El Diario De Diana

23.

 —¿Qué está pasando aquí? —pregunta y nosotros estamos templando del miedo, en especial la verdadera Diana—. ¿Qué haces aquí Cindy?

 

—Hermanita, ellos me invitaron porque estoy saliendo con Miguel —responde y todos la miramos confundidos.

 

—¿Qué? —dice mi amigo y ella le da un codazo para que reaccione.

—Eh… Si ella está saliendo conmigo… y por eso la invité a esta reunión… en mi refugio secreto que ya no lo es —Miguel estaba muy nervioso.

 

—Por eso me mintieron, pero ustedes estaban afuera… ¿Dónde estaba mi hermana y Lucas? —estaba molesta y me estaba dando miedo que nos hiciera algo, pero yo estaba harto de todo esto y la iba a enfrentar de una vez por todas.

 

 

 —Ya sé toda la verdad, ya sé que te vengaste de mí y te voy a decir una cosa; lo lograste, me haz desgarrado el alma como nadie lo hizo, ¿satisfecha? ¡Y también sé que no eres Diana; sino que te hiciste pasar por tu hermana! —le expreso. Ella me vio como si ella no sabía nada de esto. La verdadera Diana se puso nerviosa, pero yo la iba a proteger. Mis amigos se quedaron atónitos.

 

 —Lucas... Cindy te miente —me dice con descaro.

 —No fue ella quien me lo dijo, fue tu propio diario —le comento. Mis amigos me susurraron preguntándome por ese diario.

 

 —¡Tú tenías mi diario! —me dice como si no sabía nada y se molesta.

 —¡Por favor, Diana o quiero decir Cindy! ¡Deja de mentir, ya sé todo tu secreto! —le grito.

 —¿Qué maldito secreto? ¡Te has robado mi diario, me has hecho una estúpidez más y todavía vienes a decirme que yo me quiero vengar de ti! —me exclama y parece ser sincera; sin embargo, no le puedo creer.

 

 —Todo te acusa y no puedo creerte ahora —le digo. Ella se ríe.

 —Eres un idiota, le crees a todo el mundo, menos a mí y así dices amarme; mi hermana es la psicopata que hace pasar por mí —me comenta y esto me confunde.

—¡Ya no mientas Cindy! ¡Acaba con esta locura! ¡Yo fui la que le di tu diario, me hice pasar un día por ti y lancé el diario al piso para que lo recogiera Lucas! —grita su hermana.

 

 —¿Por qué no admites que ya te descubrí? Tengo varias pruebas donde te acusan que te querías vengar de mí por haberte engañado por mi guitarra —le cuestiono. Ella me ve molesta y se quiere acercar, pero agarro una tabla que tiene Miguel en su refugio.

 

 —Eres un idiota, te odio; y tú, hermana, eres una traidora —nos dice llorando de coraje. Yo la veo sorprendido—. Yo desesperada buscando mi diario y tú lo tenías para que él se metiera de nuevo sin permiso en mi vida.

 

 —¿Cómo? ¿Qué es todo esto? —Miguel estaba curioso.

 —Yo soy la verdadera Diana, no ella y lo que está en ese diario lo escribió ella para fastidiarte —me expresa.

—No le creas a ella —dice la que era Cindy.

 —¡Es que no entiendo nada de esto! Ustedes dos ya me dan miedo, ya no sé en quién creer —le grito desesperado y me alejo de la otra hermana junto con mis amigos que no entendían nada—. Ya no sé qué creer.

 

 —Cree lo que te dé la maldita gana, yo solo quiero que me devuelvas mi diario y te alejes de mí para siempre, quédate con la loca de Cindy —me comento y yo me sentí mal. De repente la que dice ser la verdadera Diana, se empieza a reír, pero es una risa malévola. Y Diana se acerca y está frente a nosotros con un arma. Ellos están asustados sin poder hacer algo.

 

—¡No se muevan o los mato! —nos grita.

—¿Qué es todo esto? —le pregunto.

—No nos dejaste otra opción, cariño —me responde Cindy—. Es verdad que yo soy Diana Yang Mi Gang y ella es Cindy Yan Gang y nos vengamos de ti porque me querías a mí, pero engañaste a mi hermana y si te metes con la familia Gang, te metes en un grave problema.

 

—¿De qué trata todo esto? —le vuelvo a preguntar ya asustado. Ella está por contestarme, pero alguien nos interrumpe.

 

—¡Maldita sea Diana y Cindy; ya basta de esta locura! —grita Fernanda. También lleva un arma. Diana voltea y la apunta a ella.

 

—¡No voy a permitir que les hagan daño! —ella grita furiosa.

—¡No te metas prima! —grita quien solía decir que era Diana.

—¿Qué gravedad hiciste para que nos quieran matar? ¿Te metiste con las dos? —me cuestionó Samuel.

 

—Te lo advertí, te dije que no te metieras en nuestro camino Fernanda —le responde Cindy.

—¡Lucas no te ama a ti, nunca te amó y nunca lo hará! —le grita Diana y no entiendo por qué le dicen.

 

—¡Ustedes dos son unas enfermas y me da vergüenza que sean mis primas, son una deshonra para la familia! —le grita poniendo el arma hacia ella. Yo cubro a mis amigos para que no les haga daño ya que veo que Cindy saca una pistola también.

 

—Si no sueltas el arma, prima, vas a ver morir a tu querido Lucas —le habla.

—¿De qué está hablando Fernanda? —le pregunto.

 

—Eres una hija de perra —le comenta su prima ignorándome. Cindy tira una bala al suelo y todos nos asustamos—. Sin embargo, para mi desgracia, por culpa suya, no va a querer salir más con una Gang, con unas enfermas locas; por eso, es que le dije a mis tíos lo que han hecho para que se llevarán al maldito internado en donde —su confesión, me hace tan confuso.

 

—Así que tú fuiste la perra que nos mandó a ese lugar —le dice Diana.

—Por desgracia son mis primas y las aborrezco, siempre supe que eran unas locas y por eso las llevaron a ese internado en donde tampoco las querían —habla Diana y mi boca se abre asombrado diciendo que ya no entiendo nada y los ojos mis amigos están más abiertos—. Siempre fueron la atención de todos y sabían perfectamente que yo quería a Lucas y ustedes se metieron con él y miren, las jodió a las dos y ahora se quieren vengar de algo que ustedes provocaron.

—Esto me está volviendo loco, yo soy el que voy a terminar en un manicomio, es que ni siquiera te conocía a ti Fer —hablo desesperado.




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