Luego de las vacaciones de mitad de año se da comienzo al tercer y cuarto bimestre, usualmente son los que definen si apruebas dicho curso. Es por eso que en aquela época del año es donde los estudiantes se ponen más pilas.
Desde que luego Katy tenía que organizarse bien, con las prácticas de vóleibol para el próximo partido y los recientes proyectos grupales acompañados de los exámenes. Era cuestión de acomodar correctamente el horario, de lo contrario, las confusiones se harían presentes.
Ursula lo sabía, aunque estaba encantada de lucir siempre bien en las exposiciones de equipo, tenía aceptar que el tiempo de estudio se estaba volviendo limitado, lo que disminuía su probabilidad de obtener una buena calificación, ella necesitaba de un tiempo considerable para memorizar ciertas cosas.
El timbre del recreo por fin sonó, y las risas de despreocupación se extendió por un todo el pasillo, aquel breve período era etiquetado como una bendición por los estudiantes, donde por fin podían dar rienda suelta de lo que realmente eran.
Los chicos no tardaron en hacer de las suyas, pronto una chica fue golpeada por un balón de fútbol mientras intentaba pasar por el gran patio. Sus amigas corrieron a su auxilio, comenzando así una discusión entre ambos géneros. El auxiliar no tardó en hacer su presencia, para tranquilizar a ambos bandos e intentar ganar más reputación, necesitaba un aumento de sueldo.
"¿Deberíamos ir a la biblioteca?" preguntó María mientras leía el libro de ciencias que tenía en la mano.
Ursula negó con la cabeza, su mente necesitaba un descanso después de la sección de números. Katy subió los hombros, mirando a la pelirroja, aunque era cómodo el silencio de la biblioteca, quería comprar un aperitivo para recuperar su energía. María lo entendió y cerró su libro, buscando en su monedero, la comida era algo sagrado para ella.
Aquel trío estaba tan metido en su mundo que no se dio cuenta de la atenta mirada que les dirigía Lina desde una esquina. Le resultaba molesto que Katy no la hubiera invitado a pasar el descanso con ella, con tal pensamiento cruzó sus brazos. Estar en una escuela mixta no era tan malo, si tenías una belleza de acuerdo a los estándares sociales, conseguirías el apoyo de la mayoría de los hombres. Solo que tenía que lidiar con las chicas, y eso era algo complicado, en su antigua institución privada de solo estudiantes femeninas, el lesbianismo era algo común y por eso ella utilizaba sus rasgos atractivos para obtener favores de hasta miembros del municipio escolar. Ahora que estaba en una escuela para ambos géneros, las mujeres se dividirián en dos grupos, las que querían ser sus amigas y las que la veían como una rival por los varones, esperaba que lo último no fuera demasiado frecuente.
"Ehm, disculpe..." una suave voz la llamó desde atrás.
Lina se giró y se encontró con un grupo de cinco chicas de tercer año, la miraban con la misma admiración de un discípulo a un maestro. Inicialmente pensó en quitarselas de una sola palabra, pero cuando se dio cuenta que poseían la insignia del grupo de debate, empleó un tono dulce.
"Si, ¿qué desean, pequeñas?" con una sonrisa forzada.
Los inaudibles gritos y miradas cómplices entre las niñas hizo que la rubia subiera su ego, era obvio que debían sentirse afortunadas de poder hablarle.
"Te hemos estado viendo desde el inicio del recreo y notamos que estás sola, así que nos preguntamos si no quisieras visitar un rato nuestro taller, tenemos comida y Internet" sugirió inocentemente.
Lina tuvo que forzar más su sonrisa, eso de estar sola y no rodeada de gente fue como una pinza en ella. Sin embargo, tampoco podría darles un trato fatal, si ese grupo pertenecía al taller de debate, bien que tenía que sacarle provecho.
"Oh, lo que pasa es que adoro observar a mi alrededor, me gusta ver a las personas e imaginar la historia de cada una" sus ojos soñadores lo hicieron más creíble "Además, soy nueva, así que debo estudiar bien este lugar para por fin decidir mis amistades, ¿no es estupendo?" agregó con una leve risa.
Cinco cabezas asintieron al mismo tiempo, no había duda que ángel era del cielo, no solo era hermosa, también era una persona auténtica.
"Ahora que me acuerdo, mis compañeros decían sobre un ensayo literario que se tenía que entregar luego de recreo, es una lástima que sea mi primer día y obtenga una mala nota" sus dotes actorales salieron a flote.
Lina siempre había sido así, desde niña dio indicios de siempre querer salirse con la suya. A lo largo de su estadía en un colegio de mujeres, había absorbido cierta parte de la manipulación de estas, a veces las chicas eran un tanto crueles y ella estaba en esa lista. Su popularidad en esa secundaria fue desde el primer día que pisó el patio, las estudiantes voltearon a mirarla por su obvio atractivo físico y fue el blanco de las chicas de quinto año. Si bien no era una mala persona, sus acciones se declinaron al otro camino cuando fue víctima de los juegos de las jóvenes de grado superior, que simplemente hicieron una apuesta de quién la conquistaba más rápido, no tuvieron en cuenta que tan solo era de primer año de secundaria, no lo pensaron ni un minuto.
La que parecía ser la líder en aquel grupo, frunció el ceño, haciendo memoria.
"Había una integrante en el taller que era de quinto, pero se salió del colegio porque salió embarazada, pero sus trabajos siguen el estante, puedes agarrarlo y presentarlo sin problemas, la profesora de comunicación fue cambiada el año pasado" explicó con tenacidad.
Lina sonrió con cautela, no había visto un rastro de lástima en la niña cuando mencionó que su compañera de taller estaba en cinta, ese leve temor en sus ojos no pasó desapercibido para ella, definitivamente aquella niña sabía algo más del tema. Por momento, era mejor centrarse en el trabajo, después lo investigaria a detalle.
Fue así que cuando terminó el recreo y todo el salón volvió a sus asientos, la profesora empezó a llamar para que entregarán las tareas, Lina fue de las primeras, lo que la convirtió en el centro de todas las miradas.