El diario de Damiana

Desde hoy y para siempre. Parte I

El sentimiento más maravilloso e importante se restableció una tarde, hace ya seis meses.

Esa tarde descansaba en la habitación después de una larga y dolorosa sesión de ejercicios. El Dr. Morton me preparaba para la operación que me practicaría pocas semanas después. Me sentía agotada, pero increíblemente entusiasmada y debo aceptar que hasta ilusionada. Para esos días me había acercado de una manera sutil pero emocionante a Harry; y eso hacía que el interés por mi recuperación fuese cada vez mayor; aunque yo en esos momentos no entendía qué era lo que sucedía dentro de mí, con respecto a lo que sentía por Harry, y mucho menos lo aceptaba.

Desde aquella noche en que nos besamos, eludía cualquier conversación que hiciera referencia alguna al tema. Harry, cariñoso y comprensivo como siempre, nunca hizo presión sobre aquello. Yo me negaba a aceptar que dentro de mí se estuviese generando algún tipo de sentimiento que fuese más allá de una gran e incondicional amistad; que se tratase de algo más que un inmenso sentimiento de agradecimiento, de gratitud a todo lo que él había hecho hasta entonces por mí.

Esa tarde, sentada en mi silla de ruedas leía lo que hasta entonces había escrito en este diario; mis sentimientos, sin yo darme cuenta, se estaban reestructurando, reconstruyéndose; la tristeza de los primeros días de escritura se había convertido en una dulce nostalgia para ese día en que leía lo trascrito. Me sorprendía a mí misma, darme cuenta que el dolor, efectivamente, aún permanecía, pero esta vez estaba acompañado de esperanza, de fe, de sueños... de aceptación.

Meditaba en estas cuestiones cuando sucedió algo que cambió por completo el rumbo de mi vida.

Damiana, hay alguien a quien quiero que conozcas -entró Harry, informando sonriente- Desde hace mucho tiempo ha querido conocerte, yo le había dicho que tú aún no estabas preparada. Pero hoy es ese día.

¿De qué hablas? -pregunté nerviosa.

Espera un momento -salió de la habitación y segundos después volvió- Él es Daniel Ricardo -proclamó presentando al niño frente a mí- Ricardo, ella es tu mamá.

Mi corazón se detuvo al ver a aquel pequeño frente a mí. Era un niño de 5 años; hermoso, fuerte, de unos impactantes ojos azules, los cuales me miraban temerosos y expectantes. Nos miramos fijamente, sin pronunciar una sola palabra ninguno de los dos. La sangre dormida por tantos años comenzó a desbordarse precipitadamente por mis venas; estaba exaltada, desorientada... emocionada. Él me miraba detalladamente, conociéndome, grabando la imagen de mi rostro en su memoria.

Hola -dijo por fin- Mi papi siempre me dijo que mi mamita era una mujer muy hermosa -sonrió- Y me dijo la verdad -no podía decir nada. Estaba atragantada con todas las emociones que se precipitaban por mi cuerpo- Mucho gusto -extendió su mano, acercándoseme. Yo le entregué la mía. Ante aquel contacto, la vida se me trastocó. El mundo se me puso de cabeza.

Tu papi me dijo que eras un niño muy inteligente -exclamé con lágrimas deslizándose por mi rostro- Y también me dijo la verdad.

Ricardo te trajo algo -intervino Harry- ¡Anda! -animó enternecido- Entrégaselo.

Sacó del bolsillo de su pantalón una hoja de papel doblada.

La maestra me dijo que se la entregara a la persona que más quería en este mundo -sonrió apenado, mirando a Harry- A mi papi lo quiero, pero más te quiero a ti -y me la entregó.

La tomé en mis manos mirándola fijamente, con el pecho oprimido por lágrimas de ternura y emoción.

Gracias -exclamé sin desdoblar el papel.

Mi papi me dijo que tú a veces estabas triste, que no siempre te sentías muy bien y que por eso no podía venir a verte -colocó su manito en mi rostro- Cuando yo estoy triste, mi papi me lee un cuento y yo me pongo feliz -secó mis lágrimas- Yo ya sé leer, cuando te sientas triste, llámame a la casa y yo te leo uno de mis cuentos.

No pude contener el llanto y apartándome bruscamente le di la espalda. Daniel Ricardo corrió hasta donde Harry y tomó su mano nervioso.

Tu mami está un poco nerviosa y necesita descansar -le dijo Harry, tranquilizándolo- Ya debemos irnos.

¿Puedo venir cuando ya no esté nerviosa? -pidió ansioso.

Por supuesto -prometió Harry, cariñoso- Cuando se sienta mejor, vendrás a verla.

Se me acercó cauteloso y acarició mi cabello.

Descansa, mamita, para que ya no estés nerviosa y yo pueda venir otra vez a visitarte. Adiós.

Lloré toda la noche. Mi alma estaba hecha pedazos. Aquella visita removió los escombros de un pasado que me torturaba... pero, sobre todo, reavivó ese dulce sentimiento que desde entonces nunca más me abandonó.

Ver a mi niño, sentir su aroma, el contacto con su suave piel, hizo que aquellas sensaciones experimentadas hacía ya tantos años, se restablecieran, se revitalizaran. No recordaba cuánto amaba a mi hijo, cuánta falta me hacía, cuánto me importaba, hasta ese momento en que lo tuve frente a mí. Escuchar su voz, reflejarme en sus ojos, me hizo ver que todo aquel tiempo de abandono, de lejanía, había sido injusto para los dos. Al desdoblar el papel que me trajo, la culpa y el remordimiento se apoderaron de mí. Era una flor hecha con pétalos de rosas rojas y en el centro estaba su foto.

Todo aquello era tan bello que sentía que no me lo merecía.

Entonces tomé una decisión.

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Aquella tarde después de la visita del niño, los recuerdos me inundaron pavorosamente. Recordé cuando confirmé que estaba nuevamente embarazada, recordé la alegría de aquella maravillosa noticia. No pude evitar embriagarme una vez más con la cálida sensación de su movimiento en mi vientre... luego su nacimiento... aquella mañana, a pesar del terrible padecimiento, me sentía la mujer más dichosa sobre la tierra; cuando lo tuve acurrucado en mi pecho y percibí sus primeros latidos, su suave respiración... es esos momentos sentía y pensaba que después de eso no había más dicha sobre la tierra. Recordaba mis primeros desvelos, la emoción de bañarlo, vestirlo, acariciarlo... ¡Dios mío!... ¡Cuán felices eran aquellos días!, ¡cuánta emoción regocijaba mi pecho!



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

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