El Diario De Diana

Final

Me doy cuenta que ella fue víctima de su hermana y no entiendo por qué ella permitió que sucediera. ¿Por qué ella se dejó manipular por su hermana Diana? En la parte de atrás de la hoja dice una dirección que no entendía muy bien porque estaba en coreano, así que lo traduzco en un programa.  

“Chungbuk, Daedong-ri, Jungang-ro-8-gil” 

Ese es el nombre de los lugares y lo busco en el mapa, entonces caí en cuenta de que Sun Hee vive por ahí y ella me dirá en qué prisión está Cindy. 

Hablo con mis padres y con mis hermanos; les comento que me iré a Corea para encontrar a Sun Hee. Al principio no están de acuerdo porque me puedo perder y además no tiene caso seguir con esa locura; sin embargo, entendieron mi desesperación, y le pidieron a Juan que me acompañe. Tengo que encontrar aunque me pase casi toda mi vida buscándola. Cindy es la mujer que yo quiero pero sé que lo nuestro no puede ser, ya que ella no está bien, pero necesito hablar con ella y sacar esto que llevo adentro y quiero conocer más a Fernanda. Bien dicen que valoras más a una persona cuando la conoces perfectamente o cuando se aleja de ti. Ahí es cuando te das cuenta que importa demasiado esa persona. Juan y yo nos fuimos a empacar nuestras cosas, mi hermano estaba entusiasmado de viajar.  

—¿Sabes por lo menos a qué lugar vamos a ir? —me cuestiona Juan.  

—Primero vamos a ir al aeropuerto de Cheongju, de ahí tomaremos un taxi que nos lleve a esta dirección aunque es un poco lejos— le respondo.  

—¿Y con qué dinero vamos a hacer todos esos gastos? ¿Y dónde nos vamos a quedar? —me vuelve a cuestionar.  

—Usaré todos mis ahorros y sabes que nuestros padres nos dieron dinero— le respondo.  

—Pero no es suficiente, ¿A caso tienes mucho dinero ahorrado? —Juan me estaba desesperando con sus preguntas. 

—Quieres acompañarme, ¿sí o no? Porque sino, yo me voy solo; tengo el dinero— le respondo seriamente.  
Él se queda callado y se va a su cuarto para dormir. Mis padres hicieron la reserva del viaje y nos iremos en la mañana.  

Ya es el día y me siento nervioso, ahora estamos dirigiéndonos al aeropuerto. Miguel, Samuel y Alejandro, se enteran de eso; y van a mi encuentro al aeropuerto.  Migue y Sam, todavía no pueden asimilar que vaya a buscar a Fernanda y a Cindy. Y yo estoy muy nervioso porque tengo miedo de que vaya allá y quizás ella no esté, eso sería muy doloroso para mí. Sin embargo, no pierdo la esperanza. 

Ya estamos esperando que llamen a los pasajeros del vuelo 523 para irme. No conozco mucho Corea, pero mis padres se recordaron de su amigo coreano y le han pedido que  nos encuentre allá para llevarme hacia Daedong-ri. Él vive un algo cerca de ahí. Eso es realmente sorprendente porque no conozco a nadie y nada de ahí, no quiero perderme. 

Los chicos andan asombrados de todo lo que ven en el aeropuerto y hasta parecen unos locos. Gabriela llega al lugar para despedirse de Juan, pero no está convencida de que él vaya. Ella casi no salía debido a que está protegiéndose de las gemelas; ya que también sabía la verdad, pero no sabía sobre Fernanda. Yo estoy sentado esperando mi vuelo porque realmente quiero estar allá. 

—Hola guapo— me habla una chica coreana que se sienta a la par mía y yo frunzo el ceño—. Te vi y me dije a mi misma: tengo que hablarle a ese chico. 

—¿Y para qué? —le pregunto sereno. 
—Bueno... me creerás loca, pero me pareces un hombre interesante y me gustaría conocerte —me responde. Por lo que veo, ella está tratando de coquetearme. 

—¿Y si soy un psicópata, un secuestrador o un asesino? —le pregunto para alejarla. Ella me ve sorprendida. 

—¿Lo eres? —me cuestiona. 
—No, pero creo que no deberías de hablarle a extraños porque no conoces realmente cómo son— le respondo y ella parece ofenderse. 

