Cuando desperté esta mañana, lo primero que vi fue los ojos cafés de Harry.
Estaba sentado al pie de mi cama observándome. Al verlo sonreí y lo saludé.
- Buenos días, preciosa -contestó muy tierno- ¿Cómo amanece mi paciente favorita?
- Bien, supongo -contesté incorporándome un poco- ¿Qué hacías? -pregunté inquieta.
- Solo... te veía -contestó mirándome fijamente- Cuando entré, aún dormías y solo... -tomó mi mano, con los ojos cerrados le dio un pequeño beso- Enviaré a Susana para que venga a atenderte -se levantó y salió de la habitación.
Su actitud me desconcertó completamente. ¿Qué significa eso?...
¿Será acaso qué...?
¡No!
Espero que no se trate de eso.
Espero que Harry haya olvidado todo, porque de lo contrario, le haría daño y es lo último que deseo... realmente lo aprecio, lo quiero como lo que es: mi mejor amigo...
No deseo lastimarlo...
No quiero lastimarlo.