Hoy se cumplen dos meses desde que estoy en las casas. Probablemente los de las primeras ya estén despertando. No creo que las casas duren un año para nadie, supongo que Los Organizadores las terminaran antes luego de evaluar las posibilidades que quedan. Podrían darles algún incentivo para despertarlos, o simplemente dejarlos morir.
¿Intentaran alguna cosa conmigo?
No me falta tanto como para terminar mi historia. Te recomiendo que me vayas soltando lentamente en caso de que me hayas tomado cariño, y que te prepares para un final cantado desde el primer día. Voy a morir en breve. Ya sea porque me maten, o porque yo les gane de mano.
Deseo con todo mi corazón que sea la segunda.
Pasaron dos meses desde el casamiento de Lima y Alejo. Todo se mantenía en paz. En diciembre llegó alguien nuevo a la comunidad, un chico de 16 años, más o menos, con el cual rápidamente Marc, Adrián y yo nos hicimos amigos.
En Heaven había calendarios, así que sabía la fecha exacta de los días. Que recuerde o no todas es otro tema, por si te preguntas cómo es que sabía tal o cuál fecha. Creo que debería haberlo mencionado antes.
El nuevo se llamaba Rodrigo. Era un tipo común. Estatura normal, ojos verdes, pelo oscuro, simpático, charlatán. No había nada en él que llamara demasiado la atención, al menos a simple vista. Poco a poco logró meterse en el círculo de confianza y conocer todo sobre nosotros.
Bueno, todo menos que Marc era un híbrido. Eso era un máximo secreto que no podía escaparse ni por accidente. Habíamos pactado desde el primer día ni siquiera decirlo. No al menos hasta que decidiéramos que era el momento adecuado.
Confiamos demasiado en Rodrigo.
A finales de enero comenzó a actuar extraño. Desaparecía de repente y aparecía al rato sin dar respuestas precisas. Ninguno de nosotros lo mencionó. Cada uno lo había notado por su lado, y pensando que eran ocurrencias nuestras o una casualidad no dijimos nada. Así pasó el mes.
Llegó febrero y Rodrigo literalmente desapareció de un día para el otro.
Me levanté antes que todos el 4 de ese mes. Lo fui a buscar para salir a caminar un rato antes del desayuno y no lo encontré. Me pareció extraño, ya que él nunca se levantaba temprano a menos que lo despertáramos, aunque le resté importancia y seguí con mis cosas. A lo mejor tenía que hacer algo para la comunidad que se había olvidado de contarme, pensé. Al desayuno no apareció, tampoco al almuerzo ni a la cena. Comenzábamos a preguntarnos si le había pasado algo así que hablamos con Zeus. No sabía nada tampoco; nos prometió que si no aparecía al otro día enviaría gente a buscarlo.
Al amanecer nos despertó el sonido de un disparo.
Salimos con temor del edificio.
Un gran grupo de soldados vestidos de negro estaban parados en la puerta, cerca del edificio, armados hasta los dientes. En el suelo cerca de ellos yacía un cuerpo: Zeus, lo habían ejecutado a sangre fría. Delante de ellos, aunque protegido por dos hombres, un hombre de tez tremendamente pálida se erguía en toda su estatura. Sus ropas eran oscuras también, pero no tenía casco como los demás. Sus ojos a la distancia parecían dos puntos negros, y tenía una escalofriante sonrisa de dientes torcidos.
—Señoras y señores, buenos días. Perdón por presentarnos de esta forma y tan temprano, pero órdenes son órdenes —Dijo fuerte para que todos pudiéramos escucharlo—. Intentamos hablar con su líder, aunque no llegamos a un acuerdo. Una lástima.
— ¿Quiénes son ustedes? —Preguntó una voz masculina. Todos los habitantes de Heaven estábamos ahí, en ropa de dormir, contemplando la escena con una mezcla de incertidumbre, irrealidad y miedo.
—Pueden llamarme Donovan —Dijo él—. Me encargaré de esta comunidad a partir de ahora, en nombre de la World United By Universal Catastrophes. W.U.U.C, abreviando. No sé si habrán escuchado hablar antes de nosotros.
— ¿Y con qué derecho vienen acá y deciden eso? —El mismo hombre volvió a alzar la voz, diciendo lo que todos pensábamos— ¿Y qué es W.U.U.C?
—Con el derecho de W.U.U.C. —Sonrió Donovan—. Una organización formada por los últimos gobiernos que quedaron a nivel mundial ¿Alguna otra duda? —Inquirió.
— ¿Qué va a pasar con nosotros ahora?
—Ya veremos... dependerá cómo se porten —Contestó—. Primero van a ser requisados ustedes y los edificios, luego veremos cómo prosigue el asunto. Ya se les informará. —Concluyó y les hizo señas sus hombres para que actuaran.
Pero las cosas no salieron como ellos pensaban.
Al haber escuchado el disparo, muchos de nosotros salimos armados y listos para actuar. En Heaven no había una restricción, podíamos tener nuestras armas con nosotros mientras las usáramos solo cuando lo requiriera. Por lo que cuando los soldados comenzaron a acercarse a nosotros, respondimos con fuego.
Así inició la guerra de Heaven.