«La depresión es como vivir en un cuerpo que intenta sobrevivir, con una mente que intenta morir».
Definitivamente, mis días son incoloros y vacíos. Por lo menos para mí lo son.
A las 6 de la mañana, llega Susana, siempre me encuentra despierta, entonces me obliga a levantarme y me ayuda a asearme y a vestirme. A las 7 me trae el desayuno; a las 8 me inyecta y debo tomarme las pastillas.
Una vez cumplida esta última tarea se marcha y, por fin, me deja tranquila. Yo abro el diario y continúo con mi escritura hasta donde el agotamiento me lo permite.
A las 12 me trae un insípido almuerzo. A la 1 de la tarde, de nuevo me inyecta y a las 2 p.m. otras dichosas pastillas, que, a propósito, las detesto y algunas veces me niego a tomar.
Antes, por las tardes, solo me acostaba y tomaba una corta y superficial siesta, pero ahora, después del descanso, retomo la escritura. Otras veces, Susana me da un pequeño paseo por los jardines y me deja unos minutos en el patio, tomando “supuestamente” algo de aire puro (lo considero inútil), pero según Harry, eso me ayuda a no sé qué funcionamiento de no sé qué cosa… en fin, últimamente los fastidiosos paseos solo se limitan a algunos pasillos poco luminosos, ya que, (aún no entiendo por qué), me ha empezado a molestar la luz del sol.
A veces me lleva a la sala principal, pero me niego a quedarme en ese sitio y compartir con otros pacientes, eso me desagrada y me deprime aún más. Luego regresamos a la habitación y no vuelve sino hasta las 6 de la tarde, cuando me trae la comida, que muchas veces devuelvo tal cual llega.
Rato después viene Harry, me ayuda acostarme en la cama, se queda unos momentos haciéndome compañía, casi siempre me regaña por no comer, según él, adecuadamente, y antes de irse, si no he dejado que Susana me inyecté, él mismo me coloca la infeliz inyección.
Esa es mi 'divertida' agenda diaria. Muy 'agradable', 'gratificante'.
Detesto tanta monotonía, tanta lasitud.
Lo lamentable de todo este asunto, no es mi desprecio por esta vida tan inútil; lo doloroso es que no hay absolutamente nada que hacer al respecto… y yo tampoco quiero hacer algo para cambiarlo.