Lina no fue ajena a la reacción de aquella chica sentada en la segunda fila y apretó sus puños.
Era Katy.
Su mejor amiga de la infancia.
Pero no parecía ser ella, su cabello marrón estaba acomodado en un corte de varón, su porte era el más alto de las chicas de su salón y no había rastro de sumisión en su mirada. La intensidad de aquella ojos verdes la abrumaban, en algún momento de inicial se burló de ella diciéndole que aquellos orbes eran similares al color de un sapo, y vaya que ahora quería irse al desagüe.
"Preséntate, estudiante, di más cosas sobre ti" la voz de la profesora sacó a la rubia de sus pensamientos.
"Me gusta el color celeste, tengo un perro pastor alemán, mi comida favorita es el arroz con pollo, me gusta escuchar música en inglés y quisiera estudiar veterinaria" dije mirando atentamente a Katy, expectante a su reacción.
Normalmente habría dicho que le encanta jugar vóleibol, como siempre lo hacía al momento de conocer a alguien, pero el tiempo había pagado factura y los cambios en la rubia eran de notar.
Ursula no fue ajena a la reacción de su amiga y temió que fue alguna de sus ex, aunque debía admitir que tenía buen gusto, convivir con tu antigua pareja en la misma aula no era la mejor. No lo pensó mucho antes de recostarse sobre el hombro de Katy, susurrando por lo debajo.
"¿Es que tu ex?" cuestionó directamente.
La alta negó con una sola sílaba, su alejamiento con Lina no fue de lo mejor. Tan solo habían pasado un día estupendo esa tarde y luego la familia de la rubia decidió mudarse en la noche, para evitar despedidas nostálgicas. No lo iba a olvidar, el cómo se había levantado esa mañana y al notar lo nerviosa que estaba su mamá, preguntar, escuchar como su mejor amiga simplemente se había ido de la cuadra a otro sitio terminó por hacerla llorar, incluso si los padres de la rubia no lo permitían, bien que podría haber escapado solo unos minutos para abrazarla por última vez. Aunque tenía razón, en el jardín, todas las chicas se morían por ser amiga de Lina y todos los chicos querían ser su novio, regalandole flores cada vez que podían. Fue pura suerte que Lina la haya notado, no olvidaría la primera vez que le dirigió la palabra.
"El color de tus ojos parece ser el de una planta, ¿acaso haces fotosíntesis?"
Ese mismo día fue a preguntarle a su mamá que era eso, a lo que le respondió que era un proceso que realizaban las plantas para obtener sus propios alimentos en base a dióxido de carbono y sales minerales. No supo si era un cumplido en referencia a la independencia, pero el tono que empleó le dejó en claro que quiso dejarla en burla, así que la otra vez que Lina la vio sentada cerca de un arbusto, se acercó a ella junto a su grupo. Pero esa vez Katy ya venía preparada y la atacó cruzando los brazos.
"Aléjate de mi, no quiero convertirme en maíz, como tu color de cabello" y giró los ojos.
Casi se rió al ver el rostro pasmado de Lina mientras tocaba su cabello, aquel acto de venganza no era suficiente, pero al ser el centro de todas las miradas de sus compañeros, su personalidad introvertida volvió a ella y salió corriendo a esconderse.
Katy cerró los ojos y los abrió al sentir un apretón ligero de sus mejillas, se trataba de Ursula, quién estudiaba atentamente su rostro.
"¿Piensas responderme o vas a quedarte callada hasta la salida?" murmuró, levantando las cejas.
Las de ojos verdes suspiró y se dejó abrazar, ya había pasado tanto tiempo, nada tenía sentido.
"Fue una amiga de la infancia, de la cual dejamos de vernos de un día para otro, sin explicación alguna"
La pelirroja no dijo nada, no quería incomodar a su amiga. Pero si se fijo en la nueva estudiante, esperando cualquier mínima reacción para comprender cómo era su personalidad.
María, por su parte, estaba sentada tranquilamente en la carpeta de atrás de sus dos amigas. Solía garabatear en la última hoja de cada cuaderno cuando no tenía nada que hacer, más, ahora estaba escuchando atentamente el intercambio de palabras entre Ursula y Katy.
Lina no tuvo otra opción más que sentarse es la esquina de al fondo del salón, siendo rodeada por los chicos, quiénes no se molestaron en disimular y voltearon a echar vistazos cada que podían. Intentó no hacerles caso, pero vaya que no podía evitar distraerse de su materia favorita cuando los chicos seguían con sus tácticas de coquista, según.
"Eso es todo, en la próxima clase ya tienen que haber los grupos formados para que elaboren su afiche" articuló la docente, recogiendo su bolso de la carpeta y retirándose del lugar.
Inmediatamente Lina fue rodeada por la mayoría de estudiantes, de chicas queriendo ser su amiga y chicos intentando ligarsela. Situación que la molestaba profundamente, en una sociedad tan superficial, solo querían juntarse con ella para presumirla como un trofeo, no por lo que era realmente. Pero ya se había acostumbrado, a las actitudes de los demás por complacerla y hacer de todo para integrar a su círculo cercano, así que solo sonrió falsamente.
"¿Por qué te has cambiado a mitad del año?"
"¿Tus padres son extranjeros?"
"¿Eres de Cajamarca?"
"¿Tienes fotos de tu mascota?"
"¿Estás saliendo con alguien?"
Antes la última preguntas, más de la mitad de chicas voltearon al que intentó hacer tal indagación. El chico se puso nervioso cuando Lina volteó a verlo, así que solo se excusó diciendo que era broma.
"Mi familia se mudó por el cambio de trabajo de mi madre" respondió con sutileza "Mi padre es estadounidense y mi madre es peruana" agregó recostando su mentón sobre sus dedos de la mano.
Antes de que alguien pudiera decir algo, el profesor de arte ingresó acompañado con la subdirectora, todos los alumnos se pararon, dando el debido respeto a una de las máximas autoridades de la institución educativa. Ursula aprovecho tal organización para ir hasta al fondo del aula y llevarse la mochila de Lina a la carpeta de al lado de María.