El diario de Damiana

Junio 02. La pareja de Jessica

Era ya de noche cuando regresé a casa y papá Ricardo y Adreyna aún no habían regresado.

Cuando entré en la sala, encontré a Jessica y a Jonathan juntos, en el sofá; solo conversaban, pero estaban muy cerca, demasiado; estaban tan absortos en su conversación que por un momento no se percataron de mi presencia. Los miré detenidamente. En verdad, aquella no era una charla convencional de amigos; por mucho aprecio, afecto, cariño y confianza, evidentemente, ahí había algo más. Recordé inmediatamente que antes de ir al apartamento de Harry, había escuchado a Jessy y a su, hasta entonces, desconocida pareja, en la habitación. Sonreí incrédula y desconcertada. Ellos me vieron y sorprendidos se separaron disimuladamente.

Es realmente gracioso -exclamé molesta, acercándome a ellos- Realmente yo debo ser muy tonta -deduje decepcionada- Las personas que están a mi alrededor solo viven ocultándome cosas, ¿será acaso que consideran que yo soy deficiente mental?

Dam, cálmate -pidió Jonathan, tratando de tomarme por la mano- Las cosas no son así, déjame explicarte.

Suéltame -lo miré triste- ¿Por qué?, dime, ¿por qué me lo ocultaron?, no, espera, ya sé, soy demasiada ingenua y estúpida, sí, eso es, a Damiana no hay que contarle nada porque sencillamente es una imbécil.

Dami, no es así -intervino Jessica, un poco nerviosa- Solo que no quisimos involucrarte. No quisimos que te sintieras presionada e implicada en algo que solo nos correspondía a Jonathan y a mí.

Claro. Esa es la excusa perfecta. Pobrecita Damiana, cuidado la miran o la tocan demasiado se le puede romper la burbuja y se nos puede perder.

Dam, entiendo que estés molesta, pero tienes que darnos la oportunidad de explicarte las cosas.

Todos lo saben, ¿verdad?, excepto yo.

Solo Andrés lo sabe -contestó Jessica. Sonreí irónica y sumamente disgustada.

Estoy harta... harta de todos ustedes.

Espera -me detuvo Jonathan cuando intentaba salir de la habitación- Espera, no te vayas así. Solo escúchanos, por favor.

Dami, danos la oportunidad por favor, nunca tuvimos el valor de acercarnos a ti y decirte que estábamos juntos, no nos la niegues ahora.

Cuando Karla me llamó angustiada, rogándome que la escuchara, ahí tenían una oportunidad... cuando le insistía a Jonathan que me contara sobre esa mujer con la que salía, ahí tenían otra oportunidad... cuando Jessica hablaba de su pareja, ahí tenían nuevamente otra oportunidad. Cuando te preguntaba ansiosa, mortificada por Karla, por su paradero, por el motivo de su partida tan abrupta, tan ilógica... esa era su oportunidad.

Dami, escucha, por favor -rogó Jessica,

Realmente... realmente no quiero escucharlos. No porque apruebe o desapruebe el hecho de que estén juntos. Jonathan sé que si estás con Jessica es porque realmente la amas; la misma Jessica me lo confirma a diario. Yo te amo, Jonathan, y sabes que mi apoyo hacia ti es incondicional. Me duele profundamente su silencio, todo el esfuerzo absurdo e innecesario por ocultármelo.

En lo personal -apeló Jessica- Tenía mucho miedo de tu reacción. Jonathan en un principio quiso decírtelo, pero yo le rogué que esperáramos un poco, no quería perder tu amistad, no quería que al enterarte que, aunque Jonathan y Karla no habían terminado, él y yo ya estábamos juntos y por eso, quedar ante tus ojos como una traidora, como una infame.

Eso era algo que yo tenía derecho a decidir, ¿no crees? -recriminé- ¿Hace cuánto están juntos?

Desde poco después de la fiesta que Jessica y sus compañeros organizaron en la playa -contestó Jon.

Mucho tiempo para seguir dudando.

Tienes razón -aceptó Jonathan- Pero en un principio el temor le ganó a la razón. Cuando todo esto empezó, Jessica y yo, sobre todo Jessica, estábamos muy prevenidos uno del otro. Tú sabes muy bien que ella y yo no nos llevábamos para nada bien. Teníamos concepciones erróneas uno del otro. Pero de pronto, todo cambió. Los sentimientos cambiaron y son tan fuertes e intensos que no podemos, no queremos separarnos.

Dami, lo siento. Sé que debí decirte desde un principio que Jonathan es ese hombre del que te hablaba, ese que tanto amaba. Pero temía tanto perderlo, que...

Explícame, ¿Cómo el decírmelo haría que perdieras a Jonathan?, si tú y él se aman, dime, ¿por qué tendría yo que intervenir?

En verdad, lo siento, Dam.

Venía a darles una noticia realmente importante para mí. En realidad, eran dos noticias, pero... -cerré los ojos, completamente desilusionada- ¿Por qué ponerlos al tanto de mis asuntos, si a ustedes no les interesa que yo sepa de los suyos?

..............................................

Salí de la sala envuelta completamente en el dolor. Me sentía realmente destrozada, confundida, supremamente triste.

Cuando llegué con Daniel, era evidente mi estado depresivo. Trató con mimos y caricias levantarme un poco el ánimo, pero en verdad, no me resultaba para nada fácil recuperarme del abatimiento y de la desilusión.

No entiendo por qué, Daniel. Soy su hermana, pensé que también era su mejor amiga. ¿Por qué mantenerme al margen?, ¿por qué no participármelo?

Recuerda que tú también le ocultaste lo nuestro.

Si, es cierto, pero yo no sabía que ustedes se conocían. Temía, además, que Jonathan se molestara, que no entendiera, que no estuviese de acuerdo.

Bueno, piensa que tal vez eso les pasó a ellos. Cuando me lo contaron, eso fue lo primero que me advirtieron, ellos no querían ocasionarte ningún malestar, ningún disgusto. Jessica y Jonathan saben del aprecio y estima que sientes por Karla. Tu insistencia en saber de ella y todo lo demás no se lo hacían tampoco tan fácil. No querían ser juzgados, ni tachados. Realmente se aman.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

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