El Diario De Diana

19

Diana ve el mensaje y se pone pálida. No entiendo por qué se pone así si se supone que no hace nada malo.  

—¿Qué es esto? —me pregunta. 
—Desde hace días, alguien me ha estado mandando mensajes diciéndome que tú te quieres vengar de mí —le confieso omitiendo el hecho de que me mandaba mensajes porque sabe que tengo el diario de ella. 

—¿Y tú le crees? —me pregunta. 
—No...yo creo en ti —le digo, pero parezco que no estoy convencido. Algo dentro de mí, me dice que Diana sí me está mintiendo. 

—¡Esto es una vil mentira! —me grita. 
—Lo sé, por eso tengo que averiguar quién nos está fastidiando —le comento. De repente entra otro mensaje del desconocido. 
        
“Vaya, que bien sabe mentir Diana. Vamos Lucas, no seas ciego; ella está nerviosa porque está mintiendo y tú de tonto le crees”. 

Veo para todos lados para ver dónde encontrar al responsable de esos mensajes, pero no observó nada. 

—¡Da la cara, maldita sea; sal de donde te escondes! —grito para que me escuche. Diana parece estar nerviosa y eso me hace dudar un poco más, de que si realmente todo esto es una venganza o no. 

—Por favor no le creas, yo te amo y no sería capaz de hacerte eso —me dice acercándose a mí. 

—Descuida, yo te creo —le digo. Ella me sonríe y me da un beso. No obstante, la duda ya está puesta en mí y lo voy a averiguar sea como sea. Otro mensaje llega. 
        
“Después no digas que no te lo advertí. Ella se quiere vengar de lo que le hiciste y tú crees ciegamente en ella”. 


—¡Basta, deja de fastidiarnos! ¡No te daré el gusto de que nos separes porque nuestro amor es más fuerte que eso! —le volví a gritar. Tomo a Diana de la mano y la llevo a otra parte. Ya no quiero seguir hablando de este tema que me está matando. Llevo a Diana a su casa y me despido de ella dándole un beso. Ella trata de convencerme de que no crea lo que dicen, pero su diario me dice otra cosa. Así que voy a mi casa a leer más su diario y descubrir quién me miente. 


●●●● 

Querido Diario: 

Ya estoy casi lista para regresar a donde vivía, pero ya estoy dudando de que sea lo correcto de vengarme de Lucas. Sin embargo, me recuerdo de todo el daño que me ha hecho y continuo con mis planes. No sé lo que vaya pasar cuando lo vea. No sé lo que vaya a pasar cuando todos me vean diferente. Quizás nadie me reconocerá, eso es un punto a mi favor; porque si Lucas no me reconoce, entonces podré hacer mejor mi venganza. Así como lo llegué a amar, así lo odio por todo el daño que me hizo. Yo realmente lo amaba y deseaba con todo el corazón que él sintiera lo mismo por mí y cuando creí que eso nunca iba a pasar, aparece él a decirme que seamos amigos y luego terminar diciéndome que le gusto. Pero todo fue una mentira. Sus mentiras desgarraron lo poco que me quedaba de mí. Sus mentiras acabaron con la buena y tierna Diana. Ahora hay una Diana con sed de venganza, odio y resentimiento. Lucas va a pagar caro haber jugado con mi corazón. De verdad te lo digo diario. 

Te escribe, la molesta Diana. 

●●●● 

Esto me hace dudar más de Diana. La amo, pero tampoco iba a ser un tonto. Sé que tenía que pagar por haberle hecho mucho daño, pero no me merezco esto. Su venganza la va a llevar a tener un vacío por dentro por el resto de su vida. Así que decido irme de aquí, lejos de ella y de todo. Porque aunque me dolerá alejarme de ella, preferiría irme con él recuerdo tan bello que tengo de ella que con el recuerdo que probablemente tendré si ella se venga de mí. 

—Hola Lucas, ¿Puedo pasar? —me pregunta Juan, mi hermano. 
—Adelante —le digo sin ánimos. Él entra y se sienta en mi cama. 
—Te vi entrar con una cara de pocos amigos, ¿está todo bien con Diana? —me comenta. 
—No lo sé, empiezo a creer que ella no es la misma de quién yo me enamoré —le confieso. 
—Todos cambian, hermano —me dice. 
—Pero ella está cambiando de una manera tan horrible —le comento. 
—¿Por qué lo dices? —me pregunta. 
—Ella se quiere vengar de lo que le hice y para ello va jugar con mis sentimientos como lo hice con ella —le respondo. Él me ve sorprendido. 

