El diario de Damiana

Junio 28

Llevo dos días postergando la narración del siguiente capítulo de mi vida.

Un capítulo doloroso, oscuro, triste, amargo.

Un capítulo que nunca, jamás pensé que un día escribiría...

Hace cinco años, yo era feliz.

La dicha me acompañaba permanentemente en mi diario vivir. Tenía una vida tranquila, colmada de amor, de cariño; rodeada de seres que amaba y me amaban tanto o más de lo que yo jamás me imaginé.

Daniel y yo teníamos un hogar feliz junto a nuestro hermoso bebé que iluminaba nuestro universo.

Tenía una hermosa familia compuesta por mi esposo y mi hijo que para ese entonces tenía solo dos meses de edad. Tenía un suegro que, antes que papá de Daniel, era como mi propio padre. Tres hermanos, el de sangre: Jonathan, a quien adoraba desmedidamente; a Jessica, quién ahora también era mi cuñada por ambos lados; y a Víctor José, el hijo de Beatriz, a quien le había tomado un cariño especial. Nana Letty lo llevaba a mi casa, cada vez que podía y me lo dejaba algunas horas. Y por supuesto. Adreyna, quien con su cariño, ternura y dedicación se había convertido en una madre para mí.

Y con mi padre... mejor dicho, con Víctor, no volví a tener contacto alguno.

Mi relación con Harry, de alguna manera, mejoró un poco. Infortunadamente, en esos días, no volvimos a ser los amigos de antes, pero por lo menos hubo un pequeño acercamiento que me llenaba de cierto consuelo. Nunca más me habló de sus sentimientos hacia mí, lo cual nos tranquilizaba a los dos. Para esos días al parecer retomaba su relación con Silvana; según él, quería darse una nueva oportunidad con ella. Se veía animado, ilusionado y yo quería creer que realmente esta vez sí sería feliz.

No pedía absolutamente nada más.

Todo lo que tenía era para mí, más que suficiente. Mucho más de lo que creía merecerme. Por primera vez me sentía feliz, pero, sobre todo, por fin me sentía acompañada. Toda mi vida me sentí completamente sola, envuelta en una soledad recalcitrante... ya no era así, tenía a Daniel y a mi hijo, quienes copaban cada uno de mis espacios, cada partícula de mi ser...

Yo... ELIZABETH DAMIANA ESLODON... era feliz,

¡INMENSAMENTE FELIZ!

Pero, como todo en mi absurda e incomprensible existencia...

Todo me fue arrebatado sin misericordia.

Toda aquella dicha me fue boicoteada vilmente y para siempre.

 

 



#7 en Joven Adulto
#174 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.