El Diario de James Mildway

CAPITULO XXIX: DE VUELTA A LAS ARENAS

Llegamos a la mansión Cleever y dejé a Annie en su habitación.

-Gracias por todo James, a pesar de lo que pasó todo fue muy divertido-soltó una risa nerviosa luego me besó apasionadamente yo respondí a ese beso y estuvimos a punto de llegar a más que eso pero  nos detuvimos- Descansa James.- dijo esto y entro a su habitación.

El beso que me dio me dejó atónito, no recuerdo como llegué a mi habitación esa noche, solo pensaba en Annie y en el beso que me había dado, me dejó con una sonrisa de tonto parecida a la que Alexander tenía…quizás yo…

Esa noche tuve un sueño muy extraño había destrucción de nuevo, pero esta vez era un lugar más conocido, eran las arenas donde yo viví; veía a las Rivens Beasts muy lastimadas estaban agonizando, vi a muchas personas muertas y vi algo muy extraño, un Cold Hunter absorbiendo a una persona dentro de su pecho; en ese momento lo vi, era Vladimir Rivens ese maldito fue a las arenas a atacarlos.

-¿Qué pasa Mildway?- dijo Vladimir en mis sueños- Te estás perdiendo la diversión, ven a divertirte mi viejo amigo, ven aquí a que veas perder lo que amas de nuevo.

Desperté sudando frío, me levanté rápidamente y me puse mi ropa de diario, tomé mis espadas y salí corriendo de la mansión Cleever, solo deseaba que ese sueño no fuera verdad.

Al llegar a las Arenas vi mucho movimiento dentro lo cual no era normal a esa hora. Al entrar en donde estaba el estadio principal mi horror y rabia empezaron, todo lo que había soñado era verdad había cadáveres de personas en el suelo, rastros de peleas entre Cold Hunters y Rivens Beasts supongo que ese maldito de Vladimir los había hecho pelar solo para probar la superioridad de sus bestias de metal no había duda, ese maldito bastardo debía morir. Me acerqué a la Arena y vi algo que no me esperaba, era Darío Miston el jefe del mismo clan estaba vivo, al menos por ahora, estaba peleando contra un Cold Hunter humano y no le iba bien, corrí para ayudarlo.

Entré en la arena y vi a Vladimir sentado en la parte de arriba en una silla, me hizo enojar que el desgraciado se sintiera rey de este lugar que fue mi hogar.

-E-eres…James…-dijo Darío con muy pocas energías.

-Sí amigo soy yo, tranquilo todo estará bien.-le dije mirándolo, estaba muy mal herido.

-Por favor…haz que ese maldito pague…-dijo esto y se desmayó, corrí hacía él, estaba muy mal herido a punto de morir, le di una poción que llevaba conmigo, la única que llevaba…

-Espero te ayude esto amigo…-le dije dejándolo recostado en el suelo.

-Vaya James ahora le llamas amigo a cualquier…bueno gusano- dijo Vladimir sentado en esa silla viendo la desgracia de mi amigo.

-Tú maldito bastardo has hecho esto…

-Sí, quise que volvieras a perder lo que amabas y ver si podías venir conmigo una vez más amigo.

-¡Tú y yo nunca seremos amigos maldito asesino!- dije furioso

-Oh, ahora el alquimista que acabó con su ciudad tiene dilemas y un gran ego sobre moralidad cuando en el pasado solo quería matar a todos los humanos.- dijo burlándose de mí

-Yo ya no soy esa persona, y te lo voy a demostrar porque yo… ¡YO NUNCA SERÍA UN MALDITO ASESINO BASTARDO COMO TÚ!- en ese momento sentí dentro de mí una llama encendiéndose, mi cuerpo desprendía un aura roja agresiva, el Cold Hunter me quiso atacar pero en un movimiento rápido lo corté en 2 sin problema alguno.

-Vaya James, eres más fuerte cuando te enojas me pregunto por qué los demás gusanos de aquí no fueron así para entretenerme más tiempo. Así que ya que estás aquí espero que tú si me entretengas.- dijo esto y soltó 4 cápsulas las cuales liberaron a 4 Cold Hunters mutados con humanos, percibía una gran energía de ellos y esa energía me era familiar….

-Maldito seas…mataste al clan Miston, esas personas eran guerreros y me veían como uno de ellos, y tú maldito los mataste sin piedad para convertirlos en unos Cold Hunters… ¡Jamás te lo perdonaré desgraciado!-dije más furioso.

-Te diste cuenta.- dijo riendo.

Ataqué con una gran furia a los Cold Hunters que eran mis amigos del clan Miston, el hermano de Darío era Nicholas Miston, Jason Miston, Toby Miston y Jeremy Miston, los 4 eran excelentes guerreros y ahora convertidos en Cold Hunters…eran mejores. Era complicado combatir con los 4 a pesar de que podía defenderme ellos eran superiores en número, rebotaba de un lado a otro solo defendiéndome; no podía atacarlos porque sentía la esencia de mis amigos en ellos, no podía lastimarlos, me sentía impotente.

-¿Qué pasa James? No pareces dispuesto a acabar con mis queridas mascotas han dejado de ser gusanos y ahora son depredadores han evolucionado y también lo hará ese gusano que dejaste tirado.- seguía riendo ese maldito.

-¡NUNCA TE LO PERDONARÉ MALDITO INFELIZ!- Estaba más que furioso y aunque no quise lastimar a mis amigos debía hacerlo así que envolví con mi energía física a mis espadas para hacerlas más eficientes contra ellos, pude destruir al Cold Hunter que tenía la esencia de Toby, lo corté a la mitad y podía oírlo gritar por medio del Cold Hunter, luego le quité la cabeza a Jeremy, atravesé el pecho de Jason y por último hice pedazos a Nicholas mientras pensaba “Darío perdóname.” Después de esa masacre bajé la cabeza y me quedé quieto un minuto, solté un par de lágrimas. Escuché los aplausos de alguien.



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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