Las pruebas concluyeron unos pocos días antes de que terminara el mes de julio, aunque no comenzaron a enviar las notificaciones hasta agosto.
Yo ya sabía que querían llevarme con ellos, me lo habían dejado muy en claro, y había decidido no decirle nada a nadie. No quería asustarlos. Además tenía esta sensación que tenemos todos a veces, de que si no decís algo en voz alta no se cumplirá.
En fin. Entre los primeros días de agosto llegó una nota a la habitación en la que estábamos. De un lado tenía mis datos: nombre, apellido, edad. Había cumplido 15 años ese mismo mes. Muy chico para mi mamá, que no quería perderme de nuevo, y lo suficientemente grande para W.U.U.C para llevarme con ellos.
En la nota pedían que me presente en la oficina del edificio 1 en un plazo de diez días, y que si no lo hacía me irían a buscar por la fuerza.
Mamá se rehusó desde el primer instante en el que lo leyó No me dejó emitir palabra alguna. Dijo que ya buscaríamos la forma de zafar de esa, que capaz me ayudarían a escapar para que volviera otra vez con Estrella y los híbridos, que algo se le iba a ocurrir.
Todas las posibles salidas de Heaven estaban doblemente patrulladas desde el comienzo de las pruebas. Se estaban levantando nuevos muros, y cada vez parecía haber más gente extraña vigilando.
No dije nada. Aunque tenía muy en claro en mi mente que si ellos llegaban a estar en peligro me entregaría sin pensarlo dos veces. No iba a dejar que les pasara nada, y menos por mi culpa.
Intentamos llegar al bosque en al menos tres ocasiones diferentes, y siempre nos encontrábamos con algún guardia rondando y teníamos que dar la vuelta. Por la puerta principal era imposible, y por la parte de atrás no había nada más que un muro y más soldados.
Las esperanzas menguaban. Sabía que se me acababa el tiempo, por lo que intenté hablar con mamá para hacerle comprender que no podíamos hacer nada; que yo iba a estar bien, y que algún día nos reencontraríamos si hacíamos las cosas bien. Ella no me escuchó, no confiaba en W.U.U.C. No creía que fuese posible volver a encontrarnos si yo me iba.
Yo pensaba lo mismo, pero no había otra opción.
Decidí presentarme en secreto y ver por lo menos de cuánto tiempo disponía.