El Diario De Diana

17

Yo: ¡Hola Ale!

7:30 am

Alejandro: ¡Hola Lucas! ¿Qué tal te trata la vida?

7:32 am

 

Yo: Mal. Me siento una basura.

7:34 am

 

Alejandro: Hablas de Diana, ¿cierto?

7:35 am

 

Yo: Sí y por eso quiero pedirte un favor.

7:36 am

 

Alejandro: Dime, lo que sea te ayudo.

7:38 am

 

Yo: Necesito que mañana en la Universidad cuando sea la hora de almuerzo consigas distraer al rector y sacarlo de la oficina, si tú quieres, pero te lo pido por favor.

7:40 am

 

Alejandro: ¿Y eso para qué?

7:41am

 

Yo: Solo hazlo por favor y mañana te explico todo.

7:43 am

 

Alejandro: Está bien, voy a confiar en ti.

7:45 am

 

Yo: Gracias hermano.

7:46 am

 

Alejandro: No hay de qué.

7:47 am

 

Yo: Bien te hablo mañana y deséame suerte.

7:49 am

 

Alejandro: Suerte hermano

        7:53 am

 

▪▪▪▪

 

Ya tengo todo planeado para más tarde. Espero que todo salga bien porque esto definirá mi futuro con Diana. Con esto espero que pueda saldar un poco el daño que le he hecho y rescatarnos de Cindy o hablar con ella. Diana se merece muchas cosas y más.

        

Hola Samuel y Miguel, quiero que me hagan un gran favor, pero no pregunten para qué es todo esto; solo hagan el favor y después sabrán lo que hablo... necesito que ambos lleven sus instrumentos y les diré qué van a tocar y cuándo lo harán. Por favor háganlo”.

 

Perfecto ya está algo más resuelto, pero me falta otros detalles más por lo que hablaré con Clara. Ya está listo la mayor parte. ¡Genial! No puedo esperar para ver la reacción de mi amada  Diana. Mi hermosa y maravillosa Diana.

 

Estoy a punto de irme a la universidad cuando me entra una llamada.

 

 —¿Aló? —contesto.

—¡¿En qué carajos estás metido ahora, Lucas?! —es cómo siempre Miguel reclamándome por todo.

 

—Hola Miguel, ¿cómo estás? Yo bien, ¿y tú? —le digo sarcásticamente.

—¡Ya déjate de tonterías y habla de una vez! —me grita.

—¿Por qué siempre te pones así? Samuel ni pregunta nada y hace las cosas sin reclamar y solo tú te alteras —le comento.

 

—¡Joder, es que ahora ya no sé qué carajos andas haciendo que ya me preocupa! —me dice.

 

—Tranquilo, hasta pareces mi padre —le digo.

 

—Es que recuerda que eres el menor y te tenemos que proteger porque si no tus padres nos matan —me comenta.

 

—No jodas Miguel, ¿desde cuándo le haces de niñera? Bastante tengo con mis hermanos y ahora faltabas tú —le pregunto serio, pero ya no aguanto las ganas de reírme.

 

—Desde aquel día que tu madre nos encontró a todos medio borrachos y te vio medio inconsciente en la bañera que pensó que te habías matado; te juro que ese día tu mamá me dio miedo y si no te cuidábamos dijo que nos iba a mandar al hospital, pero no a cuidarte; sino a estar internados ahí —no puedo evitar matarme de la risa con esto. Y Miguel me empieza a regañar por burlarme. Mi amigo siempre se toma a pecho las cosas. Mi madre no sería capaz de hacer eso si es la más tierna del mundo—. No da risa en serio, Lucas.

 

—Perdón hermano, pero... mi mamá no sería... capaz de hacer eso... solo te metió un susto —rio sin parar y mi estómago me está por doler.

 

—Yo no creo que tu madre sea tan tranquila cómo dices, mejor prevenir que lamentar y por eso te pido que me digas qué estás planeando —me comenta.


Yo calmo mi risa.

—Ya lo sabrás, lleva tu guitarra y vas a ver qué sucederá —le digo.

—Está bien, confiaré en ti, pero a la primera burrada te mando a volar —me dice.

—Está bien hermano, adiós —le hablo.

—Adiós —solo eso dice y corta. Es poco expresivo.

Ya me preparo para salir de mi casa porque será un gran día. No puedo realmente esperar para ver al amor de mi vida sorprenderse por lo que tengo preparado para ella. Realmente estoy dispuesto a todo para recuperar por completo su confianza y su amor.

 

Empiezo a recordar que anoche, antes de dormir, leí una hoja más del diario y cada vez me intriga la situación, la hoja decía así:

 

Querido Diario:

 

Las chicas del internado donde estudio, ya saben todo sobre mí y sobre lo que pasé. Ellas me comprendieron y odian a Lucas por lo que me hizo. Yo no me merecía esa mentira, ese juego. Muchas comenzaban a decir que lastima que no se podía salir del internado porque sino en ese momento iban a correr a pegarle a Lucas, pero les dije que él vivía en otro país; ya que estábamos en Corea. Todas me consolaban y eso me agrada. Realmente no pensé encontrar buenas amigas aquí. Ellas no les importa cómo soy.  De repente, una de ellas se acercó a mí y me empezó a ver muy extraño. Le pregunté qué pasaba y ella empezó a hacer cómo si pensaba algo. Me empezó a tocar el cabello y todo. Y de repente dijo que tenía una idea para arruinarle la vida a Lucas. Yo no pensaba arruinarle la vida por más que él me haya hecho daño, pero las chicas insistieron e hicieron algo que jamás creí que me pasaría. Era algo nuevo en mí y me sentía muy feliz con los resultados. La transformación que nadie me había ayudado a lograr porque no sabía cómo hacerlo. Me veo increíble diario. Pero ese día fui visitada por mi hermana Cindy Gang y casi no me reconocía.




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