— preguntó Zafiro.

— No tengo la menor idea, acabo de encontrarla desmayada en el garaje, pregúntale a Rubí que estaba con ella— contestó el Diablo un poco molesto.

El Diablo continuó su camino en dirección a la habitación de Gitana. Una vez entró la colocó encima de la cama, tomó un alcohol y le colocó un pañuelo en su nariz impregnado con él, ante el asombro de algunos espectadores que habían llegado tras el grito de Zafiro, entre ellos Santana, Patricio, la misma Zafiro y Rubí.

Segundos después Gitana abrió los ojos bastante aturdida y al ver a Diablo recostado en su cama y con un pañuelo en la mano le preguntó:

—¿Qué ocurre? Tienes cara de preocupación.

— Te has vuelto a desmayar.

— Sí, ya lo recuerdo todo.

— Gitana, puedes decirme ¿qué has visto?

— La muerte, hijo mío. Vas a desatar el infierno y solo ruego para que no te consumas en sus llamas. Ten cuidado, ese hombre es el mismo demonio en persona. Diablo ¿que has hecho con Walter? él es otra víctima más de esta historia.

— Pierde cuidado, aún no lo he asesinado. Quizás le de una segunda oportunidad.

Diablo salió en silencio de la habitación mientras Ranger se unió a él, este lo recibió con una caricia en su cabeza. Santana y Patricio también lo abordaron en medio de preguntas que él no respondió. Diablo solo preguntó por Walter y les dijo que necesitaba hablar con él a solas.

Santana le pidió a uno de sus hombres que acompañara al Diablo al lugar donde tenían a Walter. Una vez llegaron al sitio entró solo y le lanzó una mirada amenazante a Walter, quien le devolvió la misma sin pronunciar sílaba.

Diablo tomó una silla, sentó a un lado y empezó a hablarle:

— Creo que ayer tuve un mal día, pero hoy deseo mejorarlo. Quiero que me prestes atención porque solo lo voy a decir una vez.

— Dudo que me interese algo que venga de tí—  respondió Walter.

— Quizás tenga algo muy interesante para proponerte. Quiero que trabajes para mí. A cambio te perdonó la vida a tí y a Rubí.

— No soy un traidor.

— De qué te sirve tu lealtad, Rogelio ya tiene al mando a Martin Reinosa y a ti te da por muerto. Dime ¿qué hizo para ayudarte?-

— Nada.

— Hazlo por Rubí, tu sabes todo lo que le hizo Martín Reinosa.

— ¿Cuál es tu odio contra Rogelio? ¿qué te ha hecho cambiar de opinión con respeto a mí?

— ¡Eso no te importa!

— Si quieres que trabaje contigo debes decirme.

— Ese hijo de &#$@, asesinó a mis padres. Mi padre trabajaba para él… era su  mano derecha pero un día el cerdo asqueroso de Rogelio conoció a mi madre y se obsesionó con ella hasta el punto de… asesinar vilmente a mi padre y violarla a ella, como ella no accedió también la asesinó. Yo tenía 10 años y lo ví todo… estaba escondido porque tenía miedo. Desde entonces juré venganza y ahora que conocí a Zafiro mi deseo se incrementó solo que una vez que lo logré me pienso retirar de este negocio.




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