El Diablo también llora

Capítulo 29

Martin Reinosa había preparado con mucha calma un ataque final en contra del Diablo y su gente. Tenía reunido una cantidad de hombres lo suficientemente grande para tirar abajo la seguridad de la mansión de Santana pero realmente había decidido hacerlo en el sepelio donde consideraba estaban más expuestos y quizás la seguridad era menor.

Diablo había recuperado el cuerpo de Santana y el de Patricio había sido entregado a su familia. Estaban en un automóvil rumbo al cementerio,

Zafiro llevaba un atuendo negro, su cara más pálida de lo habitual y se veía un poco más delgada con unas ojeras muy marcadas. La acompañaban en el automóvil Gitana y Rubí, quienes no la dejaban sola ni un minuto. El Diablo seguía el coche fúnebre  junto  al fuerte esquema de seguridad como si se tratara de un diferente político. El cementerio estaba totalmente custodiado por órdenes de Gato, para evitar un posible ataque de Rogelio.

La ceremonia transcurrió en mucha calma, sólo el llanto de Zafiro rompía el silencio de vez en cuando. Gitana trataba de no llorar aunque por dentro lo único que deseaba era gritar su dolor porque ella toda la vida amó a Santana en silencio y albergaba la esperanza de una vida a su lado pero la muerte había destruido esa posibilidad y lo único que le quedaba era su sobrina. 

Diablo tenía un mal presentimiento que lo acompañaba desde que salieron de la mansión de Santana, por lo tanto le pidió a Walter que redoblar  la vigilancia y estuviese atento a cualquier señal. Antes de sepultar a Santana Zafiro tomo la palabra depositando una rosa blanca sobre el ataúd de su padre y con lágrimas en sus ojos le hizo esta promesa.

— Padre te juro que tú sangre no se derramó en vano. Voy a cobrar venganza cueste lo que cueste. 

Todos las personas presentes la observaron con preocupación pero nadie se atrevió a pronunciar una sola palabra. Bastaba con ver el odio en los ojos de Zafiro para saber que la Sangre de Santana corría por las venas de la chica. Una vez terminó la ceremonia, Zafiro aprovechó para llevar un ramo de rosas blancas a la tumba de Amalia, en compañía de las otras mujeres y el Diablo quien no la dejaba sola ni un minuto pero estando allí una fuerte explosión los aturdió mientras veían como pedazos de los automóviles volaban por el cielo, disparos iban y venían sin control, hombres tendidos en el suelo. La situación estaba muy complicada, Diablo se defendía y todos estaban escondidos tras la lápida de Amalia aunque sabían que de algún modo debían escapar del lugar porque no era seguro.

Gato trataba a toda costa de sacar con vida a su jefe y las mujeres, así que le pidió a los hombres que lo cubrieran para traer las a los automóviles blindados para colocarlas a salvo y huir del lugar si ser víctima de los francotiradores que los tenían rodeados, como pudo se cubrió tras las lápidas hasta llegar a ellos y así apoyar al Diablo quien dispara sin control antes los gritos de las mujeres que lo colocaban más nervioso. Walter quien ya había sido informado del suceso dió aviso aún contacto que tenía en la policía y en cuestión de minutos dos helicópteros con artillería pesada empezó a sobrevolar el cementerio que se encontraba un poco aislado de la ciudad cerca de unas fábricas y bodegas abandonadas dónde no era muy común encontrar personas, los hombres de los helicópteros no tenían orden de disparar a ningún blanco específico dentro del cementerio porque podían lastimar la gente de Diablo. Su misión era neutralizar francotiradores para sacar con vida a las personas atrapadas en medio de la emboscada.

Con la ayuda Gato y Diablo sacaron la mujeres rumbo a los carros que las esperaban pero cuando Gitana iba a ingresar al automóvil una bala impactó su espalda y cayó tendida al suelo, Diablo corrió hacia ella pero ya agonizaba y murió en sus manos, mientras la sangre corría sin control impregnando, Zafiro y Rubí que ya se encontraban en en el automóvil gritaron de dolor pero el chófer por orden de Gato arrancó el automóvil a toda velocidad tratando de esquivar las explosiones y dejando la escena atrás. Diablo también fue impactado por una bala en su brazo izquierdo pero su dolor por la pérdida de Gitana era tan grande que no prestó atención, la tomó en brazos y la subió a otro automóvil que lo abordó en compañía de Gato para sacarlo del lugar antes de que cayera víctima de las balas cruzadas. Una vez abandonado el lugar la policía retomó el control dando de baja a varios francotiradores, la noticia del atentado al Diablo y a su familia se difundió  en todos los noticieros del país porque él era un empresario bastante reconocido y la vez polémico por su burdeles.

Se le atribuía a un ajuste de cuentas por su relación con la recién aparecida hija de Santana, se decía que este reconocido hombre era investigado pero no le habían podido comprobar su nexos directos con los negocios del narcotraficante Antonio Santana.




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