El Diario De Jason Whithe

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        Ayer fue un día pesado, pero por lo que se, el gobierno cada día está más loco, el mundo parece ser solo una sociedad de locos, cada día, los problemas se vuelven puras tonterías del diario. Ayer el hijo de una señora falleció, fue asesinado por una banda de delincuentes, pero no me esperaba nada peor, al parecer el mundo ahora se vuelve una basura. incluyo tanto a las leyes que a la sociedad.

           No puedo creer como es que las cosas van de mal en peor. Por lo que ya noto, es tal vez por todo lo que la gente a pasado desde que han ido creciendo. Los países son corruptos, y las grandes empresas no hacen mas que trabajos sucios e incluso nosotros mismos hemos caido en lo mismo.

  • ¡! Somos pocos los que no lo somos Jasón!
  • ¡! Si señor!!  Por el momento no sería bueno causar problemas, mi respiración era muy agitada, al parecer era claro que los nervios de lo de la misión de anoche es la razón.

          Si bien recordaba tenía 4 años en la academia de artes marciales. Fui uno de los destacados, pero a pesar de eso no era el más inteligente en las misiones donde tenía que guiar a un grupo grande de policías. Prefería hacer las cosas por mi propia cuenta, como todo buen ciudadano independiente.

                Mi sobrina hace dos días atrás me regalo un diario, según ella era muy especial para mí, pero notaba que las cosas eran muy fáciles para ella. Aún no he empezado a escribir, pero sé que pronto lo hare, por ahora lamentablemente paro en otras cosas.

  • ¿Muy bien Jasón, quiero que me digas por que anoche murieron 10 policías y 6 rehenes?
  • Señor eran muchos, yo no… -- ¡! ¿tú que Jasón?!!— grito el jefe, su expresión en el rostro no era amigable.
  • Se suponía que tenías que mantener vivos a las tropas…-- la imaginación no era muy útil para mis ideas, solo me dirigía para lo razonable.

       Finalmente era sábado, era el día de su descanso, pero luego de lo de anoche ello sería algo complicado, por más que intentara formar un buen concepto de ser un mejor policía siempre la terminaba jodiendo en aquellos tipos de misiones. Muy bien Jasón, hasta aquí, llegamos, no pienso dejarte más en este estado. Ayer mismo te advertí! pero ya la recagaste! señor se lo juro, solo una oportunidad más..— no Jasón, hasta aquí, ¡!eres un simple idiota que cree que haciéndose el héroe va conseguir ser el mejor…! ¿ o piensas que haces bien?!! .. No señor pero...

  • ¡! Silencio!!  entrega tu placa Jasón – señor pero que ejemplo...
  • ¡! ¿Ejemplo?!!— una risa sarcástica salió de la boca del jefe. Sin dejar terminar a Jasón.
  • Mira tarado, tú no tienes familia, eres solo un idiota, que siempre la va cagar. – y si hablas de tu sobrina, no me importa, que vea que su querido tío no sabe hacer las cosas como se deben..

   Saque la placa de mi vestimenta, a pesar de hacer el esfuerzo por no dejarme vencer por la tristeza, ya se notaba mi decepción. – muy bien, ahora espero que seas algo mejor querido Jasón. Porque aquí ya la jodiste durante estos dos miserables años— Salí de la puerta con ganas de salir corriendo a un acantilado y acabar con mi vida de una vez.

         El sueño soñado de ocho años de mi vida, se había acabado. La calle estaba muy intranquila, aun pensaba porque era todo en el mundo tenía que ser algo injusto, camine hacia el otro lado de la calle.

             La ciudad, era algo intranquila, pero supuse que ahora que ya no era oficialmente de la policía.

      Me dirigí a casa de Sara, tenía que decirles que ahora mi vida, era algo sin sentido para mí, pues no sé si deseaba encontrar otro tipo de trabajo. Llegue a la calle, que no tenía nombre exacto. Un lugar donde los drogadictos, viven sus locuras y el mundo que los rodea es algo que no tiene un logro bueno alguno.

         Me pare en una esquina, con un grafiti de una patineta. A pesar de ser personas sin un futuro bueno, el talento, era algo que si podían desarrollar. La sociedad no era del todo algo desigual. Detrás de una personalidad hay un gusto único y especial. Sea una personalidad buena o mala.

              Luego de un buen tiempo, camine hacia la casa de mi sobrina, luz… a pesar de una caminata imposible, finalmente ya había llegado, el lugar se veía tranquilo y solitario. Un vecindario perfecto. Me acerque con nerviosismo, no sabía cómo reaccionaría mi hermana ante el mensaje que le iba a dar. – ¡! Jasón!! – una niña de 11 años salió corriendo en mi encuentro. Era Luz, estaba hermosa como siempre.

               Me abrazo como si no me hubiese visto hace diez años atrás, yo solo opte por hacer lo mismo. Era algo increíble cómo había reaccionado Luz con mi presencia. – Jasón, dime como te fue en tu trabajo –  me quede inmóvil por unos segundos, sentía que ahora la noticia seria como una aguja en el corazón de Carmen.

  • Entra a la casa, tío Jasón – mi madre hiso una rica alazana.
  • Claro linda, vamos tu madre de seguro, debe estar esperando.

      La sala, estaba bien ordenada, olía a fresas con frambuesas. – wow, a tu madre sí que le gusta mantener limpio todo. – No a todo, Jasón – Amelia estaba parada, en la puerta de la cocina. – querida hermana, oye necesito decirte algo. – claro hermano, recuerda que siempre estarán mis brazos abiertos para ayudarte. Nos dirigimos a la cocina.




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