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  Entre al lugar. la recepcionista me recibió. – ¿bienvenido, en que le puedo ayudar? – buenos días, deseo entrar como maestro a la academia. – señor lo lamento pero ayer cerraron las inscripciones, todos ya están llenos.

              --señorita usted no sabe cuánto me costó… comente decepcionado de mí mismo y de la empresa. – señor lo lamento, pero ya le dije ya están cerradas las inscripciones.  Voltee la mirada a la salida y sin decir nada, Salí del lugar. Me odiaba a mí mismo, a pesar de mis esfuerzos, todo parecía estar en contra mío. Me dirigí a la escuela de artes marciales, me adentre crusando los dedos.

       Entre a la recepción, con algo de ansias. Un señor me recibió – bienvenido joven, ¿ha venido a aprender? – no al contrario he venido a enseñar defensa personal. Etc. – ¿bueno en que disciplinas se maneja mejor? – pues artes marciales, eso es todo. – mire señor aquí no sabemos si confiar en una persona cualquiera. – ¡! ¿Cualquiera?!!— señor por favor cálmese. ¡! Vera, yo fui policía! así que por favor déjeme entrar, no sabe cuánto lo necesito. La rabia se había desatado dentro de mi por completo, tanto así que me fue imposible controlarlo. – ¡!mire basura, yo enserio necesito un trabajo ya estoy harto, de que me estén criticando y mandando! – ¡!joven que se calme o lo tendré que sacar! ¿Sacarme a mí?— ¡! ¿Quiere saber de lo que soy capaz?!!

            Me levante de la silla de golpe. – ¡!puedo demostrar que soy mejores que todos aquí!!... –señor no queremos pelear con usted— ¡!lo lamento pero ágamos esto, si le logro ganar, usted se va y yo me quedo! – !bueno joven!, se lo advertí, pero vera me agrada las competencias, así que acepto.

       Nos dirigimos, a la sala de entrenamientos, había varios estudiantes. Nos miraban como si estuviera habiendo una discusión entre gobiernos. – ¡!muchachos, este hombre ha venido a desafiarnos!!— ¡!y créanme no se ira hasta que logre, sacarle la mugre a golpes!. Todos se levantaron sin pensarlo dos veces. Nos paramos uno frente al otro a unos pocos centímetros de distancia .Me quite el saco, y me prepare. El hombre se puso en posición de pelea.

            ¡! Ahora!!— grito el hombre. Cuando estuvimos cerca, el lanzo el primer golpe, este se dirigió a mi rostro, pero justo antes de que este impactara, lo esquive, logrando patear al hombre en el estómago. Retrocedió, tambaleándose. Di un paso atrás y salte tomando vuelo, para así patearlo en la cabeza. Pero inesperada mente, este lo esquivo de una forma rápida.

• ¡! Maestro!!— grito alguien, pero el hombre no reacciono.

        Dirigí mi mirada al rostro del hombre, se acercó intentando dar una patada voladora. Pero ante el acto, cubrí el golpe y logre acertar un golpe en sus piernas.  Dio una vuelta en el aire y callo boca abajo. Ante tal impacto se empezó a quejar. – hijo de… no pudo terminar la palabra. Se levantó lentamente y se paró en posición de pelea otra vez. 

             Se acercó e intento agarrar mi brazo, pero logre alejarme, luego empezó a golpear golpes con el codo, yo logre bloquearlos con movimientos de kung fu. Por suerte me había dedicado a aquella disciplina también. Este intento cogerme el cuello, lo esquive agarrando su brazo y lo tumbe causando de que diera una vuelta  encima mío, aprovechando el momento y lance una patada en su espalada.

             El hombre voló por el aire y cayó al suelo como un saco de papas. Grito adolorido, el grupo de estudiantes, opto por atacarme y otros por ayudarlo. – ¡!maestro!! Grito alguien.

      Alguien intento golpearme por atrás, pero logre moverme antes del impacto, lo cogí por el brazo y di dos golpes a su pecho en posición de brazo cortante. Cogí su cabeza y logre que dé una vuelta, cuando estuvo en la posición exacta, lance un rodillazo en su rostro.  Me aleje y luego vino otro, este intento insertar una patada, lo bloquee di un salto con voltereta y  logre encestar una patada en su rostro. Callo al suelo rápidamente, al igual continuo con otro, dio un golpe, intento patear, a mi estómago, pero logre bloquearlo con una patada. De pronto, alguien me cogió del brazo y me lanzo al suelo. Me levante algo adolorido, y dando un salto inserte un rodillazo en su pecho. Callo  gimiendo como si estuviera desangrándose de dolor. Luego de que aquellas personas cayeron, nadie más opto por venir a pelear.

         El hombre ya estaba de pie, pero no dijo nada. Todos estaban paralizados. – chico, ¿quién rayos te enseño a pelear así? – a esto me dedicaba, señor. – pero ya no me interesa entrar a su absurda academia. Nadie dijo nada.

           Me retire corriendo antes de que la policía llegara. Luego de un buen tiempo Me dirigí a la playa que quedaba  a cuatro cuadras del lugar.

                 El sol, ya retumbaba el lugar, parecía que por más terrible que haya sido mi vida, el mundo seguía adelante sin importar lo que yo o los demás sentían. Abecés creía que todo lo que sucede alrededor es la causa de como uno se encuentra.

   Me había descontrolado haya adentro, jamás me imagine que me saldría de control de tal forma. Finalmente me encontraba en la arena, unas escaleras fueron un pequeño problema pues este estaba alto y casi causo que me callera rondando hasta abajo. – rayos, veo que hoy no es un buen día.

         El cielo resplandecía con un tono anaranjado, las personas corrían de un lado a otro, aunque el atardecer se apoderaba de aquella felicidad.

             Luego de una hora, las personas ya habían dejado el lugar, solo un pequeño grupo estaban acampando en la arena, al parecer pensaban dormir en aquel lugar. Me levante, con algo de delicadeza, no deseaba hacer ningún esfuerzo. Camine entre la arena, mirando los alrededores. ¿Por qué todo me iba mal? ¿Qué me deparaba el futuro? ¿Vivir en la miseria, morir sin nada o tal vez solo me faltaba tiempo?...

         Me dirijo a las rocas que estaban siendo golpeadas por unas pequeñas olas, no me importaba si terminaba mojado, mi vida ya no era algo tan importante. Mi sobrina era lo único que me daba valor para tratar de mejorar.