El Diario de James Mildway

CAPITULO IV: Maximillium Cleever

Acababa de salir de la arena, otro día como los demás, peleas, sangre y muerte, en el momento que iba a ir a mi pequeño hogar que era solo un pequeño cuarto en medio de la ciudad destruida, en ese momento un hombre extraño se acercó a mí  

-Buenas noches señor Mildway 

-Buenas noches y por favor lo de señor no es necesario dígame James por favor todos me dicen así- el hombre solo sonrió de manera muy familiar y añadió 

-De acuerdo James, mi nombre es Maximillium Cleever- reconocí el apellido Cleever en el momento en el que lo mencionó, era el cabeza de la poderosa y rica familia Cleever, una familia de alta clase, que gobernaba la ciudad de arriba "Deryville" no sé qué podría estar haciendo aquí alguien tan importante como él. En el mundo actual había familias poderosas entre ellas la familia Rivens que siempre estaba en disputa con la familia Cleever, desconocía un poco la forma de gobierno en la cual el mundo de arriba vivía. El gobierno era simple, las familias eran los gobernantes de las ciudades, en este caso la familia Cleever era la que dirigía la ciudad de Deryville  

-Señor Cleever es un honor para mí estar en presencia de una persona tan importante como usted- agaché mi cabeza y puse mi mano derecha en mi pecho como respeto, siempre he tenido ese respeto por personas de mayor rango que yo. 

-Es usted un hombre muy noble James el honor y el gusto es mío- sonrió muy humilde y amablemente, jamás en mi vida había conocido a alguien con tal porte pero con tan gran humildad en su sonrisa y ojos, estaba muy impresionado. 

-Disculpe señor Cleever pero qué hace usted en un lugar como este, es muy peligroso para usted estar en un lugar como este- su cara cambió en verdad cuando le dije esto. 

-Escuche James he venido aquí por usted- 

-¿Por mí?- interrumpí inmediatamente. 

-Sí, he escuchado rumores sobre usted desde hace un par de años, y lo he visto pelear, un alquimista capaz de transmutar sus espadas con poderes elementales para tener un poder muy grande he venido aquí para contratarlo James, lo necesito para una misión en mi familia. 

Lo escuché interesado ya que era increíble que alguien como él supiera de mí, me sentí alagado y engrandecido pero la pregunta quedaba en mi cabeza ¿qué quería exactamente de mí el señor Cleever? 

-Señor Cleever estoy muy alagado porque me conoce pero dígame ¿cómo alguien como yo puede serle de utilidad? 

-Señor James lo necesito para proteger a mis hijas Alice y Annie Cleever, quiero que venga conmigo James- En ese momento me pareció una broma y me molestó que me tomara como niñero. 

-Disculpe usted señor Cleever pero no soy niñero, aunque es horrible vivir aquí abajo es mejor ya que no dejo mi profesión de ser guerrero y alquimista, además el mundo de arriba es seguro por todo lo que ustedes poseen allá, usted no necesita a un alquimista asesino para proteger a sus hijas. 

-Disculpe James no quise ofenderlo, pero créame que el lugar en donde vivo no es como usted cree, en este mundo infestado por Rivens Beasts y Cold Hunters usted sabe que no es sencillo mantener el orden y la seguridad en el mundo, por eso me preocupa la seguridad de mis hijas ellas son las únicas en el mundo que me importan y usted James es el candidato perfecto para poder cuidar de ellas, sus habilidades no tienen comparación por ello se lo suplico James- El señor Cleever respondió de manera muy humilde a pesar de que llegué a ser descortés con él –Si gusta James puedo darle 24 horas para pensarlo, le daré hospedaje en mi humilde hogar, comida y ropa, usted vivirá en nuestra casa el tiempo que quiera estar con nosotros pero piénselo, le aseguro que no va a olvidar sus habilidades ya que como le dije quiero protección para mis hijas, por favor James piénselo y volveré mañana a esta misma hora para saber su respuesta de ante mano muchas gracias. 

El señor Cleever dio media vuelta y se fue tranquilamente sin prisa alguna, era una persona muy humilde y buena pero mi ser reaccionó de manera extraña, en él había magia y poder sobre humano, pero no era un mutante como el resto, eso me llamó mucho la atención y me puse a pensar en si sus pequeñas hijas podrían ser iguales, seres diferentes a los humanos con algo especial. 

Esa misma noche no pude dormir, solo pensaba en qué pasaría si aceptaba o no la oferta de Maximillium, sé que me tomo mucha libertad al llamarle así pero jamás le faltaría el respeto, las preguntas llegaban a mi cabeza una a una ¿Qué pasará? ¿Podré seguir luchando? ¿Cómo sería una vida en el mundo de arriba? Toda la noche estuve pensándolo hasta que pude dormir. Cuando amaneció decidí no asistir a la arena, era una tontería estar un día más, de cierta manera me había hartado de ese lugar, aunque fue mi hogar durante 5 largos años y me enseñó mucho, jamás hice amistades, solo eran negocios al final si hacía un amigo al final algún día acabaríamos matándonos el uno al otro, preferí ahorrarme ese tipo de tonterías y me volví muy cerrado en mi mentalidad, pasé todo el día echando un último vistazo al lugar que me dio todo durante 5 años, aún dudaba un poco que Maximillium llegara pero por alguna razón, confiaba en su palabra; pasé el día recorriendo la ciudad, no era hermosa pero tenía su encanto aunque destruida tenía un encanto especial. 



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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