Junio 26

Hoy cumplimos 15 días de tratamiento.

- Bueno, Damiana, esta ha sido la parte fácil -informa el doctor Morton, al terminar la rutina de ejercicios, mientras guarda sus instrumentos- De aquí en adelante debemos iniciar otro tipo de tratamiento, un poco más intenso, que requerirá de tu esfuerzo y voluntad, dime, ¿quieres que sigamos adelante?

Quince días han transcurrido ya. Es increíble. En todo este tiempo grandes cosas internas y externas me han sucedido. Una de ellas es que he vuelto a sentir mis piernas, y eso me tiene inconcebiblemente emocionada. Ni yo misma puedo creer lo feliz e ilusionada que me encuentro con todo esto. Hacían ya cinco años que no tenía ningún tipo de sensación y mucho menos movimiento alguno. Volver a experimentar el placer de poseer piernas me agradó... confieso que me agradó muchísimo.

- Si, doctor, continuamos -sonrió complacido.

- ¿Ves?, hay cosas que hasta que no te arriesgas a intentarlas no te das cuenta lo gratificante y placenteras que pueden resultar.

- Quiero pedirle disculpas, fui muy grosera con usted. Lamento haberme portado de aquella manera tan infantil.

- No tengo que disculparte nada. Lo único que te pido es que sigas con ese entusiasmo y te prometo que pronto estarás nuevamente de pie.

Es en verdad, maravilloso. Aunque hubo días en que quise renunciar, tirar todo a la basura; ahora me alegro de no haberlo hecho. Debo reconocer que gran parte de este triunfo debo compartirlo con Harry. Él nunca me permitió flaquear, siempre me daba los ánimos que necesitaba. Su permanente compañía, su confianza inquebrantable en mí, su gran cariño, hicieron que hoy tomara una decisión tan importante como es la de seguir con un tratamiento que, aunque doloroso y complicado conlleva una definitiva recuperación.