Nosferatu: -con la mirada profunda y una sonrisa macabra, exclamó- ¡sería muy aburrido si estuvieras muerto! –extendiendo sus manos ataca a Jack pero logra esquivar el ataque directo-
Jack: -detrás de Nosferatu- supongo que la edad te ha hecho más lento –le da una patada en la espalda y suspira- vamos vejete –con los ojos brillantes detrás de la máscara Jack escuchaba una voz extraña- (ahora soy poseedor de vida y tu poseedor de la muerte, Seré quien guie pero tu quien camine)
Nosferatu: -mira Jack amenazante y le apretó la garganta con fuerza- dime quién demonios eres en realidad, ¿acaso eres mortal? –Mira sus ojos e intenta leer su mente, pero vomita al ver una entidad oscura que emana muerte con una gran presencia, cae de rodillas al suelo agitado y se aleja rápidamente de Jack- ¡¿qué demonios eres?!...
???: -susurra- tú quisiste poseer mi poder pero ¿no sabes quién soy yo?, me das lastima–ríe y desaparece-
Jack: -mareado mirando a todos lados- ¿Qué demonios?... –pierde el conocimiento-
Nosferatu: -impactado sale volando de la cueva- (¿que fue eso?, soy un ser mitológico y no puedo con un simple mortal, esto no ha terminado)
*mientras tanto en la cuidad aún se buscaban rastros de Jack sin existo, el detective Frederick era el más indignado por su incompetencia*
Ciudad.-(3.00 P.m.)
D. Frederick: -suspira mirando al cielo- como demonios puedo ser un detective famoso pero no encontrar a mi compañero o a un asesino –fuma un cigarrillo- ¿eh? –mira en las noticias de los periódicos que ha habido más muertes en la ciudad y huesos enterrados sin ningún tipo de huesos- que tipo de gente enferma haría eso… a menos que… no, no puede ser que hayan optado por el canibalismo –se para y se prepara para buscar pistas-
3 Días después.
Mansión de Sarah. (10:00 P.M.)
D. Frederick: -tocando la puerta-
Sarah: -abre la puerta y mira al detective- ¿sí?, necesita algo
D. Frederick: perdone la interrupción a estas horas pero, dicen que era aquí donde vivió Jack mi compañero, soy el detective Frederick, el desapareció…
Sarah: -sorprendida- ¿Desapareció?, como ocurrió eso, eso no puede estar ocurriendo, el antes de irse me prometió volver –casi llorando- no… puede ser verdad
D. Frederick: -abraza a Sarah- perdone, fue mi culpa…
Sarah: -calmada- bueno –se seca los ojos- por favor si sabe algo de Jack me lo dice –sonríe despacio-
D. Frederick: -sonríe- bueno, podríamos hablarlo en un café, para estar más calmados.
Sarah: está bien, un café, bueno adiós –cierra la puerta-
D. Frederick: -sonriendo- vaya, pero que bonita, lo siento pero yo cuidare de ella por ti je je –va caminando a la estación de policía, pero unos gritos lo distraen-
Cocinero: shh, callado… serás un expelente caldo, no te preocupes, he aprendido a moler huesos para harina, nada será desperdiciado en ti –arrastrando a una chica-
D. Frederick: -persiguiéndolo con sigilo- donde demonios operas –mirando su escondite- con que en un sótano, que poco creativo…
Cocinero: -mete a la chica a caldero gigante y la empieza a desnudar- esas telas arruinaran tu cocción en agua, será mejor así –saca un macheta y apunto de cortar su mano Frederick da un salto y lo patea-
D. Frederick: -apunta con el arma- alto hay –el cocinero ataca con el machete y rebana la pistola reglamentaria- esto es solo un juguete –lo tira y golpea al cocinero- ¡aléjate de la chica!
Cocinero: lo siento, pero el que ha perdido eres tu –la chica apuñala la pierna del detective-
D. Frederick: -se aleja y se saca la cuchilla- maldita sea, no estás en peligro…
Chica: nunca dije que lo estaba, por hombres como tú, tenemos comida a diario –ríe-
D. Frederick: -molesto- ¿entonces ustedes fueron los que se llevaron a Jack?, -saca su revólver calibre 38 smith wesson- quiero que conozcan a Matilde –apunta a el cocinero y le dispara en las piernas y los brazos-
Cocinero: ¡ah! Ayúdame cariño –sin poder moverse-
Chica: eso intento –intentando salir-
D. Frederick: -corre y con furia golpea repetidamente la cabeza del cocinero con la pared- tú, no iras a ningún lado –golpea su cabeza con tanta fuerza que le logro quebrar el cuello-
Chica: -asustada- que le hiciste, ¡asesino! ¡Lo mataste! –llorando coge un cuchillo y le intenta apuñalar de nuevo-
D. Frederick: -mira de reojo y le rompe la muñeca- no debiste hacer eso… -dispara arriba haciendo caer una pata del caldero y dispara al combustible caminando fuera- nos vemos en el infierno –sale del lugar escuchando los gritos de aquella mujer-
*al día siguiente en la cafetería el D. Frederick y Sarah estaban hablando de Jack, pero sin ningún éxito lo dieron por muerto por el incidente de anoche*
Sarah: -llorando- no puedo creer que haya muerto…
D. Frederick: -coge su mano- no te preocupes, no estarás sola, yo te protegeré
Sarah: -se seca las lágrimas- pero quien podrá cambiar mis emociones…