—Solo trato de entablar conversación con alguien en este aburrido lugar esperando que nos llamen en ese maldito altoparlante— me comenta y yo me siento mal. 

—Perdón, no quise ofenderte —le digo. Ella medio sonríe. 

—No te preocupes, ya estoy acostumbrada a que me digan cosas así de las cuales tienen razón; realmente no debería hablar con extraños —me vuelve a comentar. 

—Lo siento —le expreso. 
—No lo lamentes... por cierto, me llamo Hye Gang— me dice dándome la mano y yo frunzo el ceño. 

—¿Gang? —es lo único que le digo dándole mi mano. Ella hace una mueca de confusión. 

—Sí... ¿hay algún problema? —me responde. 
—Nada... solo que...— tartamudeo. 
—¿Solo qué cosa? —me pregunta. 
—Es que así se apellida unas gemelas y una chica que es su prima, de la cual iré a buscar a Corea —le respondo y ella me ve extraña. 

—Yo iré a Corea también, iré a ver a mi hermana y su familia que hace años no los veo; los busqué aquí, pero me dijeron que se regresaron allá por unos problemas —me comenta. 

—Sí igual la chica que amé vivía acá, su hermana y su prima, pero se fue y tengo la sospecha que la encontraré en Corea —le cuento. 

—Eso es hermoso, ojala encuentres y yo espero poder ver a mi hermana y su familia; en especial a mi sobrina —me dice.  

—¿Quién es tu sobrina? —le pregunto  

Ella va a responderme cuando nos llamaron para el vuelo. Los chicos, mis padres y mi hermano Ben, van rápidamente corriendo a despedirse y se pusieron tristes, al igual mi hermano Juan. Hye nos acompaña, ya que ella va al mismo vuelo. Pasamos mostrando nuestros boletos y nos dejan pasar para llegar al avión. Mi ansiedad por encontrar a Sun Hee está creciendo. 

Veo todo pequeño desde arriba, me ha tocado a la par de la ventana junto con mi hermano y Hye le ha tocado el asiento de la par. Ella me ha venido contando sus aventuras por el mundo; es una chica agradable. Juan también la va escuchando hasta que nos quedamos dormidos 

Al fin hemos llegado a mi destino, mi corazón se acelera y voy en busca de Min Ho, el amigo de mis padres; no puedo creer estamos muy unidos a los coreanos ya que me encuentro a muchos. Hye se vuelve una gran compañera y me acompaña para encontrar al hombre, ya que ella conoce el lugar por sus visitas. Durante el camino me cuenta sobre su sobrina, la llama Sunny como soleado y dice que la extraña mucho porque son muy unidas, ya que solo se llevan cuatro años de diferencia. Juan solo escucha. Ella me describe lo grandiosa e inteligente que es su sobrina y eso me parece genial. 

Encontramos a Min Ho, parece que hay una conexión entre él y Hye, se saludan como suelen hacerlo; Juan y yo solo los observamos confundidos. Luego se despide y Min Ho nos pregunta sobre ella, mientras vamos de camino a su auto. Vamos para su casa para dejar nuestras maletas donde dormiremos. Le comento lo que quiero hacer y  acepta, pero dice que descansemos primero porque es un largo camino. Estoy realmente ansioso de encontrar a Sun Hee y luego a Cindy. Espero encontrarla ahí. 

Min Ho nos invita a comer y nos prepara una deliciosa comida coreana, mientras habla de las aventuras qué pasó con nuestro padre. Él es más joven que mis padres y muy inteligente por eso trabajó con ellos. Nos comenta también todo el recorrido que debemos hacer para llegar a la dirección que le indiqué.  



Estoy en camino a esa dirección, con los nervios de punta; anoche no pude dormir por los mareos y los nervio de ver si encontraba a Sun Hee; ojalá de que de verdad la encuentre ahí porque me sentiré muy mal si no la vuelvo a ver. Necesito verla, abrazarla y no sé por qué siento eso, cuando yo me enamoré de la falsa Diana, llevo ese diario que me ha desgarrado el alma para devolvérselo a la familia. Min Ho me dijo que se hace casi una hora o más en carro para llegara ahí, pero a mi se me hace eterno. Juan trata de tranquilizarme mientras vamos comiendo en el camino. Media hora después nos quedamos dormidos. 

