A continuación, detallaré los aspectos más destacados de estos manuscritos, tal como ella los describió sobre el papel. Cada pincelada de su lápiz era una puñalada directa al papel de mi alma. Había sido traicionado; no importaba cuánto hiciera, nunca sería considerado ni correspondido. No por ella, ni por nadie.
Desde hace tiempo, mi novia Tamara comenzó a notar que algo en mí había cambiado. Yo era un hombre reservado, tímido, totalmente amoroso y dedicado a ella. Con un pasado difícil, nunca le presioné para que me contara todo al respecto, más allá de las cosas que especulaba le sucedían cuando la veía pensativo, perdido en su mundo. A pesar de nuestras diferencias, fuimos el uno para el otro durante meses, y al cabo de un año, nos mudamos juntos. Queríamos tener un hijo, el fruto que sellaría el amor de nuestros corazones. Fue ahí cuando comenzaron a ocurrir accidentes extraños, que alteraron mi comportamiento de manera sutil, pero irreversible.
Todo comenzó aquella noche en que salí de la casa sigilosamente, atraído por algo que no podía comprender. Volví una hora después, con la sensación de haber dejado atrás algo oscuro y perverso. Tamara notó mis pesadillas constantes y sus ojos comenzaron a observarme de manera diferente. Debí haber sospechado desde ese momento, pero me negué a ver lo que se estaba gestando.
Esa misma noche, el noticiero reportó el fallecimiento de la anciana tarotista que había dicho que yo atraía la miseria. Algo en mi interior me decía que todo eso estaba relacionado conmigo, aunque nunca pude probarlo. Lo que me asustó aún más fue la falta de conexiones en mi vida: no tenía amigos, no tenía pasado. Era como si hubiera aparecido de la nada, justo cuando Tamara entró en mi vida. La relación entre nosotros comenzó a volverse más y más hermética, llena de secretos de mi parte. En un principio, Tamara lo encontraba fascinante, pensaba que era misterioso, y no le importaba mi pasado mientras nuestro futuro estuviera juntos. Pero todo había cambiado, ya no era el mismo hombre.
A veces, me encontraba pensando si ese cambio había ocurrido realmente o si siempre había estado allí, oculto bajo la superficie. No puedo decir que Jonathan tuvo algo que ver con el asesinato de la anciana, pero sí me perturbaba su actitud. Esa noche que salió, el aroma que traía consigo era algo que jamás podría olvidar: alcohol y sangre.
El olor a sangre, familiar desde mi trabajo, me perseguía. Y el alcohol, ese alcohol que parecía acompañarme en los momentos de angustia, también comenzaba a llenar el aire cada vez que él estaba cerca. Todo en mi vida se desmoronaba, pero no podía hacer nada. Mis sospechas se volvían más concretas, pero mi poder para comprenderlas era limitado. Solo podía escribirlas en mi diario, un intento de descifrar un rompecabezas del que no podía encontrar la pieza correcta.
Jonathan se volvía más extraño con el tiempo, más distante y reservado. Empecé a sentir que algo no estaba bien, pero no tenía pruebas, solo mi intuición. En una de nuestras conversaciones, mencionó a unos "extraños ancianos" que, según él, conoció cuando estaba trabajando como paciente. No entendía bien qué significaban, pero al escuchar esa historia, algo en mi interior se agitó. Me sentí ultrajada, como si me hubieran arrancado el alma del pecho. No tenía miedo de Jonathan, pero su presencia comenzaba a aterrorizarme. ¿Qué había en él que me hacía sentir tan distante y tan perdida?
A medida que el embarazo avanzaba, también lo hacía mi desconcierto. Jonathan parecía tener un control total sobre la situación, sin mostrar ninguna emoción genuina. Mientras el bebé crecía dentro de mí, sentía que me estaba perdiendo en un mar de mentiras. Sin embargo, el hecho de que el bebé fuera nuestro sueño, la única esperanza que teníamos, me mantenía atada a él, a este hombre que ya no conocía.
Una noche, cuando ya estaba casi a seis meses de embarazo, Jonathan, como si no pudiera controlar su furia, abusó de mí. El dolor era insoportable, un dolor que no solo provenía de mi cuerpo, sino del alma. Podía sentir cómo el bebé dentro de mí se retorcía, como si me estuviera consumiendo desde dentro. Pero nada de eso detuvo a Jonathan. Su mirada vacía, su obsesión por lo que no entendía, me aterrorizaba aún más.
Tamara sabía que había algo mal, pero no podía entender qué. Cada noche, sentía que Jonathan ya no era la persona que había conocido. Algo dentro de él había cambiado para siempre. Sentía que estaba atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar, y a medida que el tiempo pasaba, la paranoia me consumía. Sentía sus ojos sobre mí, su presencia, incluso cuando no estaba cerca. Había algo en el aire, algo que no podía comprender. Pero lo que más me aterraba era su indiferencia, esa falta de emoción, esa calma inexplicable que parecía dominarlo.
El bebé, nuestro bebé, crecía sin problemas dentro de mí, y el hecho de que fuéramos a ser padres me mantenía aferrada a una idea de normalidad. Jonathan, sin embargo, parecía más obsesionado con los detalles de nuestra vida cotidiana, con los secretos que había enterrado en lo más profundo de su ser. Me susurraba palabras que no entendía, como si estuviera preparando algo, como si estuviera esperando que todo se desmoronara, que todo estuviera a punto de cambiar. Y no era solo él. En los días que seguían, algo aún más oscuro parecía acechar en las sombras.
Una noche, cansado de mi indiferencia, Jonathan volvió a abusar de mí. Esta vez no fue solo el dolor físico lo que me destrozó, sino la sensación de que él ya no veía a su hijo como su hijo. Ya no veía a su familia como una familia. Para él, todo esto era una ilusión, una mentira que debía mantener por el simple hecho de que ya no había nada más que hacer.
Mi miedo creció, pero también mi determinación. No podía dejar que este hombre, este monstruo en quien ya no reconocía a mi novio, se llevara a mi hijo. Sabía que el destino de mi bebé era crucial, y que todo lo que había hecho hasta ahora era para protegerlo. Jonathan solo era un instrumento, un medio para un fin. Mi hijo, Damian, era el príncipe del nuevo mundo. Y nada, ni siquiera Jonathan, podía impedirlo.
#1384 en Thriller
#650 en Misterio
#293 en Paranormal
terror paranormal y psicologico, paranoia y enfermedad mental, misterio drama
Editado: 19.12.2024