El diario de Damiana

Junio 08

 

Esta mañana cuando desperté, un fuerte dolor oprimía mi cabeza.

Sentía que la vida se estaba escapando precipitadamente de mi decadente cuerpo y quería rendirme ante el apremio del dolor. Pero poco después llegó Harry y suministrándome algunos medicamentos, lo echó todo a perder haciendo que el dolor cesará.

- ¿Cómo te sientes ahora? Preguntó preocupado.

- Peor -contesté distante.

- ¿Ha aumentado el dolor? -tocó mi frente- ¿Qué sientes?, ¿Qué tienes?

- Nada, no me duele nada -me miró confundido- Ese es el problema -sonrió un poco más tranquilo.

- Tengo una buena noticia para ti -informó animado-Ella hará que te mejore ese mal humor.

- ¿Qué noticia? -pregunté prevenida.

- Ayer regresó al hospital Walter Morton, ¿lo recuerdas? -no contesté- Él es el especialista que te operó hace algunos años -lo miré desconfiada- Le hablé de ti, le mostré las radiografías de tus piernas, sobre todo la de tu columna y me dijo que, con una nueva operación, un tratamiento y mucho esfuerzo de tu parte, estarás en poco tiempo caminando nuevamente -cerré los ojos, enojada- Es un cirujano reconocido y un ortopedista excelente; lo mejor de todo es que está dispuesto a comenzar ya mismo con tu tratamiento -me miró preocupado- ¿Pasa algo?

- Yo no voy a ir con ningún médico -protesté terminante.

- No, si no irás. Pensé en eso, por eso le propuse que los primeros exámenes y ejercicios físicos te los practicara aquí mismo y el doctor no tiene ningún inconveniente en hacerlos aquí en tu habitación.

- Harry... ¿por qué haces todo esto?, ¿por qué te empeñas en preocuparte tanto por mí?, no lo entiendo.

- Porque me importas y quiero que salgas pronto de ese estado en el que estás. Quiero que vuelvas a ser la misma de antes.

- Soy la misma de siempre -contesté triste- Siempre he sido así.

- No, por supuesto que no. Antes brillaba en tus ojos un hermoso esplendor, pero ahora los cubre un velo gris que los hace ver opacos, sin vida. Antes sonreías, podíamos hablar de cualquier cosa; eras alegre, divertida, optimista, siempre intentabas buscarle a todo, una salida, para ti no existía nada que no tuviera solución. No te rendías fácilmente. Ahora cualquier frase, cualquier palabra te entristece, te deprime y lo peor de todo, es que has dejado de luchar.

- Cuando sonreía, tenía motivos para hacerlo, el principal motivo era Daniel; pero su partida borró hasta el recuerdo de una sonrisa. Y, ¿para quién luchar?, él no está, no hay motivos para hacerlo. Por eso no quiero salir de aquí. No hay nada que me motive a cambiar esto que quieres, insistentemente, llamar vida. No quiero, realmente no lo deseo.

- Hay un motivo importante... una razón poderosa y tiene nombre propio -volví mi rostro indiferente- Pues así no quieras, el doctor vendrá -decidió terminante- Si no quieres luchar ahora, yo lucharé por los tres y nunca me daré por vencido.

- Es absurdo, no lo entiendo. No entiendo el porqué de tu obstinado comportamiento.

- ¿Yo soy el obstinado? -sonrió molesto- Tú eres la terca, testaruda, obstinada y caprichosa y para lo tuyo, no hay razón -respiró tranquilizándose- Damiana, si te cuido es porque quiero verte completamente sana -cogió la silla, se sentó a mi lado y tomó mi mano- Te amo Damiana -lo miré triste, callada- Eres muy valiosa para mí y tu recuperación en estos momentos, es lo único que realmente me importa.

- Ya hemos hablado de esto, Harry. Tienes a otras personas, tienes muchísimas cosas y mucho más valiosas que yo. No quiero hacerte daño. Una vez lo hice. Por favor, Harry, no quiero volver a hacerlo.

- Este amor que siento por ti, no me lastima, por el contrario -sonrió- Es lo que me da fuerzas cada día. Es cierto, existen personas muy importantes en mi vida y tengo muchas cosas, pero el amor que siento por ti es el motor que me impulsa diariamente, la fuerza dentro de mí que no me hace desfallecer -apretó mi mano contra su pecho- Siempre estaré a tu lado, siempre. Voy a luchar sin cansancio para que estés bien y salgas de este lugar. No mereces estar aquí. No debes estar aquí. Y sé que un día te veré afuera, gozando de tu juventud y realizando todos tus sueños e ilusiones; y quiero estar en esos momentos a tu lado, pero no me importa si no me incluyes en tus planes, yo te amo, por encima de todo y seré feliz viéndote y sabiéndote feliz.

- Harry... sabes muy bien que yo te quiero, te he querido desde hace muchos años -acaricié dulcemente sus manos- Tu amistad es lo único verdaderamente valioso que tengo. Es más, sabes muy bien que eres la única persona de mi pasado que he permitido que siga a mi lado; los demás me han abandonado o yo misma los he rechazado... pero contigo es diferente. Me haces sentir segura, protegida, quiero tenerte siempre junto a mí... pero es solo amistad... un infinito cariño que te profeso desde que nos hicimos amigos... sabes que si sigues insistiendo puedes salir lastimado y ¡por Dios, Harry!, no soportaría perderte a ti también. Sabes muy bien que... en mi caso, el amor llegó y se fue con Daniel y con él se quedará para siempre.

Se levantó, abrió un poco la ventana y miró sin mirar.

- Sabes bien que siempre te he amado. Sabes perfectamente que eres esa mujer de la que tanto querías que te hablara -lo miré agobiada- No sé en qué momento comencé a amarte... solo sé que cuando me di cuenta de mis sentimientos, ya estaba completamente perdido en ellos. Desde el primer día que te vi, aquella tarde en el apartamento de Andrés, inspiraste en mí, un sentimiento dulce, cálido, protector. Tu mirada tierna, tu sonrisa fresca y acogedora; esa tibieza en tus palabras, tu forma de ser tan entregada, tan incondicional, pronto me envolvieron de tal forma que me fue imposible liberarme. Pero Andrés y tú se amaban y yo en eso no debía intervenir, yo respetaba a Andrés y nunca hice nada en contra de nuestra amistad -respiró profundo- Si lo supiste en aquel momento fue porque... bueno... sabes perfectamente por qué -regresó a la silla- Yo entiendo y respeto el amor que aún sientes por él, no puedo y no quiero hacer nada en contra de ese sentimiento... lo que yo quiero es demostrarte que puedes volver a amar; quiero que entiendas que puedes ser feliz nuevamente.



#7 en Joven Adulto
#174 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.