El Diario de James Mildway

CAPITULO VIII: JAMES PELEA CON ANNIE

Cuando llegué por fin vi que aún faltaban 15 minutos para que alguien despertara, pero eso no evitó que una Rivens Beast quisiera atacar la mansión Cleever, desgraciadamente no tenía mis espadas a la mano y tuve que improvisar una trampa de tierra gracias a mi alquimia para distraer a la bestia, corrí y tomé mis espadas que había dejado en el jardín antes de salir, apenas tuve tiempo antes de que esa Rivens Beast se liberara, empecé a atacar usando mi espada con fuego, esta bestia era como la anterior, era dura y más inteligente, intenté ser rápido pero la bestia me golpeó con su garra en el estómago dejando una severa herida pero eso no me detuvo, gracias a mi alquimia pude sanar un poco de esa herida para seguir combatiendo, llegué a dañar su ojo izquierdo pero solo retrocedió un poco, mirándome con su único ojo gruñó y voló, desgraciadamente no pude evitar que escapara pero por lo menos Allice y Annie estaban a salvo. 

Escuché que Maximillium llegó corriendo a donde estaba, mientras él llegaba yo estaba cerrando mi herida para que no se notara que esa bestia me había dañado de verdad. 

-James dígame ¿Qué ha pasado? –Me dijo Maximillium algo preocupado. 

-Una Rivens Beast señor Cleever, nada que no pudiera resolver señor –Sonrió y vimos llegar a Annie y Allice. 

-Padre –dijo Allice-¿Qué ha pasado? ¿Señor James se encuentra usted bien?  

-Lo de señor no es necesario-dije nervioso- Estoy bien señorita Allice –Ni yo me creía esas palabras, el dolor en mi estómago me estaba matando pero gracias a mi alquimia sabía que pronto pasaría ese dolor -Fue solo un rasguño señorita, nada que no pueda resolver. 

-Estás sangrando James –dijo Annie con su “amabilidad” natural. 

-Estoy bien señorita Annie descuide –Allice se acercó a mí, en ese momento me sentí muy nervioso por la distancia en la que estaba. 

-Venga conmigo señor James –dijo amablemente –yo le daré algo que le aliviará el dolor y se curará pronto –tomó mi mano y me llevo adentro, solo vi las caras de Maximillium feliz por mi trabajo y la de Annie enojada por el acto dulce de su hermana, siendo sincero yo iría a donde fuera con Allice, en verdad me gustaba mucho pero aún había un pequeño problema, ese tal Alexander Kokone, decidí ir al grano y preguntarle directamente a Allice acerca de ese sujeto. 

Llegamos a la sala de estar y me dio un pequeño y extraño frasco el cual contenía una sustancia verde un poco extraña 

-James por favor use esto para curarse es un remedio que nuestra familia ha desarrollado desde hace tiempo le ayudará mucho. -tomé un poco de esa sustancia y la unté en mi herida. 

-Disculpe señorita Allice quisiera preguntarle algo si no le ocasiona molestias por supuesto. 

-No James descuide, dígame qué pasa. 

Empecé a hablar algo nervioso por la posible respuesta de Allice -Hace poco estuve platicando con la señorita Annie y me comentó que usted tiene cierta relación con un chico llamado Alexander Ko...-ella interrumpió en ese momento  

-Alexander Kokone, así es señor James, él es mi prometido, es hijo de un amigo muy allegado a nuestra familia, también es un gran guerrero como usted aunque él no utiliza alquimia pero es increíble su forma de pelar de hecho le ayudó a mi hermana para mejorar un poco. 

-Disculpe la interrupción pero dígame ¿él le ha dicho algo sobre los alquimistas? 

-Efectivamente señor James, Alexander nos contó que los alquimistas no eran más que personas malas y egoístas que no pensaban más que en buscar poder y gloria, debo admitir que eso me preocupó un poco cuando lo conocía señor James pero ahora después de ver todo lo que ha hecho por proteger a nuestra familia puedo decir que Alexander estaba equivocado, usted se ha ganado mi confianza señor James. 

-Muchas gracias señorita Allice la verdad no puedo saber si lo que afirma Alexander es cierto ya que no recuerdo nada de mí antigua vida, quisiera saber más sobre mí pero no encuentro ninguna forma de recordar. -Allice tomó mi mano y me dijo con una sonrisa muy hermosa  

-Señor James no se preocupe sé que algún buen día de estos recuerda todo, y confío en que usted se quede aquí eso me agradaría mucho, además sé que mi padre confía en usted y sabe ahora que yo también quiero que sepa que yo quiero ayudarle cuando lo necesite. 

-Señorita Allice es usted muy amable y buena, le agradezco mucho todo esto y le prometo que me quedaré para cuidarlas. 



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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