Habían pasado muchas cosas desde nuestra separación, y luego de que yo relatara mi historia, ellos contaron la suya. Intentaré escribir lo principal, aunque seguramente se me pasen muchos detalles por alto.
Luego de unos cuantos días buscándome, finalmente decidieron seguir el camino hasta Heaven. Cuando llegaron se encontraron con la misma situación que Marc y yo. Puerta cerrada, interrogatorio, etc. Se adaptaron bastante rápido, e hicieron buenas migas con unas cuantas personas. El ambiente era notablemente diferente a lo que era en la comunidad de Charlie. Hasta se respiraba un aire distinto.
Así pasó el tiempo.
Adrián al fin había superado a Lima, o al menos lo aparentaba, y había comenzado a salir con una joven que conoció en la comunidad, Sara. Era buena chica, aunque bastante tímida. Se veían felices juntos.
Mamá se había hecho muy amiga de Zeus (debo reconocer que en un principio sentí un ataque de celos de hijo, aunque después se me pasó), por lo que tenía influencia en sus decisiones para la comunidad. Lo que era un alivio, teniendo en cuenta lo que había pasado con Charlie. Esperábamos que esa vez pudiésemos vivir por fin en paz.
Esa esperanza duró apenas unos meses, pero de eso hablaré luego.
Lima y Alejo seguían juntos y hasta planeaban casarse, simbólicamente al menos. Tristemente yo seguía enamorado de ella, a pesar del tiempo, y mi corazón se rompió un poco. Debería haber aprendido algo de Adrián. Lima nunca iba a sentir nada por mí, ya que me veía como un hermano pequeño.
Alicia y Carlos se habían acercado desde que llegaron a la comunidad y habían comenzado a salir. Mientras me contaban eso, aprovecharon para anunciarnos a todos algo totalmente inesperado:
—Carlos y yo vamos a tener un bebé. —Alicia anunció la noticia con una sonrisa gigante, mientras Carlos le acariciaba el vientre con amor.
Los felicitamos, alegres y emocionados de saber que un bebé venía en camino. Representaba nueva vida. Una esperanza para el futuro, una esperanza de que la humanidad siguiera existiendo, de que se podría empezar de nuevo. La raza humana no estaba extinta aún, seguíamos dando pelea.
— ¿De cuánto estás? —Le preguntó mamá a Alicia después del estallido de felicidad.
—Dos meses. —Respondió ella, radiante.
Prácticamente todos habían conseguida una pareja, o estaban en eso (como Thalía, que estaba “conociéndose” con una chica de Heaven), todos excepto mamá y yo. Sería cosa de familia, quizás. Al menos había logrado dar (o recibir) mi primer beso.