El Diario de James Mildway

CAPITULO XXI LAS DUDAS DE MAXIMILLIUM

Cuando llegamos a la mansión Cleever Allice, Annie y Maximillium estaban comiendo, al vernos se alegraron de vernos, supongo ya sabían algo de lo que pasaba, Maximillium se levantó.

-Alexander, James me alegra verlos díganme cómo les fue.

-Señor tenemos información muy valiosa.

-Díganme qué ha pasado

Le contamos a Maximillium lo que habíamos visto en Comstown desde la ciudad en ruinas hasta el Cold Hunter humano, también le hablamos sobre nuestra visita a Sayeville.

-James dígame si es verdad que ellos estaban entrenando Rivens Beasts y Cold Hunters

-No Señor, ellos tenían encerradas Rivens Beasts pero lo que le pasó a la ciudad no fue causado por las bestias, fue causado por Cold Hunters pero no mataron a nadie, al parecer se los llevaron a todos.

-¿Se los llevaron? ¿Por qué harían algo así?

-Señor Cleever- dije- alguien es capaz de controlar a los Cold Hunters, las Rivens Beasts atacan porque defienden su tierra los Cold Hunters atacan por placer y si alguien es capaz de controlar a semejantes monstruos entonces esa persona o personas tienen un poder muy grande quizás más que el nuestro ahora.

-¿Ahora James?

-Sí señor Cleever, estuve leyendo por un largo tiempo en las arenas y existe una forma de que Alexander y yo seamos más fuertes.- En ese momento Alexander puso una expresión rara, supongo creyó había enloquecido.

-¿Cómo pueden ser más fuertes James?

-Existe una forma mediante la alquimia aunque es peligroso y cansado para mí.

-¿Crees poder hacerlo Mildway?- dijo Alexander

-Podemos intentarlo Kokone.

-James, Alexander no lo harán no pondré sus vidas en riesgo ahora por favor no hablen más de eso, sé que ustedes podrán ser más fuertes por su cuenta ahora si me disculpan debo salir por unas horas.- Al decir esto se fue. Allice y Annie estaban escuchando todo y se veían preocupadas al igual que Maximillium.

-Alexander tenemos que hablar vamos- dijo Allice y se llevó a Alexander al patio mientras yo me quedé con Annie.

-James quiero que me digas si en verdad ibas a poner tu vida en riesgo para protegernos

-Sí señorita eso haré, ustedes son mi familia y yo protegeré a mi familia ese es mi camino.- Annie puso una mirada algo extraña pero supe que confiaba en mí.

-James si no te importa quiero pedirte algo.

-Dígame señorita qué necesita.

-Hazte más fuerte y protégenos para que este mundo esté mejor para todos.

-Se lo prometo señorita quiero pedirle también un favor.

-Dime James

-Déjeme aumentar mi poder, aunque su padre me lo haya prohibido.

-James...arriesgas mucho, si pasa algo...

-Señorita no pasará se lo prometo, estaré bien.

-Cuídate mucho por favor, James.

-Sí señorita y gracias- salí al patio para buscar un lugar para poder aumentar mi poder, cuando salí una mano me apretó la boca y la nariz automáticamente reaccioné y pude liberarme golpeando el estómago de mi agresor, mientras daba la vuelta tomando mi espada me di cuenta de que Alexander estaba ahí adolorido.

-Idiota- dijo Alexander.

-Vaya Kokone no hagas eso, admito que lo disfruté, pero me has dado un buen susto. - Se recuperó y se levantó, tenía una cara de furia.

-¿Harás ese aumento de poder del que hablaste y no me dirías?

-A eso iba Kokone pero nadie debe saberlo menos la señorita Allice ni el señor Cleever.

-Confiaste en Annie para decírselo.

-Sí ella apoya esto ahora vamos Alexander nadie debe interrumpir por un par de horas ¿Cómo te libraste?

-Solo le dije a Allice que iba a entrenar contigo.

-Vaya tienes que mentir para poder hacer lo que quieres, no importa vamos rápido. - corrimos hasta el bosque en un lugar apartado donde nadie pudiera encontrarnos. Aseguré el perímetro con un sello de Salomón que protegería el lugar hasta que acabáramos.

-Bien Mildway empezamos esto.

-De acuerdo Kokone espero no me detestes más después de esto. - Nos sentamos uno frente al otro, el poder del sello logró que nuestras mentes se conectaran para poder aumentar nuestra fuerza.

-Mildway dime dónde estamos.

-Esto es un espacio entre nuestras mentes, ahora mismo nuestros cuerpos están en el mundo material sentados sin hacer nada, ahora debemos entrenar aquí hasta casi matarnos luchando con rabia, dolor, amor, tristeza, felicidad, con todo aquello que sea más fuerte que nosotros ¿de acuerdo?

-Bien Mildway adelante.

Empezamos a luchar entre nosotros en ese espacio negro y vacío, la batalla era más intensa peleamos por un día entero chocando nuestras espadas, estábamos exhaustos, pero sólo comenzaba el verdadero entrenamiento.

-Bien Kokone ahora empieza lo difícil -dije jadeando.

- ¿Qué pasará ahora?

-Nuestros miedos se van a liberar y habrá que luchar contra ellos, solo así vamos a aumentar nuestro poder.



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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