—Ya estamos en tu destino —me habla Min Ho, despertándome y yo me emociono. 

—¿En serio? Gracias —le hablo emocionado. 

—Sí, de nada; recuerda que debes tocar la puerta de todas estás casas de esta calle —me comenta. 

—Está bien, de nuevo gracias —le digo y él me sonríe; me dice que aquí me esperará junto a mi hermano. Me voy rápido para tocar los timbres. Estoy como un loco corriendo como si mi vida dependiera de esto. Pero mi corazón lo necesita, aunque empiece a palpitar muy fuerte. Estoy llegando a la primera puerta y me estoy emocionando más, pero me dicen que no vive ninguna familia Gang y me empiezo a poner triste cuando busqué en otra casa y nada. Ya toqué todas las puertas y nada de nada. Me detengo para agarrar energía, luego pongo mis manos en mis rodillas agachándome un poco y trato de respirar normal para analizar todo. Al sentirme mejor, veo para todos lados y no encuentro a nadie. Cierro los ojos y me siento mal porque probablemente perdí a Sun Hee para siempre. Me acerco a una parada de bus y me siento a observar el panorama. 

—¡Sunny, por favor espera; no puedo correr tanto! —escucho una voz conocida que proviene atrás mía. Es Hye y pienso que viene con su sobrina, pero no las puedo ver todavía. Están saliendo de una casita de la esquina, la que me faltaba tocar. 

—¡Vamos tía, no seas aguafiestas; tú puedes correr! —me quedo perplejo porque conozco perfectamente esa voz, me doy la vuelta, empiezo a buscarlas y la veo de espaldas. Hye me ve y me sonríe. 

—¿Lucas? —habla ella y puedo ver que la chica de enfrente se tensa y empieza a darse la vuelta lentamente... y...y... 

—¿Sun Hee? —le hablo y ella me ve asombrada. Su tía se siente confundida con todo esto. —¿Eres tú, Sun Hee? 

—Lucas, ¿cómo supiste que vivía aquí? ¿Cómo te viniste? —me pregunta y mi corazón se acelera, es la hermosa Sun Hee, de quién me gustó una vez. 

—El diario de las gemelas me lo dijo —le respondo. 

—Así que mi sobrina es la chica que estabas buscando y las gemelas que hablas es de Yang Mi y Yan, mi otras sobrinas y por sus locuras solo está Yan; que casualidad —comenta contenta mientras Sun Hee y yo nos vemos como si nada existiera a nuestro al rededor—. Creo que salgo sobrando. 
Y empieza a alejarse. 

—Lucas, ¿Por qué estás acá? —me habla Sun Hee. 
—Porque quiero liberarme y quiero darme la oportunidad con una buena chica —le digo y ella me sonríe... nos miramos hasta que ella sale corriendo hacia mí y la recibo con los brazos abiertos. 

—Me alegra que estés acá pero no podemos estar juntos porque sé que aún sigues amando a una de las gemelas y además mis padres no querrán que esté contigo— me confiesa. 

—Por eso vine acá porque quiero entregarle esto a Cindy y perdonarla saber por qué lo hizo, por qué se dejó manipular por Diana; ya que encontré una hoja del diario donde dice que al parecer se vio obligada a hacer todo lo que hizo— le digo.  

—¿En serio? —me pregunta y asiento—. Entonces quieres visitarla en la prisión, pero queda muy lejos.  

—No importa si tengo que viajar otra vez en avión para ir a verla y sacarme todo esto que tengo dentro— le digo y ella sonríe.  

—¿Y por eso vienes acá para que yo te diga dónde es? —parece que me cuestiona.  

—Vengo también para compartir mis momentos con la chica que yo quería pero se escapó cuando apenas nos estamos conociendo, dejé de ir a esa cafetería por ella porque me recordaba lo mucho que la quería —le digo y ella se empieza a reír. 


Nos besamos y su beso era mucho mejor que los labios de las gemelas; sin embargo, ella se hace para atrás porque resulta que no pueden dar esos afectos tan exagerados en la calle de Corea. Nos empezamos a reír. 