—¿Así como lo hizo Gabriela conmigo? —me pregunta y yo lo veo sorprendido. 
—Pero ella no jugó con tus sentimientos directamente —le digo. 
—Sin embargo, el que saliera contigo, fue una daga en el pecho para mí porque tu eres mi hermano —me confiesa. 

—Lamento todo —le digo. 
—No te disculpes, todo ya está aclarado; ahora eres tú, quien debe aclarar lo que está pasando con Diana —me dice. 

—He tomado una decisión... me iré con mis abuelos por un tiempo —le comento. 
—¿Estás loco? ¿Quieres huir de los problemas? —me pregunta serio. 
—¡No voy a darle el gusto a Diana de vengarse de mí y siento que hay algo más que sólo una venganza de sentimientos! —grito un poco. 
—¡Pero irte no es la manera, ahora que sabes su plan; Solo debes seguirle la corriente porque no se va a vengar realmente, aunque ella crea que se está vengando. Si tú lo sabes, no es venganza; vas más adelantado que ella! —me grita igual.  
—¿Me estás escuchando? ¡Ella no se va a vengar de la misma forma que lo hizo Gabriela! —le grito.  

—¡Si te escuché! ¿Pero qué puede hacer? ¿Matarte, no lo creo? Ella te sigue amando —la verdad tiene razón. Ya sé a dónde va todo esto y creo que voy a seguirle la corriente hasta ver a dónde llega con su venganza. No le voy a dar el gusto de hacerme daño porque yo ya recibí mi merecido y eso fue cuando ella se fue creyendo que yo no la amaba. Cuando se fue y me dejó solo. Cuando se fue sin dejarme explicarle lo que realmente pasó. Ese día fue el golpe más fuerte que tuve en mi vida y Diana no necesitó vengarse para demostrarme una lección. No necesitó cambiar su apariencia o lo demás para darme en lo que más me dolía. Así que esta venganza está demás porque eso le está haciendo daño y yo no quiero que sufra, pero no la puedo hacer cambiar de parecer. mientras pensaba en eso no me había dado cuenta de lo que estaba haciendo Juan en ese momento 

—Hermano, ¿qué haces con el diario de Diana?  —Juan me saca del pensamiento para darme cuenta que tiene en sus manos el diario rosa de Diana. Había olvidado por completo que lo tenía a la par mía antes de que entrara Juan.  

Juan se ha dado cuenta de que tengo el diario de Diana. 
—¿Te has dado cuenta de lo que has hecho? —me pregunta. 
—No —le respondo preocupado. 
—Has tomado lo más sagrado de una mujer y eso es imperdonable para ellas —me comenta. 
—¿Estás queriéndome decir que si Diana descubre que yo tengo su diario, ya no me perdonará nunca? —le pregunto alarmado. 

—Exacto, más si le tomaste de su habitación —me dice preocupado. 
—No, no lo he tomado de su habitación —le comento. El frunce el ceño. 
—¿Entonces? —me pregunta. 
—A ella se le cayó del casillero en la Universidad —le respondo. Hace una mueca de disgusto. 

—¿Qué estaba haciendo con el diario en la Universidad? —me pregunta y eso me hace pensar. 
—¿Qué tiene eso? —le pregunto. 
—Porque ella se expone a que todo el mundo encuentre su diario y lo lea —me responde. 
—¿Qué me estás queriendo decir? —le pregunte. Él mueve la cabeza en forma de negación. 
—Ten cuidado hermano, algo no me huele bien de todo esto —me dice y se levanta de mi cama. Yo frunzo el ceño porque no entiendo lo que me quiere decir. 
—No te entiendo hermano, ¿de que me hablas? —le pregunto ya preocupado. 
—Lee el diario y luego me buscas para decirte lo que estoy sospechando —me dice y lo digo que ahora pienso que fue Cindy la que tiro su diario, pero insiste que siga leyendo y se fue. ¿Por qué me deja con esta intriga? ¿Qué estará sospechando?  

 




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