— Con todo respeto ¡Señor usted se enloquece! Walter trabaja para Rogelio López, en cualquier momento lo va a traicionar— dijo Gato sorprendido.
— Gato, escúchame muy bien. Walter no me va a traicionar porque tengo a Rubí, me he dado cuenta que esa chica es su debilidad. Rogelio tiene a cargo a Martín Reinosa y él es el verdugo de ella— respondió Diablo con mucha seguridad.
— Como usted diga señor. Cuente conmigo aunque no estoy de acuerdo con su decisión, usted sabe que le debo mi lealtad.
— Gato hay algo más, estoy seguro que Patricio Herrera traicionó a Santana y ahora él debe estar en poder de Rogelio López. No hables de esto pero si ese hombre aparece o da alguna orden ignorar y retenerlo de inmediato.
— Sí señor. Yo mismo me voy a encargar del asunto.
Por otra parte Rogelio llegó al lugar donde Martín Reinosa tenía a Santana. Una vez entró a la bodega fue recibido por ambos con mucho agrado.
— Patrón él es Patricio Herrera, el hombre del que le hablé. El mismo que nos entregó a Santana.
— Muy bien muchacho.
Martín dió órdenes a sus hombres que bajaran a Santana del automóvil dónde lo tenían custodiado.
— Pero mira a quien tenemos en este lugar. Nada más y menos que a mi ex amigo Santana.
Santana no podía hablar porque tenía la boca tapada con un cinta que se lo impedía pero sabía muy bien que su vida había llegado al final. Caería en manos del hombre que tanto lo odiaba, no tuvo mucho tiempo para compartir con su hija y nunca vería la sonrisa de un nieto. Asumió con dignidad su derrota, era el precio que terminaban pagando las personas que como él se dedican a trabajar en negocios turbios, la cárcel o la muerte es su destino final.
— Santana, he imaginado tantas formas en las que quiero asesinarte pero he llegado a la conclusión que lo único que deseo es colocarte un balazo en medio de la frente — pronunció Rogelio López.
Dicho esto le pidió a sus empleados que colocaran a Santana de rodillas en el suelo mientras alzó su arma en dirección a él y disparó varias veces su arma acabando con la vida de Santana en cuestión de segundos. Luego se volvió hacia Patricio Herrera y también le disparó en la cabeza ante el asombro de Martin Reinosa.
— ¡Detesto los traidores! Jamás hubiera confiado en un hombre que muerde la mano que le da de comer. Liquiden a todos los hombres de este traidor y luego hagan volar este lugar en pedazos no sin antes enviarles unas fotografías al Diablo. Para que se de cuenta del destino que le espera a él y a la zorra.
— Como usted ordene patrón.
Martín Reinosa estaba molesto porque Patricio era su aliado pero igual Rogelio era un hombre sin corazón y poco le importaba que este lo hubiera asesinado.
Gitana continuaba muy nerviosa pero tal cual el Diablo le había encargado fue hablar con Walter. Este aún se encontraba encerrado en una habitación especial pero ya no estaba atado de manos ni pies a las cadenas de antes. Los hombres que lo custodiaban le permitieron a Gitana verlo a través de una reja.
— Rosana ¿Qué haces en este lugar?
— ¡Maldita sea! Te he dicho que no me llames así, ahora soy Gitana. Vengo a traerte una razón del Diablo, dice que necesita una respuesta cuando llegue.
— Dime algo. A Rubí ¿aún la tienen retenida?
— Sí, pero ella está bien. De hecho está más segura aquí que en cualquier otro lugar. No tienes de qué preocuparte.
— Necesito verla ¡Rosana tráela por favor!
— Lo voy hacer pero con una condición. Vas a aceptar la propuesta que te hizo el Diablo, por tu bienestar y el de esa chica.
Gitana salió del lugar en busca de Rubí, cuando llegó a la habitación la joven estaba dormida. Abrió la puerta con la llave que ella manejaba y se sentó suavemente en el borde de la cama.
— Hija ¡Despierta! Necesito que me acompañes a ver a Walter.
Rubí abrió los ojos sorprendida, se levantó enseguida, se organizó un poco su cabello revuelto y se vistió muy rápido sin hacer preguntas. Porque si algo había aprendido en ese lugar era que el no saber mucho la mantendría más tiempo con vida.
Se dirigieron juntas hasta el lugar donde tenían a Walter. Al llegar Gitana la dejó a solas con él y le pidió a los hombres que custodiaban a Walter dejaran entrar a la chica. Cuando Walter vió a Rubí la abrazó con angustia y la besó desesperadamente porque necesitaba sentir su piel y su aroma.
— Rubí ¿Te encuentras bien?
— Sí. No es lo que esperaba para mí vida pero estoy bien.
— Siento tanto lo que te está ocurriendo. Sé que es mi culpa.
— Si no fuese por tí. Ya estaría muerta. Tengo miedo por tí.
— No te preocupes. He tomado una decisión y aceptar la propuesta del Diablo. Si logro salir vivo de esta quiero que vengas conmigo. Si muero Gitana va ayudarte a escapar muy lejos donde nadie te encuentre.
Rubí dejó caer unas lágrimas por su rostro mientras se aferraba a Walter en un abrazo muy efusivo.
— ¡Promete que vas a estar bien! Quiero que empecemos una nueva vida juntos y muy lejos de este lugar.
–Lo prometo.
Walter condujo a la chica a la ducha de aquella habitación porque era el único lugar que no está custodiado por cámaras de seguridad e hicieron el amor de una manera loca. En una entrega total, donde dos cuerpos se fundieron en un movimiento rítmico de caderas. En una explosión de emociones y nuevas formas de sentir. La pasión de Rubí lo atrapó entre sus piernas, cada gemido de ella lo sentía él en su piel, hasta llegar varias veces al momento más sublime que lo devoraba por dentro y lo hacía vulnerable.
Ya entrada la mañana Gitana regresó por la chica que dormía plácidamente entre los brazos de Walter totalmente vestidos.
Editado: 28.10.2022