—Te quiero Lucas —me dice. 
—Yo también te quiero y haré lo que sea para que tus padres permitan que salgamos —le comento, ella me sonríe y llora. La vuelvo a besar con un piquito y por fin me siento un hombre completo.  

Días después, Hye nos lleva a la correccional dónde se encuentra Cindy. Al igual nos acompaña Min Ho y mi hermano. Todavía no le habíamos dicho nada a los padres de Fernanda porque ella todavía no se atrevía a decirle de lo nuestro. Entonces su tía nos quiso ayudar y nos fuimos de nuevo al aeropuerto.  

Ya estando ahí tengo otra vez esos nervios que me matan, pero me atrevo a entrar y gracias al cielo nos permiten entrar porque Cindy está aislada de las demás prisioneras. La tienen en un cuarto acolchonado debido a que se había vuelto loca más de lo que estaba; ya que extraña a su hermana y piensa que está viva. La dejan salir por un rato, pero tienen que estar los policías con ella. 

—Yan Gang tienes visitas —le dicen.  
—¡Es mi hermana! —exclama con emoción y nos ponemos tristes. La sacan y se da cuenta que no es su hermana—. ¿Y Yang Mi? 

—Hola prima, tu hermana está en un lugar mejor— le responde Sun Hee. 

—¿Me abandonó? —pregunta. Yo no puedo resistir verla así y empecé a llorar—. ¿Quién es el chico tan apuesto que te acompaña, prima? 

No se recuerda de mí y eso me pone un poco mal.  

—Soy Lucas, ¿No te recuerdas de mí? —le pregunto. Ella se queda callada por un momento. Y luego empieza a llorar. 

—¡Por tu culpa se murió mi hermana! —se levanta gritando y la policía la agarra. Se empieza a alterar y yo me alejo.  

—¡Cálmate Cindy, Diana murió porque ella quiso no es culpa de Lucas! —le grita Sun Hee. 

—¡Eso no es cierto, si él no se hubiera metido en nuestras vidas, mi hermana estaría viva! ¡Suéltenme él tendría que estar muerto! —grita con locura.  

—¡Yo sé qué les hice daño y lo pagué caro, pero ustedes me engañaron y eso no me puedes reclamar! —grito exasperado. Cindy se queda de nuevo callada y empieza a llorar, los policías tratan de ver si pueden alejarse otra vez—. Te traje tu diario.  

Ella lo observa detenidamente y no dice nada, me carcome su silencio. 

—Lo siento Lucas, yo seguía órdenes de mi hermana, siempre me manipulaba; me volví loca como ella porque me pintó ideas magníficas y me decía que si no los hacía me iba a matar —confiesa. 

—Lamento que tu hermana te haya involucrado en eso —le digo. Fernanda nos observa muy confundida.  

—¿Eso es cierto, Yan? —Pregunta.  
—Ahí dice en la hoja suelta, pero esa hoja es de mi verdadero diario —responde.  

—¿Tienes un diario aparte? —esa pregunta le dijimos al mismo tiempo con Fernanda Sun Hee.  

—Sí, está guardado en secreto en mi cuarto, tan escondido que ni mi propia hermana lo pudo encontrar; si lo quieren ver les daré una pista… —empieza a decir.  

Sun Hee, mi hermano, Hye, Min Hoo y yo estamos buscando ese diario; es para saber el verdadero secreto de Diana, la frase que nos dijo fue tan extraña que casi no le entendemos qué quiere decir.  

“Escondido en lo más profundo que a simple vista no se ve, pero si observas muy bien hasta el ruido de un vacío puedes escuchar”. 

—Es imposible, no lo vamos a encontrar —comenta Hye.  
—Ella dijo que estaba en lo profundo— digo.  
—¿Pero cuál si aquí no hay nada profundo? —cuestiona Sun Hee.  

—Pensemos con la cabeza fría— nos dijo Min Ho y nos quedamos callados por un momento pensando que nos quería decir Cindy.  

Hasta que yo camino en una pequeña alfombra que tiene en su habitación y algo rechina. Entonces observo a todos y también ellos me ven; luego agacho la mirada al piso, dónde está la alfombra. La levanto con rapidez y encontramos una pequeña puerta. Lo abrimos y ahí está… El diario de Cindy que contiene la verdadera historia. ¿Continuará esta historia? 












 




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