El Diario De Diana

21

No entiendo cuál es el propósito de Diana de vengarse de mí; sé que al principio yo estaba saliendo con ella para no perder la clase y que mis padres me comprasen la guitarra, pero luego empecé a conocerla y mi corazón empezó a latir más fuerte por Diana. Pero tengo una idea ahora para demostrarle a Diana que se está equivocando con su venganza.
Juan me dice que me llevará con los abuelos y tengo una idea mejor que eso. Voy a mi habitación y tomo mi guitarra para luego ir a la casa de Diana. Juan no está de acuerdo con eso; sin embargo, no me importa y me voy.

En el camino suena mi teléfono y es un mensaje de Samuel.

        

“Hola Lucas. Ya hablé con mi amiga. Dice que te va a ayudar, pero tienes que ir a su casa. Ella vive a dos cuadras de tu casa, en la primera esquina que veas.
Número de casa 201. Te espera hoy.

 

Ese mensaje me cae como anillo al dedo. Iré con ella antes de ir con Diana para tener más pruebas de todo lo que está pasando. Así que voy en camino a su casa.

 

●●●●

 

   —Bien Lucas; la única manera de saber si Diana te está engañando es acercándote a su hermana y a su prima, ya que ellas son la más cercanas —me dice mientras estamos en la sala de su casa.

 

   —Pero no hay forma de acercarse a ellas —le comento. Ella se queda pensando.

 —Eso dejámelo a mí y en cuanto a la persona desconocida, pasame todos sus mensajes — me dice y yo hago caso a sus ordenes—. Bien, por el momento ve a casa de Diana y haz lo que tienes pensado hacer; luego pasas a tu casa y lees el diario de ella para encontrar más pistas.

 

 —Por favor, no le cuentes a nadie sobre el diario, ni siquiera a Samuel —le suplico.

 —¿Crees que soy tonta? Es obvio que, si yo revelo eso, Diana va a ganar la batalla y eso es lo que no quieres —me comenta.

 

 —Tienes razón, perdona... es que me pone nervioso —le dije poniendo una mano en la nuca.

 —No te preocupes, tu secreto está en buenas manos, es mi trabajo —me dice sonriendo.

—¿Cuánto me cobrarás? —le pregunto.

—Por ser amigo de Samuel, es gratis —me responde. Le agradezco y me retiro.

 

●●●●

 

Me dirijo a casa de Diana para cumplir con el plan; como siempre, tengo que entrar por la ventana porque no tengo la cara para ver a sus padres de nuevo.

 

 —¿Lucas? —me habla ella.

 —Hola amor, ya te extrañaba —le dije fingiendo un poco y ella sonrió.

 —¿En serio? —me dice sentándose en la cama y yo acercándome a ella.

 —Sí, tú sabes lo mucho que te amo —le comento.

 —¿Cuánto me amas? —me pregunta y yo me siento a lado de ella. Tomo sus manos.

 —De aquí hasta el infinito —le respondo y parece que ella se tensa.

 —¿De verdad? —me pregunta como si estuviera nerviosa.

 —Sigues dudando de mi amor, ¿verdad? —le expreso.

 —No es eso... solo que no sé, esto es lo que más he deseado —me dice no muy convencida.

 —Diana, quiero sepas que te amo como nunca he amado a nadie y ahora mismo te haría el amor, pero quiero que ese momento sea especial; que estés lista para hacerlo —le comento y ella se pone nerviosa.

 

 —¿Y por qué traes la guitarra? —me cambia de tema y me hace pensar que ella realmente me está engañando.

 

 —Quiero dártelo —le respondo decepcionado. Ella me ve sorprendida.

 —No hablas en serio, ¿verdad? —me dice. Le hago una mueca y ella me ve más sorprendida—. No me lo puedes dar Lucas.

 

 —¿Por qué? Por esta guitarra es que perdí al amor de mi vida y yo no me merezco esto —le comento. Ella comienza a negar con preocupación.

 

   —No Lucas... no lo puedo aceptar —me dice muy nerviosa.

 —¿Por qué? Gracias a esto te perdí y la que merece esta guitarra, eres tú; acéptalo como una forma de demostrarte totalmente que te amo y daría lo que fuera porque seas feliz, que me dieras la oportunidad de amarte —le expreso. Ella se levanta de la cama y parece que comienza a llorar.

 

 —Es mejor que te vayas Lucas —me dice de repente dándome la espalda. Suspiro decepcionándome más.

 

   —Está bien, me voy, pero te dejaré la guitarra y no aceptaré un no por respuesta y tampoco acepto devoluciones porque te lo vendré a dejar de nuevo —le comento.  Y ella no me da la cara. Me voy con mucho dolor porque tenía la esperanza de que todo lo que me han dicho y lo de su diario fuera mentira, mas no es así. Ella está actuando muy extraño a lo que debería.

 

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Querido Diario:

 

Han pasado días y no me he podido quitar de encima al idiota de Lucas. Se pasa día y noche hablándome de que lo perdone, pero eso no será nunca. Mi odio hacia él, ha crecido demasiado para que unas tontas suplicas me conmuevan y no será así. Lucas destruyó el poco amor que tenía hacia él. No era justo, su guitarra era mil veces más importante que yo. Me utilizó a tener en sus manos lo más preciado que quería. ¡Una maldita guitarra! ¿Cómo pudo ser tan cruel para utilizarme solo para esa bajeza? Pues ahora que se quede con su maldita guitarra, que es el amor de su vida. Que se case con ella si quiere, porque yo no voy a seguir siendo su juguete.

 

Te escribe, la devastada Diana.

 

●●●●

 

   —En serio que le has hecho mucho daño a esa mujer —me dice Johanna, la amiga de Samuel, hablamos por teléfono mientras le leo el diario.

 

 —Créeme que me odio por eso —le comento.

 —Hasta yo te odiaría —me dice del otro lado de la línea.




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